La Liga de Campeones encara su tramo decisivo. Esta semana dan comienzo los cuartos de final del torneo continental y los ocho mejores equipos de Europa lucharán por acercarse un poco más a la ansiada final de Cardiff. Así se presentan los emparejamientos.
Bayern de Múnich-Real Madrid
Ambos llevan tiempo siendo líderes de sus ligas durante un largo período y esto ya indica que su temporada está siendo satisfactoria. Al menos en cuanto a resultados. Los muniqueses estaban advertidos del peligro que corrían si se dejaban llevar en el tramo final del campeonato por tener, una vez más, la liga sentenciada mucho antes del desenlace de la misma. Por eso, parece que en estos momentos se encuentran en un gran estado de forma para afrontar la eliminatoria. Por su parte, el conjunto blanco ofrece fiabilidad en los resultados pero no tanta en las sensaciones y en el juego. Varios de sus jugadores capitales están lejos de su mejor versión y el equipo no aguanta los partidos enteros. Sobre todo con la BBC, los de Zidane se parten y dejan al rival manejar el balón. Hemos visto cómo en muchos partidos sus contrincantes se han adelantado en el marcador, pero también cómo en otros el Madrid va ganando sin, aparentemente, ver peligrar los tres puntos y no acaba de cerrar el encuentro.
Si el fútbol tuviese lógica, el Bayern debería pasar a semifinales, visto lo ofrecido por unos y otros en los últimos tiempos. Sin ir más allá, los de Ancelotti vencieron al Dortmund por 4-1 este fin de semana, algo indicativo de su nivel actual. Sin embargo, los merengues llevan un tiempo ofreciendo muchas dudas y salvando puntos con más empuje que argumentos futbolísticos. Pero si imaginamos los partidos, el panorama cambia. Los alemanes tendrán el control del balón la mayor parte del tiempo y ahí es cuando el once veces campeón de Europa es más peligroso.
Hemos comprobado a lo largo de esta temporada cómo el Real Madrid es incapaz de desbordad defensas bien organizadas y atentas y ha tenido que recurrir al bombardeo en forma de balones aéreos con la esperanza de que sus rematadores cazaran alguno. En ocasiones ha dado resultado, pero en otras ha sido insuficiente. Bale necesita una autopista para destacar y Ronaldo también se encuentra más cómodo en las transiciones. Benzemá es el único de los tres de arriba capaz de asociarse y mostrar templanza en espacios reducidos. A todo esto hay que sumarle que Modric atraviesa uno de sus peores momentos desde que llegó al equipo, acusando un notable desgaste físico. Marcelo tampoco está en su cénit y estos dos componentes son claves para el desequilibrio. Con defensas cerradas, jugadores como Isco, Lucas, Asensio e incluso James son más útiles que el galés o el portugués, pero estos últimos tienen a su favor su condición de goleadores y de rematadores de cabeza. Sea como fuere, el escenario previsto será otro y en este los tres atacantes indiscutibles para Zidane ofrecen su mejor versión.
Por su parte el Bayern monopoliza el esférico y juega con las líneas muy adelantas, lo que supone un arma de doble filo. Pese a llevar tan solo 15 goles encajados en Bundesliga en 28 jornadas, su sistema defensivo deja que desear. Cuenta con unos centrales lentos (Hummels, Javi Martínez y Boateng) que no son ideales para los riesgos que asume y su stopper es un mediocentro que ya ha anunciado su retirada para el año que viene, por muy buen rendimiento que esté dando Xabi Alonso.
El Bayern tiene a su favor que va a merodear con gran asiduidad el área del Madrid porque los blancos carecen de una presión en bloque y dejan tocar a sus rivales. Del acierto que tengan en los metros finales dependerá su destino en la eliminatoria. Además, deberán acabar jugada y no perder balones en zona de conflicto cuando el equipo esté adelantando líneas. Esto suele ser mortal contra el Madrid. Thiago y Vidal, con Alonso custodiándoles, tienen más papeletas de imponerse a Kross y Modric por cuestiones de vigor que viceversa. Y aquí estará una de las claves. Asimismo, estamos asistiendo al renacer de Robben, uno de los jugadores más desequilibrantes que existen. Especial preocupación deberá tener el Madrid con los despistes de Marcelo, ya que por esa banda percutirá el holandés. Y si los laterales del Madrid se incorporan de forma continua y con gran precisión al ataque, tres cuartos de lo mismo podemos decir de Lahm y Alaba.
