Mucho se está especulando sobre los posibles fichajes que podría realizar el F.C. Barcelona para suplir la baja de Neymar y mitigar el golpe que significa perder al mejor futbolista del mundo después de su excompañero Messi.
Con la pérdida del brasileño el club catalán se despide también de un potencial escenario en el que seguiría teniendo al jugador con más calidad cuando el ‘10’ argentino se retire. Pero, por otra, parte se le abre un abanico de posibilidades, ya que el ingreso que ha recibido por el PSG puede ser utilizado sabiamente.
Para empezar a analizar la situación actual, el Barcelona debe diagnosticar cuáles han sido sus fortalezas y debilidades durante la temporada pasada. Lo mejor que tenía, sin duda, era su terna de jugadores atacantes que por sí solos resolvieron muchos partidos. Este frente de ataque pierde ahora una pieza muy importante, pero Messi y Suárez continúan y son quienes aportan la mayor parte de los tantos culés. Valverde puede encontrar en Deulofeu al sustituto de Neymar. Pese a que el brasileño posee un talento sin parangón, el extremo catalán ha demostrado ser desequilibrante y efectivo si cuenta con ritmo y confianza de su entrenador. Dar una oportunidad al hijo que vuelve a casa puede ser algo arriesgado, pero nadie olvida el papel que jugó Pedro en el equipo de Guardiola.
Con ello se evidencia que no es tan necesario contar con tres jugadores de primerísima talla mundial en la parte de arriba. Messi hace mejor a cualquiera que juegue a su lado y a Deulofeu no le faltan calidad, atrevimiento ni ganas. No obstante, todas las informaciones, y el club no lo desmiente, apuntan a que los directivos blaugrana se han centrado en dos objetivos básicos: Coutinho y Dembélé. Está fuera de duda que ambos son magníficos jugadores, pero esta no es la parcela a reforzar que deba ser prioritaria. Y en ningún caso deberían fichar a los dos. Tanto Liverpool como Borussia saben de la situación del Barcelona y van a exigir cantidades muy altas para deshacerse de ellos. Si se hacen con los dos, casi todo lo recibido por Neymar se esfumaría. En caso de comprar a uno de los dos, la secretaría técnica debería decantarse por el extremo francés, ya que tiene unas cualidades más parecidas a las de Neymar: mucha velocidad y gran facilidad para el desborde, además de acreditar un rendimiento más regular y ser más joven que el brasileño. Dembélé podría rotarse con Deulofeu y jugar por la izquierda, pese a que en Alemania suele desempeñarse por la banda derecha (desde donde le gusta partir a Messi para trazar su diagonal tan letal). De esta manera al joven futbolista galo le sería más complicado finalizar las jugadas con disparo pero le resultaría más fácil asistir a sus compañeros.
Con el panorama de los delanteros solventado, Valverde debería echar la vista atrás y ver lo que verdaderamente falla. Pese a no encajar goles en exceso el sistema defensivo azulgrana da sensación de fragilidad y eso no es síntoma siempre de una mala zaga. Los centrales titulares debería ser Umtiti y Piqué. El francés respondió bien en su primer año y es de suponer que va a ir creciendo. Pero cuando haya ausencias o cuando sea preciso dar descanso, un equipo de esta talla debe contar con un relevo de garantías. Mathieu y Mascherano tuvieron una mala actuación la temporada pasada y han dado muestras de que su etapa en el club ha terminado (el francés ya se ha ido). Por ello deben buscar un central con proyección para que vaya aprendiendo. La tentativa sobre Íñigo Martínez sorprendió, ya se trata de un buen defensa pero es dudoso si rendiría al nivel que exige el Barça. Además fue descartado dado el alto precio que pedía la Real (32 millones). Si buscan un central de cierta envergadura y que tenga buen trato de balón al estilo Piqué, podrían intentar traer a Musacchio. Aunque un equipo como este, que suele jugar con la defensa adelantada, requiere de un central rápido. Estas cualidades las cumple otro defensa que ya ha jugado en la liga como es Meré (ya firmado por el Colonia). El asturiano es veloz y va muy bien al corte y solo tiene 20 años, por lo que su futuro es prometedor. Sea como fuere, tiene que llegar un central que dé confianza.
