Málaga, viernes 30 de septiembre y domingo 2 de octubre de 2016. Teatro Cervantes. Drama lírico en cuatro actos de Giuseppe Verdi sobre libreto de Temistocle Solera según la obra dramática Nabucodonosor, de Auguste Anicet-Bourgeois y Francis Cornu, y el ballet Nabucodonosor, de Antonio Cortesi; ambos inspirados en la historia bíblica de la cautividad de Babilonia. Estrenada en el Teatro alla Scala de Milán el 9 de marzo de 1842.
Producción Teatro Cervantes y Telón Producciones. Intérpretes: Luis Cansino, barítono (Nabucco); Maribel Ortega, soprano (Abigaille); José Antonio García, bajo (Zaccaria); María Luisa Corbacho, mezzosoprano (Fenena); Javier Argulló, tenor (Ismaele); Ángel Rodríguez, bajo (Gran imán); Jesús Gómez, tenor (Abdallo); Olga Bykova, soprano (Anna). Con la colaboración de Orquesta Filarmónica de Málaga y el Coro de Ópera de Málaga. Director de escena Ignacio García. Director de coro Salvador Vázquez. Director musical Arturo Díez Boscovich.
Da comienzo la XXVIII edición de la temporada lírica con una de las grandes obras maestras de la lírica: la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi, que a su vez, fue comienzo de la gran carrera artística de Verdi. Fue representada el pasado viernes 30 de septiembre y domingo 2 de octubre en el Teatro Cervantes (lleno absoluto ámbos días) y le seguirán obras excepcionales, algunas de ellas, Tosca (S25 20.00 h. D26 19:00 h. Febrero 2017) Antología de la Zarzuela (S24 20.00 h. D25 19:00 h. Junio 2017) y Ainhoa Arteta y José Bros (D6 19:00 h. Noviembre 2016 recital lírico), iconos dentro del mundo de la música, óperas y recitales líricos muy significativos que se podrán disfrutar en el conocido teatro.
Concretamente Nabucco, sin duda, una obra excepcional, desde el primer momento, a nivel tanto artístico como técnico, ganando no solo en unidad sino también en competencia estilística y en algo tan importante como la sincronía de la obra, el significado coordinado que la obra transmite.
Los directores de escena Ignacio García y David Martel estrenaron su montaje, que emplaza en la Siria actual, en las ruinas de la ciudad romana de Palmira, la acción de la ópera.
Pero el verdadero colofón de la obra son la talla inigualable de personajes y solistas que la encubran: Luis Cansino, Mali Corbacho, Maribel Ortega y José Antonio García, entre otros, lo que garantiza un alto nivel en los papeles principales.
Luis Cansino se muestra convincente, en el se destaca la transformación de un personaje aparentemente acabado y después dueño de su propio destino, cargado de un virtuisísmo inimaginable y fuerza en su voz, lo que le da una marca de identidad propia.
Con la colaboración de la Orquesta Filarmónica de Málaga, en la dirección de Arturo Díez Boscovich, y el Coro de la Ópera de Málaga, en la dirección de Salvador Vázquez, le dan un sello inconfundible y conquista al espectador por su poderoso efecto dramático y romántico propio del género y que contiene entre otras irresistibles melodías el celebérrimo Va, pensiero, un coro que es pura historia de la unificación italiana.
Argumento
De temática biblíca con un intenso drama, perpetua lucha universal e intemporal de la opresión sobre los pueblos más débiles y bajo una trágica atmósfera conocida que inunda las portadas de los periódicos y telediarios de los últimos meses, la ópera se posiciona en contra de una clase de poder absurdo cuyas acciones son irracionales.
La memoria del Teatro Cervantes
De otra parte, el Teatro Cervantes y el coliseo malagueño en la producción musical junto con Telón Producciones en la producción escénica han sabido mantenerse como una de las distribuidoras más importantes en este género musical en la capital de Málaga, con un sonido excelente en el auditorio lo que supuso un plus añadido a la potencia y limpieza de la voz de los tenores, sopesada e intachable, un espacio perfecto en el que se demuestra el título de Monumento Histórico Artístico. Además se sitúa como una de las productoras referentes en Europa, y es que en 2012 se cumplieron 25 años de la reapertura de teatro como espacio escénico de propiedad municipal, ofreciendo en su larga historia desde sinfonías, dramas clásicos, comedias, ballets, conciertos de jazz, flamenco, rock, musicales, galas de todo tipo hasta óperas, toda una diversidad de obras, alarde de una calidad artística y plural.
