Para entender el impacto histórico y social de la Revolución Rusa, debemos comprender que la Revolución hizo surgir una nueva forma de organización política institucional, económica y social, una sociedad no capitalista, una sociedad organizada sobre valores y estructuras socialistas, y formas del poder político, los «sóviets», considerados por el líder de la Revolución Rusa, Vladímir Lenin, como formas superiores de la democracia.
Factores objetivos y subjetivos de la Revolución Rusa
Debemos comprender que la Revolución Rusa no fue un suceso que ocurrió solo en los días del 25 de octubre del 1917, correspondiendo a ese mes en el antiguo calendario juliano, existente en Rusia, y al 7 de noviembre de 1917, en el actual calendario.
Debemos comprender que fue un resultado de una larga organización política, en primer lugar, y de un proceso en el que intervinieron factores internos de la propia sociedad rusa, como del contexto internacional que la rodeaba, en el cual también participaba.
Debemos de comprender que ese proceso político contó con los líderes, que fueron durante muchos años preparando las condiciones organizativas, tácticas y estratégicas, valorativas en sus análisis, que pudieron articular una concepción revolucionaria de cambio político, y que a esas concepciones teóricas revolucionarias correspondieron los movimientos y acciones revolucionarias que hicieron triunfante la revolución, así como la construcción de un partido político en capacidad de dirigir ese proceso.
Dentro de estos líderes, el más destacado del proceso revolucionario, hasta su triunfo, y primeros años del poder soviético, fue Vladímir Lenin, proyectado internacionalmente, en una dimensión histórico universal, al punto que le da continuidad al pensamiento marxista, como método de análisis, llamándose, éste, teoría del marxismo-leninismo.
Debemos de comprender que el elemento subjetivo que hizo posible esta Revolución fue la existencia de un partido político, con sus líderes políticos, que tuvieron como meta la toma del poder político, que fue el resultado de luchas acumuladas en Rusia, antes de su propia existencia como Partido político revolucionario.
Este partido fue el Partido Obrero Social Demócrata Ruso, que evolucionó al Partido Bolchevique y al Partido Comunista, dándole ese sentido histórico a la Revolución. Fue el partido capaz de movilizar las clases trabajadores, y realizar las acciones revolucionarias fuertes para quebrar al Gobierno, porque los gobiernos no se caen, hay que hacerlos caer. La clave revolucionaria de esta acción es contar con la organización partidaria y la conciencia revolucionaria, que se debe tener, de dirección política para hacerlo caer. Este factor subjetivo, el Partido, es lo más importante para hacer la Revolución. No hay revoluciones espontáneas, todas son y deben ser organizadas.
Las condiciones objetivas que permitieron su desarrollo fueron el desarrollo económico de la sociedad rusa, la existencia de una fuerza social revolucionaria, el proletariado, y una favorable correlación de fuerzas que aseguraron su triunfo. Ninguna revolución puede hacerse ni imponerse desde fuera. Toda revolución es resultado de las contradicciones sociales y políticas de las luchas de clases en cada país.
Primera y Segunda Internacional
Los partidos obreros socialdemócratas eran las formas más avanzadas de organización política de los trabajadores, especialmente en Europa, con los movimientos socialistas y anarquistas que entonces existían, junto a otras formas y manifestaciones de partidos y movimientos organizados. Formaban parte de la II Internacional, que había evolucionado de la I Asociación Internacional de Trabajadores, conocida como I Internacional, ambas impulsadas por Carlos Marx y Federico Engels, desde 1864, que llegó, la II Internacional, hasta la época de la I Guerra Mundial donde entró en crisis y se disolvió.
Resultaron estas Internacionales, la I y la II, de la necesidad de darle unidad internacional al movimiento obrero y sus luchas, frente a la unidad internacional del capital, del desarrollo del capitalismo mundial como sistema económico y político. En estas asociaciones internacionales se agruparon trabajadores organizados en sindicatos y otras formas, en partidos obreros, con expresiones anarquistas, socialistas, socialdemócratas, reformistas, entre otros.
Lenin había nacido en 1870, y en 1885 ya participaba de los movimientos políticos que en Rusia cuestionaban al Zar, su gobierno y su sistema político, donde su hermano había sido capturado y fusilado en 1887 por acciones revolucionarias anarquistas de un atentado contra el Zar (1).
El joven Lenin
Estudioso del marxismo en su época, entendió que el marxismo respondía al análisis de la sociedad capitalista industrializada, mientras él, Lenin, estaba viviendo la época del nacimiento del imperialismo, entre 1890 -1910 (2). De allí que sus análisis políticos y económicos, de su época, enriquecieron la teoría marxista por el análisis correspondiente a la época del imperialismo, y el aporte que él dio, en este sentido, cuya agudización de contradicciones, por la articulación teórico práctica del partido político revolucionario y de la revolución que Lenin realiza, del análisis de las contradicciones que se provocan con el desenlace de la I Guerra Mundial, desde su gestación, con el propósito de hacer una nueva repartición del mundo, de las regiones estratégicas de materias primas, de sus mercados de mano de obra barata y de sus mercados de colocación de productos resultantes de esta revolución industrial imperialista, que hizo surgir los monopolios, los oligopolios, los trusts y los carteles, como formas corporativas de la nueva organización empresarial y transnacional o internacional.