Queda por ver si Ancelotti apostará por Ribery o por Müller para completar la tripleta atacante en cuya cúspide se encuentra el delantero total: Lewandowski. Pero el polaco será duda hasta el último momento y su ausencia lastraría mucho las opciones de los alemanes. La baja de Douglas Costa resta peligrosidad a los bávaros, pero el brasileño no estaba contando tanto para el técnico italiano como lo hizo con Guardiola. En ambas zagas deberá jugar un central que no suele ser titular: la baja de Hummels hará que la pareja la formen Javi Martínez y Boateng y Nacho actuará junto a Ramos por estar convalecientes Varanne y Pepe. El caso de los alemanes puede ser más grave, ya que se trata del jefe de la defensa.
En definitiva, el Madrid se encontrará con un escenario que le es propicio para hacer daño, pero que el Bayern se encuentre cómodo con el balón en campo contrario puede resultar definitivo en el devenir del cruce. Todo dependerá de la inteligencia táctica de los alemanes y del acierto de cara a gol. El Madrid ofrece menos garantías, pero es el equipo del mundo que menos necesita para golpear y llevarse los triunfos.
Juventus- Barcelona
Que la Juventus no juegue bonito y no consiga jugadas ni resultados espectaculares hace que no se la tenga en cuenta entre los favoritos hasta que la competición va avanzando y ellos siguen tan vivos y fuertes como el que más. Líderes sólidos de su liga, están firmando una temporada más regular que la de su rival. Precisamente irregular es el calificativo que se le puede imputar a la actuación de este curso del Barcelona. Alterna partidos brillantes con decepciones monumentales y demostraciones de impotencia preocupantes. Por eso esta eliminatoria es impredecible. En general, equipos como la Juventus se le suelen atragantar al Barça. Pero todo depende de quién aseste el primer golpe.
Aparte de los problemas en el centro del campo de que ha adolecido durante toda la campaña, el Barçaa, ya de forma tradicional, es casi incapaz de luchar contracorriente. Esta afirmación resulta paradójica si atendemos a la remontada contra el PSG, caso inédito, pero si nos centramos en el resto de situaciones, convendremos en que es cierto. Cuando los partidos se le ponen ásperos y difíciles y el rival no deja resquicios por dónde meter el balón, pero tampoco deja pensar al jugador que posee el balón, los de Luis Enrique comienzan a mover el balón con mucha paciencia pero excesiva lentitud. Ellos mismos crean un ambiente de poca tensión y cuando se quieren dar cuenta de que el resultado peligra, ya no pueden conectarse.
Eso sí, si Messi y sus socios se encuentran cómodos desde el primer momento, todo empieza a fluir y los azulgrana son casi invencibles. Con una mejor versión de Busquets el equipo parecía haber mejorado de forma notable su juego, pero la derrota en Málaga ha vuelto a rebajar los ánimos y a crear dudas. La aportación de Iniesta se antoja indispensable, toda vez que ni Arda, ni Denis, ni André Gomes han estado al nivel que exige un club como el catalán.
Otro de los hándicaps del Barcelona es su endeblez defensiva. Como en el caso del Bayern, arriesgan mucho y sus centrales no son excesivamente rápidos. Aquí Jordi Alba puede jugar un papel fundamental por su velocidad. Además de aportar sorpresa en ataque, es capaz de apagar muchos fuegos en defensa. Está por ver si el técnico asturiano apuesta por una defensa de tres o de cuatro, pero en todo caso debería estar el menudo lateral. Además, el habilidoso Dybala, que se mueve por todo el frente de ataque, suele entrar desde la banda derecha. Esto supondría un problema para un Barcelona que optara por jugar con tres centrales, y mucho más grave si Alba no está presente en la alineación. El mediapunta argentino de la Juve también es un virtuoso del pase y esta cualidad le hace imprescindible para lanzar los contragolpes de lo turineses.
Las dudas son si Allegri formará con defensa de cinco para ahogar a Messi entre los centrales y encomendar a alguno de sus mediocentros un marcaje individual a la pulga y otro a Busquets para que no reciba con placidez el balón y si colocará a Dybala más retrasado para dar entrada a Mandzukic como acompañante de Higuaín. La Juve tiene muchas alternativas en su plantilla y su juego parece concebido para contrarrestar las virtudes de los culés. Si saben ahogarles en la salida de balón por momentos, y en otros tramos se mantienen sólidos atrás esperando para coger la espalda de los defensores catalanes, tendrán mucho ganado. El Barcelona ya no es lo que era y dependerá casi al completo de la inspiración de Messi y Neymar y la efectividad de Suárez. Si ellos están a gusto, el resto del equipo mejora. Si no, tienen muchas papeletas para sufrir una eliminación.
