Caracas, 20 de febrero, Yakuza Webzine
Con tan sólo 10 días de estrenada, John Wick: Chapter 2 se ha convertido en una pieza de culto. Ha sido un ascenso casi profético al panteón de las grandes obras del cine contemporáneo. Fue marcado por una primera parte que nos dejó con la boca abierta a todos los amantes del género Gangster Neo-Noir. Repite la misma hazaña que Arma Mortal 2, uno de los mejores ejemplos que pulverizaron la frase “no hay segundas partes buenas”. Pero no lo hace de manera convencional; la ha obliterado por completo con una lluvia de disparos, golpes, llaves de Jiu-Jitsu y la ha rematado pasándole por encima con uno de los autos íconos de la historia: el Mustang Boss 429 de 1969.
Sin temor a leernos parcializados, podemos afirmar que Keanu Reeves definitivamente está de vuelta con esta joya del séptimo arte. Es más que una trayectoria sorprendente a lo largo de tres décadas y media de éxitos cinematográficos, con roles que han encantado a toda clase de audiencias. Desde las comedias románticas hasta el drama, pasando por el cine de acción. Pero lo que sorprende no es que el actor de 52 años pareciera estar en la mejor forma física de toda su carrera, ni tampoco que se mantenga visualmente joven como si de un vampiro se tratase. Lo que nos ha impresionado ha sido el giro (o más bien acelerón) tan fugaz hacia la violencia elegante que ha tenido con esta segunda entrega de la saga John Wick.
Cuando vimos la primera película no pudimos contener la emoción de sentirnos sorprendidos, ante lo que parecía a simple vista ser un filme más (de esos que llamamos cotufero) tras mostrarse los primeros tráileres en YouTube. Nada que ver con las expectativas. La primera entrega se convirtió en una cinta de culto casi o más rápido que muchas de las ya conocidas películas de gánsters y anti-héroes de Hollywood y el cine Europeo. Su atmósfera, su narrativa lógica va más allá de lo convencional. Es simple y a la vez maquiavélica, precisa y cruda; mostrando un mundo que muchos imaginan y pocos conocen en verdad.
La segunda, además de adentrarse mucho más en él, nos muestra el trasfondo que rodea al personaje principal, al enseñarnos de manera ensordecedora para nuestros sentidos el por qué del sobrenombre que el Sindicato Criminal Ruso le ha otorgado a Wick - Baba Yaga – y el temor espeluznante que sienten los colegas criminales con tan sólo oír esas dos palabras.
Cinco elementos que definen a John Wick
Al final de la primera cinta vemos como John usa el recuerdo de su difunta esposa para inspirarse y sobrevivir a la terrible pelea que sostiene con Viggo, el jefe del Sindicato y padre de Iosef (el causante de toda esta tragedia y ahora fallecido a manos de Wick). Luego de irrumpir en una clínica veterinaria para remendarse, decide rescatar/adoptar a un perro Pitbull que se encontraba encerrado en una jaula. Este se convierte de allí en adelante en su fiel compañero. Burton, como se llama realmente el can, fue rescatado en la vida real por sus actuales entrenadores. No es casualidad que además sea del color favorito de nuestro amigo John: el gris.
1. El Perro
A pesar de ser de una de las razas consideradas como más violentas, muestra muy al estilo de Wick. Es esta clara muestra de personalidad lo que a nuestro juicio se roba el show. Marca la pauta para la próxima entrega (o próximas) de la serie. Un segundo elemento importante son los vehículos, girando obviamente en torno al Mustang Boss gris. Simboliza lo único que John ama aparte de sus desaparecidas esposa y perrita Beagle "Daisy".
2. El Carro
Regresa el Chevelle SS 454 1970 que Aurelio le presta para iniciar su venganza en Nueva York. En esta entrega hace muy buen uso del mismo para dar con el paradero de su joya robada, demostrando que es mucho mejor piloto que Jack Reacher - otro conocido personaje del cine con preferencia hacia los Chevelles (aunque quizás no tan buen conductor como Driver, el personaje de Dwayne Johnson en Faster).
3. El Arma
De igual forma podemos observar el obvio retorno del armamento. La atención al más mínimo detalle tanto en realismo como en técnica. Wick demuestra saber lo que hace, con una habilidad en tiro con pistola, rifle y escopeta sorprendente. Hace algunos meses compartimos un video donde se veia a Keanu entrenar con el "Sistema de Tres Armas". Si prestaron atención se darán cuenta que las armas que usó Reeves en él son las mismas del filme. Una Glock 34, un AR-15A y la siempre fiel Benelli M4. Son las recomendadas por el proveedor europeo que asiste a John durante una de sus múltiples asignaciones.
4. El Jiu-Jitsu
No podían faltar las escenas de combate cuerpo a cuerpo con las clásicas técnicas de inmovilización. Durante unos cuantos meses Reeves entrenó ocho horas al día para perfeccionar sus conocimientos de Jiu-Jitsu Brasileño. Esta arte marcial ha ganado fama gracias a su alta eficiencia para derrotar adversarios corpulentos. Wick hace uso de las más rápidas llaves en combinación con una técnica limpia y precisa de tiro ofensivo/defensivo. Si en el filme pasado se veía como algo novedoso, en este se consolida como el estilo a seguir.
5. El Traje
A estos cuatro elementos ya clásicos de la saga le agregamos uno nuevo. Bastante conocido en la arena política, en la gran pantalla sólo se había visto en filmes de espías secretos. El traje es sin duda un elogio a la elegancia que caracteriza a los mafiosos, sinónimo de elegancia y poder. Agréguenle un forro de Kevlar superligero y tendrás la indumentaria de trabajo de un asesino a sueldo ¿Irreal? Para nada. Conocidos estadistas y políticos de renombre han hecho uso del mismo. La única diferencia es que en esta cinta el "héroe" no se considera a si mismo como tal. Se muestra como es porque de bueno no tiene nada.
Veredicto Final
John Wick: Chapter 2 es un filme digno de ver. Elegante, minimalista y preciso. Deleita nuestros sentidos desde el primer cuadro. Aunque la banda sonora no es tan buena como en la primera entrega, su realización cinematográfica es impecable. ¿Exagerado? Lo es, pero con buen gusto. Pocas obras cinematográficas pueden acariciar nuestra psique con una mezcla casi perfecta de violencia, elegancia y expresionismo.
Entenderla va más allá de las explosiones y fracturas; es ver a un personaje sufrir una lucha interna ensordecedora. Su única respuesta posible es enfrentar la situación de la forma que mejor sabe hacerlo. Y lo hace sabiendo que poco a poco cava un hoyo del cual le será poco posible escapar.