El escribir es un arte difícil de realizar. Antes hay que tener la voluntad y el deseo de leer. El que no se dedica a la lectura, al estudio, a la investigación, difícilmente puede dedicarse a escribir. La clave de todo escritor es la buena lectura y tener vocación para escribir.
La palabra es la forma expresiva del escritor, desde el lenguaje y con el lenguaje es como se realiza la obra literaria.
El bello arte de escribir
Lo primero que leí sobre los escritores fue un trabajo de Baldomero Fernández Moreno, argentino, quien expresó que escribir es hilvanar palabras. Como mi madre era costurera comprendí que hilvanar es realizar una obra, que deber existir una coherencia en toda la obra.
La escritura debe tener arte, que es imprimir una idea en una materia, es una cualidad de orden intelectual, es una virtud del entendimiento práctico, que debe conducir al verdadero bien, con cierta perfección de espíritu. El arte es ordenación de la razón, buscando los medios adecuados.
Para ser escritor es necesario tener algo importante que decir, que sea de interés para otros. Cuando un escritor expresa sus pensamientos en forma comprensible a los demás, es para cumplir el fin del lenguaje que es « transmitir lo pensado a lo escrito.
El tiempo que transcurre entre la obra del escritor y el lector puede ser breve o casi siempre muy distante, pero debe tener el interés de ser siempre nuevo para el lector, debe tener vigencia y actualidad.
La literatura social, el realismo critico, no necesita los floreos de la literatura poética, sino la verdad de los hechos, los ejemplos y las orientaciones para la acción, organización y formación de los lectores, asumir la condición humana.
Existen escritores que tienen la capacidad de captar ideas, tomar notas de la lectura de libros, documentos, folletos, pero también de comunicaciones, conversaciones, diálogos de la radio, prensa y televisión, que luego pueden darle su estilo personal y expresarlas por escrito, naturalmente tienen que estar muy informado de todos los acontecimientos sindicales, políticos y económicos.
En el arte de escribir la idea creadora es una de sus características, es una emoción de la conciencia, con inteligencia, que se desarrolla con la voluntad de dar existencia a una obra.
El escritor pone en su obra parte de lo que él siente en su existencia, no sólo el ambiente que lo rodea, sino la esencia de lo que siente.El estilo en el arte de escribir aporta una personalización: precisión, elegancia, claridad y armonía al texto que se expone.
El impulso que lleva al escritor a una obra, forma parte de su arte, que es comunicar, por esos los comunicadores y periodistas tienen mayor posibilidad de convertirse es escritores. Comunicar ideas, proyectos, modelos y utopías, son parte de la inspiración en el arte de escribir.
Partes de las obras escritas
Las obras escritas, en su mayoría, tienen tres partes mínimas, que son:
- Introducción
Es fundamental para poder cautivar o entusiasmar al lector. Esta se hace a partir de una opinión, una pregunta, una hipótesis o de una idea central,
- Desarrollo
Es el proceso argumentativo de las ideas principales, secundarias y periféricas, las cuales acompañadas de citas, ejemplos, pruebas y registros lograrán sustentar la tesis principal de la obra.
- Conclusión
Si en el comienzo de la obra se presenta una tesis o una hipótesis, es preciso desarrollarla para comprobarla o contradecir a través de un proceso de argumentos.
El arte de escribir es muy solitario, se requiere mucha concentración, imaginación, creatividad y disponibilidad, pero es importancia para la elevación cultural de los trabajadores.
Para escribir es necesario un borrador, luego corregirlo hasta que exprese lo que uno realmente piensa. El arte de escribir para el público requiere que los datos e informaciones que el escritor ofrece tengan veracidad, soporte, confirmación, luego funciona la imaginación y la creatividad.
Una cosa es hablar y otra escribir. Algunos consideran que se debe escribir como se habla, pero son dos expresiones diferentes. Los que escriben como hablan, aunque hablen bien escriben mal.
El lenguaje es la base en el arte de escribir. Algunos buscan complicar la situación con palabras incomprensibles para los trabajadores, pero es necesario recordar que las palabras sencillas y cortas son las que dicen las cosas más grandes. Dios, Amor, sol, tierra, madre, vida, etc. Otros pretenden confundir con definiciones complicadas, alguien, en vez de decir «leche de vaca», decía: el jugo lácteo de la consorte del toro.
Es importante encontrar la palabra precisa con la textura, el color y el sabor que, en su contexto sea familiar a la comprensión del lector.
Un arte difícil
El arte de escribir no es fácil. Algunos creen que un libro se puede escribir en algunas semanas, pero la situación es más complicada, escribir un libro se puede llevar años,
Escribir no es una tarea fácil, en absoluto. Primero hay que encontrar una idea que sea interesante, luego desarrollarla y después saber plasmarla, además debe tener un interés especial para que la obra sea receptiva para futuros lectores.
La disciplina se inicia anotando ideas, hechos, acontecimientos, y todo lo que se considera que puede ser de utilidad para la obra y el conocimiento de otros.
La capacidad de observación es otra de las cualidades que conforman el ARTE de escritor, se complementa con los detalles y los criterios propios.
El arte de escritor es permanente, se está pensando todas las horas en la posibilidad de que algo que suceda en la vida real puede ser motivo para ser escrito.
En el arte de escribir existen dos grupos determinados: los que piensan y pueden hacer una obra de su pensamiento, y los que hacen pensar a los lectores. Creo que son más importantes los que hacen pensar a los lectores.
Existen escritores que permanecen en el anonimato, como aquellos que escriben editoriales, documentos, manifiestos, publicistas y otras escrituras que pertenecen a las instituciones donde laboran, y no aparecen sus nombres.
Es buen motivo para la escritura en la vida política del hombre cristiano, es tratar temas espirituales, aspirar al Bien Común, no como la suma de los bienes individuales, sino para mejorar las condiciones y las vidas de la mayoría del pueblo, especialmente los más desposeídos; que todos podamos vivir como hombres libres, disfrutar de los bienes de la naturaleza, la cultura, la economía y el espíritu.