Borussia Dortmund- Mónaco
A priori se presenta como la eliminatoria más alocada y atractiva. Los alemanes han acreditado mayor fiabilidad en Europa que en la Bundesliga, pero una característica ha marcado su línea: muy buen ataque y mala defensa. Tiene uno de los juegos más alegres del continente y no le importa dejar desprotegida su retaguardia. Además les cuesta mucho recuperar el balón. Pero el arsenal ofensivo que poseen es devastador y cualquier defensa sufrirá ante ellos. Desde Weigl, Gonzalo Castro y Guerreiro hasta Dembelé, Reus y Aubameyang saben jugar el balón asociándose con velocidad a veces y con pausa en otras ocasiones. Luego hay alternativas desde el banquillo como Kagawa, Schurrle o Emre Mor. Con todas estas piezas se trata de la plantilla más atractiva en cuanto a proyección ofensiva. En su contra está que sus jugadores son muy jóvenes, lo que implica bisoñez, algo que se paga cuando llegan los momentos decisivos. También tiene en su contra la facilidad con la que encaja goles.
Por su parte el Mónaco ha sorprendido a mucha gente, pero en la liga francesa ya estaba avisando de lo que es capaz. A falta de siete jornadas para la conclusión sigue siendo líder con tres puntos de ventaja sobre el PSG. Pero lo que más llama la atención son sus 88 goles a favor y 26 en contra. Su vigoroso centro del campo es capaz de avasallar a cualquiera y sus delanteros son temibles. Falcao y Mbappé se complementan a la perfección y las incorporaciones por la banda de Sidibe, Lemar y Bernando Silva son a menudo imparables. El problema que pueden acusar los monegascos es que la entrega sin reservas que hacen durante un período del partido hace que después bajen mucho sus prestaciones por puro agotamiento. Esto ocurrió en el partido de vuelta frente al Manchester City. En la primera mitad se comieron literalmente a los ingleses, que fueron incapaces de montar una jugada. Pero en la segunda parte todo fue al revés y solo un errático Agüero y un gol salvador a balón parado de Bakayoko evitó la eliminación de un Mónaco fundido.
A grandes rasgos parece que el Dortmund parte con ventaja por los jugadores que tiene. Pero esta es muy ligera. Ambos equipos se parecen: son muy jóvenes y gustan de un fútbol ofensivo y vertiginoso con futbolistas de mucha calidad y velocidad. Esto permite al rival hacerles daño al espacio. Hay dos resultados en esta edición que pueden servir de paradigma para vaticinar el tipo de eliminatoria que nos pueden brindar: el 5-3 del City- Mónaco y el 8-4 del Dortmund- Legia de Varsovia.
Atlético de Madrid- Leicester City
Todo lo contrario que la eliminatoria anterior se presume que ocurra en esta. Se trata de dos equipos rocosos que se sienten más cómodos cuando no llevan la iniciativa. Las características de uno y otro conjunto son parecidas. El Leicester se basó en su solidez defensiva para alzarse con la Premier el año pasado y el Atlético también tiene como prioridad el no encajar goles. Para anotar tantos ambos equipos prefieren esperar o forzar el error del rival y aprovecharlo que elaborar jugadas. Ninguno de los dos se siente a gusto sacando el balón jugado desde atrás, tocando en corto y manejando la posesión. El peligro lo suelen crear con jugadas más directas. Dicho lo cual, el Atlético debería pasar el cruce porque tiene mejores jugadores e incluso como bloque supera a los ingleses.
Pero el Leicester ha resucitado. Y esto sobre todo afecta a nivel anímico. Por lo tanto, no será nada fácil tumbar a un equipo que nunca se da por vencido y que algo tendrá para haber ganado la competitiva liga inglesa. Además ha sido un equipo distinto en la liga que en la Champions, donde se ha mostrado mucho más compacto. Y desde que se produjo el cambio de entrenador la predisposición y el rendimiento de jugadores clave ha ido a mejor. Vardy se encuentra en un excelente estado de forma y será un peligro latente. Otro de los fuertes de los foxes es su poderío en el juego aéreo y, dado que el Atlético se está mostrando más vulnerable que nunca en la faceta del balón parado, tendrá que estar muy atento si no quiere que el partido se empiece a desequilibrar por ahí.
Se espera una eliminatoria con poco juego, pero muy intensa, en la que los de Simeone están obligados a ganar porque son mejores. La escasa ambición del técnico argentino en partidos en los que los rojiblancos tienen que llevar el peso del encuentro puede volverse en su contra y plantear una eliminatoria en la que se den resultados muy cortos y todo dependa de un detalle. Por ello, los madrileños tienen que ir al ataque y no esperar alargando el 0-0, porque esto sería jugar con fuego. Veremos cómo responde el equipo, nada acostumbrado a manejar el balón la mayor parte de los partidos. El Leicester tiene seguro su plan y es el que le suele gustar a Simeone. Pero esta vez el ‘Cholo’ tendrá que jugar otras cartas y demostrar que se puede adaptar a las circunstancias que se vayan planteando.