Ocupa un amplio espacio compuesto por tres naves separadas por pilares rectangulares bajo arcos de medio punto, con un suelo empedrado que informa sobre el tránsito de caballería por esta zona. Se ha mantenido este uso y en él se han situado piezas relacionadas con arreos y complementos para animales de carga y transporte, así como carruajes, carros, monturas, pesebres, abrevaderos, etc.
Las labores artesanas que se ocupan de la manufactura de piezas relacionadas con este área son: albardonería (arte de producir aparejos de animales, realizados, generalmente, en tela de lona), guarnicionería (arte del trabajo en cuero, badana y piel de aparejo de las bestias y que se ocupa preferentemente del curtido de estos materiales para trabajos de monturas, correajes, jáquimas y tiros de animales), talabartería (aúna las labores de guarnicionero y albardonero realizando piezas en materiales como la lona, cuero, fibras vegetales, etc.), carpintería y herrería.
Este conjunto viene a representar la tradición vigente en amplias zonas de la provincia como pueden ser la Axarquía, zona del Torcal, de la Serranía de Ronda, en donde lo escarpado del terreno hacía inviable las labores agrícolas mecanizadas, manteniéndose el uso del animal (mulas) para ello, así como para el transporte interno (mulas, asnos, caballos). Como testigo del transporte de otras épocas se exhibe una berlina (carruaje de viajeros), elemento que nos sitúa en es plano ambiguo entre lo artesanal/funcional y lo singular/evocador. La segunda área expuesta hace referencia a obradores artesanos.
Vendrían a situarnos en las relaciones hombre/mundo laboral desde un doble planteamiento, por una parte el trabajo en sí desde la especialización, como oficio, y por otra en el plano de la producción de elementos que cubren necesidades del individuo en un nivel próximo: comunicación y alimentación en este caso mediante la reconstrucción de una fragua y una tahona.