Otra de las líneas que no rindió como debería fue la de centrocampistas. Y este es el problema más grave que tiene el equipo. Un equipo que ha basado sus éxitos en el control del balón y en defender con él, ve ahora cómo en ocasiones concede demasiadas pérdidas y las imprecisiones en esta zona le hacen sufrir atrás. Y el mal funcionamiento del centro del campo no solo propicia contras para los rivales, sino que convierte el juego en más lento y esta falta de fluidez hace que los balones arriba no lleguen con la frecuencia y prestancia de antaño.
A las bajas prestaciones que ofrecieron jugadores como André Gomes, Rakitic, Arda Turan o Denis Suárez, se unieron la intermitencia de Iniesta, muy aquejado por las lesiones, y el aislamiento de Busquets. El de Badía, aunque rindió bien por momentos, ha actuado como depresivo sin socios en los que poder confiar y se ha acusado su lentitud, que suele suplir con su inteligencia táctica, a la hora de cortar ataques rivales.
Por lo tanto, lo prioritario es que el Barcelona recupere la seguridad con el balón en su mediocampo. Rodearse de jugadores que no la pierden casi nunca y que generan juego hacia arriba es vital si quiere volver a parecerse a ese equipo que fue no hace mucho. Para esta posición la opción clara era Verratti. De los cracs que maneja el Barça para incorporar a su plantilla el italiano sería el más necesario. Pero de nuevo se vuelve a topar con un precio desmesurado y un PSG que parece no querer vender. Si no pudiese acometer este traspaso, no tendría que irse muy lejos. El mediocentro del Villarreal, Trigueros (25 años), encajaría de forma natural en el juego del equipo. Este jugador podría ser la clave oculta que nadie parece haber apuntado. El manchego ha demostrado en un equipo de cierto nivel ser de los mejores centrocampistas de la liga.
Con gran salida de balón, visión de juego e inteligencia al mover a su equipo es lo más parecido que podemos encontrar hoy en día al añorado Xavi. Eso sí, Trigueros se incorpora más al ataque y suele aportar goles gracias a su buen disparo de media distancia. Pero parece que el de Talavera de la Reina no tiene el glamour de otros jugadores y por eso no se fijan en él. Y es una lástima que los dirigentes se dejen llevar por este tipo de cuestiones, sobre todo en los equipos grandes. Incluso un hombre como Roque Mesa (fichado por el Swansea) le hubiera venido muy bien al equipo, si continuase madurando como hasta ahora lo ha hecho. Otra de las opciones que se ajustan a lo que pide la forma de jugar tradicional del conjunto barcelonés es otro componente del Dortmund. Su mediocentro Weigl reúne juventud, calidad y templanza a partes iguales. El alemán es un jugador idóneo como organizador y su precio no sería tan elevado.
Para destronar al Real Madrid, el Barcelona debe recuperar el estilo de juego con el que se siente más cómodo. El deficiente funcionamiento del centro del campo en los últimos años llevó a Luis Enrique a confiarlo todo a sus tres delanteros y a practicar un juego más directo, impropio de la identidad culé. Debe volver a ser noticia cada balón que se pierde en la zona ancha del terreno de juego y no algo más o menos habitual que en el resto de os grandes equipos. Si recupera esta confianza en el balón y vuelve a controlar los partidos, Messi y sus secuaces se encargarán del resto.
En definitiva, el Barcelona ha de tener como prioridad reforzar el centro del campo (Verratti y/o Trigueros). Si Rafinha se recupera bien de su lesión y Sergi Roberto vuelve a sus orígenes en el centro del campo gracias a la llegada de Semedo para el lateral derecho, quizás solo necesite uno nuevo. En todo caso Busquets e Iniesta necesitan ser dosificados. Un tercer central veloz y con buena salida de balón completaría a la pareja Piqué-Umtiti, algo muy necesario. Y la marcha de Neymar solo necesita de un fichaje, habida cuenta de que Deulofeu puede estar ante su gran oportunidad. Por lo tanto, un central, dos centrocampistas y un delantero deberían ser las piezas a obtener con el dinero recibido del mayor traspaso, de momento, de la historia del fútbol.