Para llegar a tiempo al taller con Julio Villanueva Chang tomé un bus de Querétaro a Ciudad de México a las 5:05 de la mañana. Los participantes estaban citados a las 9 de la mañana y la sesión terminaría a las 2 de la tarde, los dos días —10 y 11 de mayo—. Yo me enteré de todo un día antes, pero nunca vi la oferta de un taller con Julio Villanueva Chang en Colombia y no podía desperdiciar la oportunidad aquí en México.
El lugar sería el Centro Horizontal, un «proyecto cultural y de medios fundado en 2014» y que está a cargo del periodista Guillermo Osorno; empezó como un medio y sumó después la oferta de talleres relacionados con el periodismo. Villanueva Chang dictaría dos talleres: Disculpe, pero tengo que quitarle la pelota —de crónica deportiva— y De cerca nadie es normal —de perfiles—. Yo tomaría el deportivo.
Conocía a Villanueva Chang por su trabajo como editor en la revista Etiqueta Negra —de la cual es fundador—. El la considera «un cadáver bien conservado», ya que desde el 2016 no sale un nuevo número. Sin embargo, asegura que tiene todo casi listo para volver a imprimir, porque no quiere hacer una revista digital, aunque la página web sigue acumulando visitas de personas interesadas en leer textos de plumas como Juan Villoro, John Lee Anderson, Carlos Monsiváis, Fernando Savater, Martín Caparros, Oliver Sacks, Susan Orlean o Leonardo Faccio, quien hizo un perfil de Leo Messi para la revista que después se convertiría en el primer capitulo de su libro Messi. Faccio habló en el taller gracias a una llamada que hizo desde Barcelona para contarnos cómo se las arregló para escribir su texto pese a que el 10 blaugrana le otorgó una entrevista de 15 minutos nada más, luego de meses de insistencia.
Textos como este, editados por Villanueva Chang, suelen estar entre los finalistas de los premios de periodismo, como el que otorga cada año el Festival Gabo en Medellín. Recordó durante las jornadas en el Centro Horizontal el texto El señor de las papas, del peruano Eliezer Budasoff —que narra la historia de Julio Hancco, quien cultiva más de 300 variedades de papa—, que estuvo entre las finalistas del año 2016 en la categoría de Texto y que perdió ante São Gabriel y sus demonios de la brasilera Natalia Viana —donde se revela como el municipio con mayor población indígena de Brasil es el que tiene mayor índice de suicidios—. El texto de Budasoff estaba mejor escrito, señala Julio, pero el editor peruano recuerda que los artículos que tienen esos temas fuertes —muertes, guerra, entre otros— tienen una ventaja competitiva la tratarse de premios periodísticos.
Él apoya ese periodismo que requiere meses —o años, en algunos casos— para crear una texto en el que se pretenda demostrar algo, que se aleje de la escritura repetitiva de la noticia diaria, y por eso instó a quienes estuvimos allí a que, además de cumplir con nuestras ocupaciones diarias, le dediquemos un poco más a esa nota que habla del tema que nos cautiva.
¿Cómo saber que un tema nos cautiva? Villanueva Chang lo explica diciendo que es aquel tema que «nos excita». En Etiqueta Negra se escribió un perfil de Joseph Stiglitz, ganador del Premio Nobel de Economía, hecho por el argentino Diego Fonseca. Antes de que Villanueva aprobara la historia, le pidió a Fonseca que encontrara un detalle que lo excitara. Fonseca, que tenía una reunión con Stiglitz por un tema ajeno al artículo, se fijó en que el reloj del economista estadounidense estaba una hora atrasado. Le contó esto a Julio y el perfil empezó a construirse. ¿Por qué Stiglitz tiene el reloj atrasado una hora? El subtítulo del texto da alguna pista: «¿Podemos confiar el futuro del mundo a un hombre que llega tarde a todas partes?».
Entre las cosas que excitan a Julio Villanueva Chang están las pruebas de atletismo de los Juegos Olímpicos. Durante el taller confesó que la emoción lo hace llorar y que no termina de entender la razón de ello. La razón no siempre es el camino, la intuición a veces tampoco se explica mucho pero es una de las herramientas que él recomienda usar a los periodistas. La fama que obtuvo Etiqueta Negra —¿sigue obteniendo?—, la invitación a escribir a otros medios —como El País de España o El Malpensante de Colombia— y la gira constante de su taller De cerca nadie es normal —que lleva el mismo nombre que su libro de perfiles— llevan a pensar que tiene razón.
A mi parecer, sus recomendaciones iban encaminadas a que fuéramos creativos. Buscar otras miradas y aproximaciones a temas que ya han sido contados, la eterna cacería de quienes nos dedicamos a este oficio. El final del taller fue aplicar eso, la creatividad. ¿Cómo nos podíamos tomar la foto del taller sin caer en el cliché? Lo intentamos con láminas del mundial de Panini y una ubicación opuesta a la que suelen usar en el Centro Horizontal. No sé si logramos el cometido, aún no he visto la foto.