Luego de terminada la Guerra de Independencia en Venezuela, a principios del siglo XIX, fue necesario pensar en "propiciar la traída de emigrantes europeos". En mayo de 1840 el Congreso venezolano decreta una nueva ley de inmigración y, en septiembre de ese mismo año, comienza el general Agustín Codazzi a contactar a Alejandro Benitz para traer un grupo de inmigrantes, que según Conrad Koch se consolidó en 389 personas, 239 hombres y 150 mujeres, en su mayoría de la región del Kaiserstuhl, en el suroeste de Alemania, en la frontera con Francia.
Se instalaron en lo que hoy se conoce como la Colonia Tovar. Es un sitio que se conoce como la “Alemania del Caribe”, o la “Holanda del Caribe” (porque también hay numerosos descendientes de inmigrantes holandeses).
El aspecto del lugar es de innegable estilo europeo, por lo que, además, es un sitio turístico que parece extrapolado directamente del Viejo Mundo.
Al ir a conocer este maravilloso pedazo de Alemania, tienes que visitar los lugares típicos como, por ejemplo, la iglesia, que data de la fundación de la Colonia Tovar, y realizar el salto en parapente: con un poco de adrenalina quedarás impactado con la belleza de la naturaleza y la inmensidad de Venezuela.
La Colonia Tovar se basa principalmente en el turismo para su supervivencia, pero también tienen ingresos de la gastronomía: una rica y enorme rodilla ahumada de cerdo, salchichas alemanas, los dulces típicos de la región, la inigualable fresa con crema y la cerveza Tovar, autóctona de la región, es lo mínimo que debes probar en este lugar, tan mágico e inigualable ya que no hay otra zona como esta en todo el territorio nacional.
Un pueblo pequeño, pero lleno de vida, que no solo data de la época de la independencia de Venezuela y el traslado de los europeos a este país. El municipio Tovar también tiene prehistoria: en la zona del Potrero Perdido se encuentran más de 5.000 petroglifos atribuidos a la época de los indígenas precolombinos. A este lugar solo puede llegarse en rutas turísticas por la lejanía que presenta y su demandante ejercicio físico.
La Colonia Tovar, un lugar que enamora a todo el que visita, que impresiona por su arquitectura, que embelesa por la generosidad de su gente y por su mágico poder de trasladarte a la hermosa Alemania.