Una de las grandes preocupaciones que tenía como investigador era poder precisar en una forma coherente una definición de enfermedad que endilgara dentro de la conceptualización científica y universal, evitando ceñirme a los parámetros de la OMS y del consenso de la ONU, porque jamás me he sentido satisfecho con las definiciones establecidas dentro de sus protocolos e impuestas como dogma a las academias de formación profesional dentro de sus programas de salud.
Si bien los conceptos autoinmunes, genéticos o idiopáticos han llevado a la medicina a un callejón sin salida, dejando al programado profesional de la salud en la incertidumbre de no saber a qué atenerse por falta de una literatura científica objetiva, sino simplemente limitarse a los protocolos establecidos como camisas de fuerza por quienes han manejado a su antojo la literatura científica.
En una de mis publicaciones entregué una definición así:
«Enfermedad es un proceso fisicoquímico de efectos termodinámicos que se caracteriza por una alteración del equilibrio homeostático».
Definimos la homeostasis como la propiedad de los organismos vivos que consiste en su capacidad de mantener las condiciones internas estables, compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior (metabolismo). Se trata de una forma de estado estacionario dinámico que hace posible gracias a una red de sistemas de control realimentados que constituyen los mecanismos de autorregulación de los seres vivos. Ejemplo de homeostasis son la regulación de temperatura y el balance entre la acidez y alcalinidad (PH). Así que podemos manifestar que la enfermedad se refleja en estas dos condiciones. Pongamos como ejemplo un definición obsoleta de enfermedad: cuando se definía como la respuesta del organismo ante un germen patógeno, para este caso se interpreta que no es el germen patógeno el responsable de la enfermedad, sino son las condiciones fisicoquímicas del medio interno (terreno: líquidos extracelulares) las que permiten la entrada de los gérmenes patógenos, es decir, el germen patógeno es consecuencia y no la causa de la enfermedad.
¿Cuáles son las causas de la enfermedad? Podemos responder que la enfermedad obedece a tres causas principalmente:
El haber violado las leyes de la naturaleza
El haber pervertido el apetito
Una estrategia de mercado.
Violación de las leyes de la naturaleza
son leyes reconocidas por el naturismo universal, como patrimonio doctrinario en la declaración de principios emitidas por el III Congreso Latinoamericano de Naturismo celebrado en Santiago de Chile en abril de 1976 y son: 1) Respirar aire puro; 2) comer alimentos vegetales saludables; 3) ser sobrio constantemente, 4)beber agua natural; 5) ser limpio en todo; 6) dominar las pasiones, procurando la mayor castidad; 7) amar al trabajo y evitar la ociosidad ,8) descansar y dormir solo lo necesario, 9)vestir sencillamente y con holgura, 10) cultivar virtudes, procurando estar alegres y serenos.
Perversión del apetito
Para entender la perversión del apetito hay que remontarse a la entrada en vigencia del Código de Alimentos a partir del año de 1963 al autorizar la aprobación e inclusión de aditivos químicos (edulcorantes, preservantes, saborizantes, acentuadores de sabor) en más de 1,5 millones de productos alimenticios, drogas y medicamentos. Además de incentivar el consumo masivo de productos industrializados mediante mensajes subliminales. El Codex Alimentarius establecido por la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1963 para elaborar normas alimenticias internacionales armonizadas que «protegen la salud de los consumidores» y fomentan pactos de lealtad en el comercio de los alimentos.
Estrategia de mercado
La tercera causa de la enfermedad es un punto bastante controvertido porque quien tiene a su cargo los protocolos y santidad obispal para bautizar a las «enfermedades», el CDC es decir, el Centro para Control y Diagnósticos de Enfermedades de Atlanta (EEUU).
Según análisis el CDC lo que ha hecho es bautizar a una cantidad de síntomas como si fueran causas, es decir, han clasificado una serie de sintomatologías como patologías, sólo con la finalidad de diversificar el uso indiscriminado de moléculas químicas para paliar síntomas y no solucionar el origen del problema para mantener la cronicidad y crear la dependencia farmacológica de sus clientes. Esto es una de las causas o motivos que degradó la condición de pacientes a usuarios y de usuarios a clientes adictos y dependientes de las moléculas químicas paliativas y por ende ha llevado a la medicina y a los facultativos (hoy programados) a convertirlos en vendedores ambulantes del cartel químico farmacéutico distorsionando el verdadero objetivo de la farmacología como ciencia auxiliar de la medicina en la recuperación del paciente y contribuyendo a deteriorar la imagen y el ejercicio profesional del médico.