El Beti Jai es, sin duda, uno de los edificios más singulares de Madrid, pero su estado amenaza ruina y actualmente hay un plan de rehabilitación propuesto por la Comunidad de Madrid.
Se trata de un frontón con un estilo arquitectónico único, muy distinto al resto de construcciones que podemos observar hoy en la ciudad. Realizado en diferentes estilos, destaca el eclecticismo de la fachada principal, el neomudéjar presente en las paredes del frontón y fachada posterior del cuerpo a calle y la arquitectura del hierro característica del siglo XIX en el graderío.
Las gradas tienen una capacidad aproximada para 4.000 espectadores y están dispuestas en cuatro plantas, cerradas al interior mediante balcones con barandillas y comunicadas entre sí a través de escaleras de madera. Se sostiene por medio de un entramado de columnas y vigas de hierro forjado, algunas de ellas curvadas para dar inclinación a las gradas, y presenta cubierta de madera. En los techos se conservan restos de frescos.
Hagamos un poco de historia: el Frontón Beti Jai, que significa "siempre fiesta" en euskera, es una antigua instalación deportiva para jugar a la pelota vasca. Fue construida en Madrid a iniciativa del empresario José Arana, quien encargó el proyecto al arquitecto Joaquín de Rucoba (1844-1919) – autor de la plaza de toros de la Malagueta, el Ayuntamiento de Bilbao o el Teatro Arriaga - en un periodo en alza del deporte de pelota, que llegó a contar con más de treinta instalaciones en Madrid.
Fue iniciado en 1893 e inaugurado en abril de 1894, y estuvo en funcionamiento hasta 1919. Con la Guerra Civil, sus instalaciones fueron reconvertidas en una comisaría y, durante los primeros años del régimen de Franco, se utilizó como lugar de ensayo de bandas musicales vinculadas al franquismo.
A mediados del siglo XX, se vendió a una empresa de automóviles, que lo utilizó como taller de reparación. Desde 1989, el Beti Jai no tiene ningún uso y su cancha ha estado ocupada con distintas edificaciones. Se eliminaron las gradas de la pista y las galerías de la planta baja y primera.
En enero de 2011 fue declarado como Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid y en 2015 pasa a ser propiedad municipal.
En la actualidad se están llevando a cabo obras de consolidación del edificio por la Dirección General de Patrimonio del Área de Gobierno de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid. Esperamos poder volver a disfrutar del Beti Jai en breve.