En Rusia, cuando Lenin era un adolescente, Jorge Plejánov, en 1883, había fundado el grupo Emancipación del trabajo, uno de los grupos más importantes de su época, y fue Plejánov, uno de los divulgadores del pensamiento marxista más importantes de su tiempo en Rusia. Este grupo, Emancipación del Trabajo, constituyó el eje inicial de la unidad del movimiento socialdemócrata ruso con el movimiento obrero ruso.
En 1895, en San Petersburgo, el joven Lenin, funda la Unión de lucha por la emancipación de la clase obrera con el propósito de difundir el marxismo en la clase obrera.
Las ideas marxistas se desarrollaban y difundían ampliamente en Europa. Habían sido adoptadas por los partidos obreros social demócratas en distintos países.
El Partido Obrero Social Demócrata Ruso
En 1898, en marzo, se llevó a cabo el I Congreso del Partido Obrero Social Demócrata Ruso (POSDR), con apoyo de grupos marxistas, reconocido a partir de ese momento como un partido marxista. Este partido se enmarcó en esos primeros años en una lucha economicista, que negaba la lucha política de la clase obrera y le negaba su papel dirigente, que va a ser el elemento central que Lenin venía desarrollando. En este sentido, este partido careció de unidad, de un programa combativo y de una organización centralizada, elementos que Lenin también planteaba para las organizaciones político partidarias y revolucionarias (3).
En 1898, Lenin, en este Congreso del Partido Obrero Social Demócrata Ruso, ya tenía claro el camino de lucha contra el zarismo, contra el capitalismo y por la Dictadura del Proletariado. En este Congreso aparecen los gérmenes del iskrismo y del bolchevismo contra el menchevismo. El iskrismo como «las chispas», como los elementos de unidad que debían impulsarse frente al inmenso número de organizaciones de trabajadores existentes, que había que enfrentar al zarismo, frente a las corrientes reformistas, en el seno de este partido, que las supeditaban y adaptaban al zarismo.
Este período desde 1898 hasta 1903, cuando se realiza el II Congreso del Partido Obrero Social Demócrata Ruso, es un período de intensa lucha política y teórica desarrollada por Lenin, enfrentando a los populistas liberales, luchando contra los métodos primitivos del trabajo político, luchando contra la dispersión de grupos y por su unidad, luchando por lograr una conciencia socialista en el movimiento obrero (4).
Lenin en este período destaca como discípulo de Marx y Engels y sus escritos ya lo resaltan como un desarrollador del marxismo, en las nuevas condiciones histórico universales, la del imperialismo. Desde estos años participa en la movilización de trabajadores, trabaja en la organización de la Dictadura del Proletariado y en la construcción de la Sociedad Socialista. Ve al Partido como la única organización que logra expresar los intereses esenciales del pueblo y como la fuerza conductora de la sociedad socialista y soviética hacia el comunismo.
Aquí Lenin elabora sus primeros pensamientos por la construcción de un Partido político de nuevo tipo, un Partido proletario, un Partido revolucionario marxista, un Partido diferente a los partidos reformistas que integraban la II Internacional.
El Segundo Congreso del POSDR y la irrupción de los bolcheviques
En el II Congreso del Partido Obrero Social Demócrata Ruso, la lucha política y teórica de Lenin, conduce a una fragmentación dentro del Partido en dos grandes sectores, los que seguían a Lenin, que da origen a los Bolcheviques, que eran la mayoría, y quienes le adversaban, los Mencheviques, que eran la minoría. En 1903 así surge el bolchevismo.
En el II Congreso del Partido Obrero Social Demócrata Ruso, Lenin desarrolla las bases de lo que van a constituir luego las columnas vertebrales de los partidos comunistas, como nuevos partidos políticos, sus principios organizativos, políticos, tácticos y estratégicos, partidos con una teoría considerada de vanguardia, para una dirección política de vanguardia, donde se unía el movimiento obrero con el movimiento socialista, el movimiento social con el movimiento político.
En el II Congreso del Partido Obrero Social Demócrata Ruso, Lenin y los bolcheviques plantean como lucha principal política el objetivo de la Dictadura del Proletariado. En esta visión Lenin incorpora al campesinado como un aliado estratégico de la clase obrera, incorpora las reivindicaciones democrático revolucionarias sobre el campesinado, incorpora el derecho de las naciones a la autodeterminación, sobre el reconocimiento de una gran cantidad de naciones dentro de la Rusia zarista, y defiende, Lenin, el internacionalismo proletario.
De este II Congreso surge el periódico Iskra (Chispa), con la intención de darle unidad al movimiento obrero y social, de unificar los esfuerzos que se hacían de medios de comunicación dispersos, de tratar de lograr con ello también la unidad organizativa, una mayor educación política y sobre todo una acción política unitaria, alrededor de un programa de lucha marxista y de una clara táctica revolucionaria.