Con un plus añadido, el Teatro Cervantes concede para la revista Wall Street International una entrevista de su actor principal y protagonista, Luis Cansino. Un tenor y barítono avalado por su carrera profesional e indudable eco artístico. Un intérprete que ha alcanzado, sin duda, la madurez artística, combinando una contención en los movimientos y una carga de sentimiento justamente dosificado, de modo que crea la ilusión de la espontaneidad y una natural fluidez emocional. Las escenas por él representadas están cargadas de sinceridad y tan creíbles que parecen reales. La verosimilitud en la metamorfosis de los diferentes actos y diferentes etapas de su personaje vislumbran algo mágico, casi trágico en el segundo acto, para más adelante, ganar en expresión, emoción y transformación de su propio destino. Vigoroso, elegante voz, impecable, muy brillante y de excepcional fuerza expresiva.
Si ha actuado fuera de España, ¿podría decirme si existe diferencia alguna entre el público español y otros públicos?
Bueno, … yo creo que, en lo fundamental, todos los públicos son muy similares, aunque es cierto, que influyen aspectos culturales, de carácter o espontaneidad que diferencian a unos de otros, pero esto es algo que no sólo sucede entre España y el extranjero sino dentro de nuestras propias fronteras.
¿Qué papeles ha interpretado a lo largo de su carrera? ¿Con cuál se ha sentido más identificado?
Sería muy larga la lista! Imagine que llevo cantados cerca de 80 papeles principales a lo largo de mi carrera. Quedarme con alguno sería muy difícil porque seguro que si cito unos cuantos, más de uno se quedaría fuera, y yo soy de los que intenta enamorarse de cada rol que canto y cada uno de ellos me ha regalado tantas cosas, tantas noches hermosas y tantas consecuencias positivas que, me va a permitir no haga el feo a ninguno y lo dejemos así.
Dentro del ámbito musical y concretamente de la ópera, ¿cuál es el paraíso para un solista como usted?
Pues, sinceramente, le digo, cualquier lugar donde pueda hacer música de una manera respetuosa, con buen ambiente, buenos profesionales y compañeros, en los que prime el arte y la calidad por encima de los egos. Eso puede sentirse en el sitio más pequeño y modesto, o en el más grande y venerado. A mis casi 30 años de carrera, yo busco disfrutar de cada producción que hago y, simplemente, ser feliz.
Teniendo en cuenta el público no aficionado a la ópera, ¿Qué diría para que se animarán a consumir y disfrutar este tipo de cultura?
Bueno, yo creo que esto es un asunto en el que tiene muchísimo que ver el grado de implicación de las autoridades a la hora de difundir, no ya la ópera o la zarzuela, sino toda la música clásica, el arte y la cultura general en la sociedad, desde niños, en las escuelas. A mí me encantaría que, en España, como sucede en otros países, se fuera a ver con la misma naturalidad una función de ópera o un concierto sinfónico, que se va a un concierto de rock, pop o ver un partido de fútbol. Necesitamos que la Cultura forme parte de la normalidad ciudadana pero para eso hace falta, insisto, convicción, implicación y ganas por parte de quienes nos gobiernan en las diferentes instituciones del Estado.
¿Cuándo se puede decir que un barítono alcanza la plena madurez sobre el escenario?
Yo creo que siempre es importante tener los pies en el suelo y la cabeza bien amueblada. La paciencia es la mejor consejera y aliada en la vida en general y, desde luego, en el devenir de un cantante lírico. Las prisas nunca son buenas y siempre hay que pensar que lo que tenga que ser, lo que tenga que venir, llegará, si es que tiene que ser así, sin necesidad de forzar las cosas. En el caso de la voz de barítono esto es algo mucho más evidente porque nuestra madurez vocal llega con el paso de los años sobre todo a la hora de abordar determinado tipo de repertorio. Yo, por ejemplo, nunca aconsejaría a un joven barítono que cantase Verdi. Hay roles maravillosos, en el repertorio rossiniano, mozartiano, belcantista en los que empezar a foguearse. Y cuidado, no quiero decir que no sean difíciles; simplemente que son roles ideales para un barítono joven. Pero los grandes roles verdianos que, si vd se fija, son personajes maduros, con una carga vital tremenda y alta complejidad psicológica, estimo que sólo pueden abordarse de manera adecuada cuando uno ya tiene un cúmulo de vivencias que, además, van acompañando a la madurez vocal.
Algo que interesa a mucha gente e incluso a aficionados, ¿Qué cuidados especiales, que no tenga cualquier otra persona, debe seguir un cantante de ópera?
Jajajajajaja! Sobre este tema se ha hablado mucho, y se sorprendería vd como no hay tanta diferencia. En cualquier caso, yo creo que lo más importante para nosotros es el descanso. ¡No imagina vd lo beneficioso que es poder descansar y dormir adecuadamente en los dos días siguientes a haber cantado! Luego, evidentemente, al menos en mi caso, pues está en evitar los humos y los cambios bruscos de temperatura que no hacen ien a nadie pero que a un cantante, por tener más sensible, nuestro aparato fonador y respiratorio, pues nos afecta más.