Uno de los productos suntuarios de la Málaga musulmana fue la cerámica de loza dorada o de reflejo metálico (producto de alta cotización) que constituía un importante sector económico de la ciudad. Anteriormente, los abundantes alfares romanos existentes vuelven a señalarnos la tradición alfarera del lugar, tradición que decayó durante la Edad Moderna aunque sin perderse, sino que se reconvirtió hacia lo más estrictamente artesanal y popular.
Durante el siglo XIX tuvo un importante impulso que se manifiesta en las piezas procedentes de Cuevas de San Marcos, Coín o Colonia Santa Inés. Piezas caracterizadas por la combinación del melado y el verde y manteniéndose muy escasamente el azulón típico de Málaga.
En esta sala se ha tratado de exponer piezas representativas de este arte, dedicado casi en exclusiva a recipientes de uso doméstico o como complemento de la arquitectura a través de los canalones, gárgolas, etc.