Los millennials, es decir los jóvenes nacidos entre el 1980 y el 2000, viven en un mundo distinto. Sus valores y costumbres son otras, comparadas con el resto de la sociedad. Por ejemplo, el 62% de ellos, en Italia, se preocupa de su alimentación y exige que sea sana y sostenible a la vez. Un 73% se interesa por problemas ambientales. Poquísimos ven el mundo y a los otros desde una perspectiva estrecha, sea esta nacionalista o de corte racista.
Muchos se preocupan por la desigualdad social, no persiguen objetivos materiales como si fueran los más importantes y valoran la educación, un trabajo interesante, los viajes y la posibilidad de desarrollarse como personas. La homofobia entre ellos es casi inexistente y sus valores se basan en la tolerancia, la diversidad, un concepto intuitivo de justicia y políticamente buscan alternativas a los viejos partidos y a las viejas ideologías.
Los millennials representan una tendencia casi global y ellos se sienten más cerca entre ellos mismos, independientemente del país de origen, que con las otras generaciones, incluyendo también a las de sus propios nacionales. La religión no es un tema público y no le dan mayor importancia. Sus intereses y preferencias se basan en experiencias directas, la vida es un espacio para descubrir, donde la práctica de un deporte y la salud en general son importantes. Existe realmente un abismo entre ellos y las generaciones anteriores, que se manifiesta a nivel social, ético y político y esta generación, los millennials, es numéricamente más importante, que la de los baby boomers, que en estos años piensan en jubilarse.
Las generaciones que dominan demográficamente el mundo occidental son: los traditionalists es decir “los viejos conservadores” de una edad entre los 70 y los 85, los baby boomers, que crecieron con la guerra de Vietnam y el rock, la generación X, que nació poco antes de internet y a los inicios de la tecnología informática, que se distancia de sus predecesores por un individualismo más marcado y los millennials, que en estos momentos entran con fuerza en el mercado del trabajo y la sociedad, imponiendo sus preferencias y su modo de ser, cambiando el mundo a su medida.
Los análisis comparativos, a nivel generacional, tienen como objetivo establecer las diferencias preferenciales en relación a gustos, tipo de consumo, relaciones familiares y también intereses políticos. Los métodos de estudio son siempre más sofisticados y se basan en cohortes, análisis de opiniones y el comportamiento en las redes sociales, que permiten verificar claramente los cambios de actitud y su permanencia en el tiempo.
Una de las tantas conclusiones es que los valores dominantes en una generación transcienden en el tiempo y que los posibles saltos de una posición a otra, en muchos casos, son el resultado de observaciones relativamente superficiales o problemas metodológicos. No hay que que focalizar en lo que la gente dice, sino en cómo actúan y, recientemente, los “millennials” han sorprendido con su activo apoyo a Bernie Sanders, arraigado en sentimientos de justicia, lucha anti-establishment, respeto por el medio ambiente y un rechazo fuerte y visible a la hipocresía política.
Una de las fuerzas que cambian las sociedades modernas son los desplazamientos de preferencias de las distintas generaciones, un aspecto que la sociología no ha estudiado detalladamente hasta ahora. Por otro lado, sociedades cerradas, como la chilena, no permiten visualizar claramente estas diferencias, porque las nuevas generaciones tienen menos espacio para experimentar y formarse una identidad cultural independiente y su “protesta” se manifiesta en apatía, actitudes autodestructivas, suicido y un consumo exagerado de alcohol y estupefacientes.
A nivel psicológico, el concepto generacional es siempre más importante, ya que los mensajes son entendidos en modos diferentes por cada generación, la actitud laboral cambia, la relación con los colegas y con los jefes, como también las expectativas, la motivación y la capacidad de tomar iniciativas y trabajar en grupos.
Los traditionalists son conservadores y autoritarios, tienden a seguir las reglar y no las cuestionan. Los baby boomers están más orientados al grupo y a las discusiones, donde la perspectiva personal es importante. Los miembros de la generation X prefieren trabajar autónomamente y con objetivos concretos. Los millennials, en vez, se preguntan a menudo por los objetivos y el sentido de las actividades que tienen que realizar. Aceptan el trabajo en grupo y las discusiones colectivas, pero tienden a ver todo desde una perspectiva que pone énfasis en los valores. La literatura en este sector está creciendo rápidamente y el tema es, sin duda, siempre más actual.