A pesar de las recomendaciones de las instituciones europeas y las diferentes medidas y normativas aprobadas por los estados, la brecha salarial de las principales potencias económicas europeas apenas se ha reducido en los últimos años. Los últimos datos muestran que la brecha salarial de género en la Unión Europea (UE) se situaba al cierre de 2016 en el 16,2 %, una cifra idéntica a la del año anterior y que refleja un descenso de 0,6 puntos porcentuales en el último lustro.
En Alemania, primera economía de la UE, las mujeres cobran todavía un 21,5% menos que los hombres, según los datos del 2016 que presentó Eurostat. Por su parte, en Reino Unido (todavía en la UE), esta cifra se sitúa también en el 21%.
En un segundo grupo, en el que se encuentran Francia, España y Dinamarca, la brecha salarial se reduce hasta una media entre el 14% y el 15%, según Eurostat. Entre las grandes economías europeas, Italia, con un 5,3% de diferencia salarial, es la única excepción. Según los datos revelados por la oficina de estadística comunitaria, la media europea se sitúa en el 16,2%, lo que supone que por cada euro que gana un hombre por una hora de trabajo, cada mujer sólo gana 84 céntimos.
Frente a estas cifras medias europeas, España muestra una disparidad en el sueldo de hombres y mujeres dos puntos porcentuales inferior, del 14,2 %. Esto significa que, por cada euro que cobraron los hombres por una hora de trabajo, las mujeres españolas ganaron 85,8 céntimos.
Estas cifras sitúan a España justo en la decimocuarta posición de los 28 países de la Unión Europea, en mejor posición que naciones como Alemania, Francia, Holanda, Reino Unido o Dinamarca, aunque muy lejos de los mejores países en este aspecto, que son Rumanía, Italia y Luxemburgo, con tasas ligeramente superiores al 5 %.
España fue de los países del bloque comunitario en los que más cayó la diferencia salarial entre hombres y mujeres entre 2011 y 2016, con una reducción de 3,4 puntos porcentuales, respecto al 17,6 % en que se ubicaba respecto al cierre de 2011, pese a que en el último año se ha mantenido sin variación. El descenso es igual al experimentado en Austria. Sólo se registraron mayores caídas en Rumanía (-4,4 puntos) y Hungría (-4 puntos). Bélgica (-3,3 puntos) y Países Bajos también consiguieron disminuciones pronunciadas.
Por el contrario, la brecha salarial de género creció entre 2011 y 2016 en diez estados miembros. Portugal, con un incremento de 4,6 puntos, lidera ese grupo de países, seguido de Eslovenia (+4,5 puntos), Malta (+3,3 puntos) e Italia (3 puntos).
Los países con menor brecha salarial del bloque comunitario ese año fueron Rumanía (5,2 %), Italia (5,3 %), Luxemburgo (5,5 %), Bélgica (6,1 %), Polonia (7,2 %), Eslovenia (7,8 %) y Croacia (8,7 %).
Sin embargo, fue especialmente alta en Estonia (25,3 %), República Checa (21,8 %), Alemania (21, 5 %), Reino Unido (21 %) y Austria (20,1 %).
Diferencias en la jubilación
Las diferencias salariales, apunta Eurostat, se acentúan en la jubilación, y en España la brecha de la pensión media entre los 65 y los 79 años se sitúa en un 34%, unos puntos por debajo de la media europea, que ascendió hasta el 37,2% en el 2016. Los hombres jubilados cobran de media 1.240,41 euros, mientras que las mujeres obtienen 791 euros al mes, según datos oficiales.
El documento Igualdad entre mujeres y hombres en la UE, 2018 elaborado por el grupo de trabajo de la Comisión, asegura que en el 2017 se han intensificado las iniciativas para avanzar por la igualdad. Entre las últimas medidas aprobadas, en noviembre la Comisión Europea adoptó un plan de acción de dos años (2017-2019) para abordar la brecha salarial, así como la elaboración de un informe sobre la implantación de políticas de transparencia salarial.
«El último estudio reafirma que hay todavía mucho por hacer por parte de los Estados miembros», concluye el documento. El grupo de trabajo destaca que «comparado con 10 años antes, 12 países han sufrido retrocesos en cuanto a equilibro de género en términos como tiempo de cuidado de los demás, trabajo doméstico y actividades sociales». Según Eurostat, en el 2016 «más del 19% de las mujeres inactivas en la UE no trabajaban [por] cuidar a niños, adultos o incapacitados». De media, desvela el informe, la ocupación de mujeres con un niño menor de seis años es un 9% menor que las mujeres sin hijos, y en países como Eslovaquia, República Checa o Hungría esta brecha supera el 30%. Según Eurostat, el 23% de las mujeres españolas trabajan a tiempo parcial, mientras que entre los hombres esta cifra se queda en el 6,5%.
La falta de transparencia en los salarios se ve como otra de las causas de la brecha, dice el informe. «En los países con mayor transparencia respecto a los salarios, una mayor proporción de trabajadores muestran una tendencia a negociar mejores condiciones», resume. Y da los ejemplos de Suecia y Dinamarca, donde un 76% y un 57% de los trabajadores pactan mejoras. Ambos países, así como el Reino Unido o Austria, han implementado políticas de transparencia salarial.