Instalado en París a principios de siglo XX, Ramon Pichot (Barcelona, 1871 - París, 1925), que en Barcelona había trabajado con Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Joaquim Mir e Isidre Nonell, vivió el ambiente bohemio y artístico de Montmartre. El viaje iniciático en París era frecuente en muchos artistas, pero Pichot se quedó y murió. Allí se integró en la colonia de artistas e intelectuales catalanes y españoles, conoció y recibió influencias de las corrientes artísticas postimpresionistas y fauvistas, participó en numerosos certámenes internacionales, como en la sala del escándalo de los fauves, y contactó con mecenas y marchantes.
Vivió en el epicentro del arte internacional del momento y se rodeó de destacadas figuras del mundo cultural parisino como Pablo Picasso o Guillaume Apollinaire. Es uno de los pocos españoles que retrató los sufrimientos de la Primera Guerra Mundial.
Su obra fue evolucionando desde el modernismo inicial hasta el decorativismo de la segunda década del siglo XX, caracterizándose especialmente por el tratamiento y la preeminencia del color. Tres escenarios lo marcaron a lo largo de su trayectoria artística: Barcelona, París y Cadaqués, y, temáticamente, se movió entre las escenas de género, los retratos, el paisaje de Cadaqués y el tipismo hispano.