Ir al colegio o a la universidad en Londres puede ser perjudicial para la salud. Así lo asegura un estudio encargado por el alcalde de la capital británica, Sadiq Khan. En él se asegura que más de 800 centros de educación londinenses están expuestos a niveles de dióxido de nitrógeno que superan los límites legales acordados por la Unión Europea.
Miles de niños y jóvenes están expuestos a respirar un aire altamente tóxico cada vez que acuden a su centro de estudios. El mayor de Londres ha asegurado que estos resultados sitúan a la ciudad frente a un desafío medioambiental. La muestra hace hincapié, además, que son los niños más pobres de la capital inglesa quienes están soportando el peso de la contaminación del aire.
Un tercio de las guarderías, casi el 20% de las escuelas primarias y el 18% de los institutos de secundaria de Londres se encuentran en zonas donde los niveles tóxicos de dióxido de carbono amenazan la salud de los niños y niñas.
El tráfico es uno de los principales factores que contribuyen a la contaminación del aire en Londres y existe una creciente preocupación por las emisiones de los vehículos diesel que contribuyen a la producción de partículas de dióxido de nitrógeno.
Expertos en pediatría recuerdan que los niños/as son particularmente sensibles a la contaminación del aire y que el daño pulmonar tiene consecuencias para toda la vida. La contaminación del aire, en particular, exacerba las enfermedades respiratorias, como el asma, y predispone a los niños sanos a tener repetidas infecciones en el pecho.
El alcalde de Londres ha anunciado la introducción de la primera zona de emisiones ultrabajas del mundo. Una medida con la que se pretende reducir las emisiones tóxicas de dióxido de carbono de los vehículos diesel en un 50%. Y ha anunciado, además, que extenderá la zona a las carreteras circundantes del norte y sur de la ciudad. Además los conductores de los coches más viejos y más contaminantes van a tener que pagar 10 libras para conducir en el centro de la ciudad a partir de octubre.
Londres rompía sus límites anuales de contaminación del aire de 2017 a mediados de este mes de febrero. El primer edil londinense ha hecho entrega de 250.000 libras para financiar 50 auditorías de calidad del aire en las escuelas primarias más afectadas. El dinero permitirá a las escuelas trabajar con los consejos locales para introducir medidas para proteger a los alumnos del aire tóxico.
La contaminación atmosférica causa hasta 500.000 muertes tempranas, 9.000 de ellas en la ciudad de Londres, y cuesta al Reino Unido cerca de 30.000 millones cada ano.