En los últimos años, todas las miradas del sector tecnológico están puestas en los avances y usos de la realidad virtual, pero a pesar de que estos conceptos nos resultan familiares, las terminologías pueden resultar confusas.
Este es el año en el que por fin asistiremos al despegue definitivo del mercado de la realidad virtual, dado que todas las grandes marcas del sector han decidido invertir en esta tecnología. Google Daydream, HTC Vive, Oculus Rift y Sony PlayStation VR son algunos ejemplos.
Dada la magnitud de este fenómeno y el posible impacto que puede tener en nuestras vidas, es bueno hacer un repaso de las principales alternativas. Entonces ¿qué ofrecen la realidad virtual, la realidad aumentada y la realidad mixta?
La realidad virtual
La realidad virtual, del inglés Virtual reality (VR), reproduce una «experiencia/realidad» simulada con un entorno completamente digital que está previamente desarrollado por un ordenador u otro dispositivo.
Los ambientes recreados por la VR ofrecen al usuario una percepción sensible gracias a los recursos visuales y auditivos, normalmente experimentados a través de unas gafas especiales con sensores de sonido envolvente.
La interacción entre el usuario y el mundo digital se simula por medio de un teclado o dispositivos como un casco montado en la cabeza (HMD), guantes, monos u otros softwares.
Los mejores dispositivos en 2017 para experimenta la realidad virtual son: Sony PS VR (390 €), HTC Vive (900 €), Oculus Rift (450 €), Google Daydream Ver (150 €) y Samsung Gear VR (100 €), según la revista PC.
Realidad aumentada: con un pie en el mundo real
La realidad aumentada, del inglés Agmented reality (AR), ofrece imágenes en directo de nuestro entorno donde algunos elementos están «aumentados» por medio de un ordenador u otro dispositivo. Por ejemplo: aspectos de audio, vídeo, imágenes y otros estímulos.
No hay que confundirla con la realidad virtual, sobre todo porque la realidad aumentada suele necesitar de un hardware externo (como un móvil o un ordenador). Eso significa que unas gafas por sí solas no son suficiente para aportar una experiencia de AR total al usuario.
La realidad aumentada y realidad virtual son muy similares, pero se podría describir a la realidad aumentada como la realidad virtual con un pie en el mundo real. Ronald T. Azuma, conocido como el primero en ofrecer una definición oficial para la realidad aumentada, establece que un sistema de AR debe tener tres condiciones: la interacción en tiempo real, la combinación de lo virtual y lo real y el funcionamiento en 3D.
La forma más común de experimentar la realidad aumentada es hoy a través de nuestros smartphones y por ello, empresas como Apple y Google están dando grandes pasos en el sector para conseguir en un futuro, no muy lejano, la realidad aumentada sea una característica más de nuestros teléfonos.
La realidad mixta, la confusión comienza
Es en este último término donde la confusión comienza dado que las diferencias entre la realidad aumentada (AR) y la realidad mixta, del inglés Mixed reality (MR), son muy pequeñas, siendo incluso la misma cosa para muchos expertos.
Sin embargo, gracias a la última versión del dispositivo HoloLens, la empresa de Microsoft ha definido e introducido en el mercado el concepto de realidad mixta y sus peculiaridades. La característica principal de esta tecnología es que el contenido digital y el real pueden reaccionar entre sí en tiempo real.
Gracias a la computación holográfica de este futurista sistema, donde se recoge toda la información recibida por los sensores de las gafas, la realidad mixta se acerca más y más a nuestra realidad.
Conker Young, una de las aplicaciones HoloLens, transforma tus muebles, suelos y paredes en el escenario para un juego de aventuras y plataformas. Esto es la realidad mixta, una mezcla entre lo virtual y lo real que produce una experiencia al usuario.
El dispositivo se encuentra ya disponible para desarrolladores personales (por $3,000) y afortunadas empresas (por $5000) que quieran invertir en este nuevo sector, cada día más y más realista.