La palabra mole no es desconocida para muchas personas, aunque no siempre nos estemos refiriendo a la misma cosa. Incluso en otros idiomas la palabra mole tiene algún significado, como el del superhéroe The Mole Man (el Hombre de Piedra) y quizás alguien que es fanático de los superhéroes, cuando le preguntemos qué es el mole, en automático pensará en superhéroes; por otro lado, la lengua portuguesa tiene también un uso para la palabra mole en la frase «tá me dando mole?», que se podría traducir como «¿Me estás ligando?». O incluso podríamos preguntarle a un químico cuál es la cantidad de moles en la molécula del agua. En fin, esto es lo que para algunos puede significar la palabra mole. Pero no, ¡no es a lo que me estoy refiriendo en este artículo! Más bien, hoy les quiero hablar del tan famoso mole, el que se come, un platillo típico mexicano.
Pero, ¿qué es el mole?
Es una especialidad culinaria mexicana cuyo origen hay que buscarlo en la ciudad de Puebla, México, y que consiste principalmente en una salsa con una gran variedad de ingredientes como semillas y, sobre todo, chiles e, increíblemente, chocolate, que se convierten en una pasta que generalmente se diluye con caldo de pollo y se sirve encima de una pieza de pollo acompañada, en su mayoría, de arroz cocido al estilo mexicano.
Existen más de 50 tipos de este mole en la actualidad, como el mole de almendras, de menudo, de olla, rosado, blanco, etc. Pero, sin duda, el más conocido y más famoso es el mole poblano o mole rojo. Otros moles famosos son el mole verde y el mole negro, originario de Oaxaca, y que muchas veces puede ir acompañado de chapulines (saltamontes): sí, ¡insectos! Pero, aunque suene extraño, es una combinación realmente deliciosa: si le agregamos queso Oaxaca se convierte en un exquisito manjar.
El mole no es solamente famoso por su sabor, que a los mexicanos gusta pero que al paladar de los extranjeros muchas veces es diferente o extraño. Existen muchos refranes que hacen referencia al mole, por ejemplo: «Pareces ajonjolí de todos los moles», se usa para referirse a una persona que siempre está en todas las reuniones o que acostumbra meterse en todo. Otro ejemplo podría ser «A darle que es mole de olla», que exhorta a realizar algún trabajo y se podría decir que es un sinónimo de «manos a la obra».
En fin, entre que sea de chile o de mole, al final, todo es asunto del mismo mole.