Sin duda alguna, Pokémon Go es el juego para móvil del verano. Despierta grandes filias y enormes fobias. Es un tema de conversación que no se le escapa a nadie, sea cual sea la edad que tenga. Los informativos llenan minutos y minutos con él. Se han escrito ríos de tinta al respecto, tanto a favor como en contra. Ha desencadenado toda clase de eventos, incremento del consumo de datos, venta de baterías portátiles, accidentes e incluso alguna muerte. Niantic, la empresa que desarrolla la app, ha puesto de vuelta en el tablero a una decadente Nintendo y gana millones de euros al día. ¿Se puede decir algo más al respecto? Vamos a intentarlo con una herramienta clásica de manejo empresarial: el análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades).
Una de las principales debilidades del juego es su sencillez. La app, aunque parezca completa por su funcionamiento, no es más que una beta. Recientemente, en la Comic Con de San Diego, se anunció que no hemos visto más que un 10 % del juego previsto. Esto puede desincentivar a personas que busquen un entretenimiento más adulto o incluso a los gamers más puristas, que huyen de las betas. El apartado visual es bastante básico y la música simple y repetitiva a poco que se juegue.
Aunque más que nada, la debilidad de Pokémon Go que más quejas molestias crea entre los usuarios es su elevado consumo, tanto en batería como en datos, al tener la constante necesidad de permanecer en primer plano y con el GPS activado, más el sonido y la vibración, junto con el brillo medianamente alto, si queremos enterarnos de lo que pasa. Para colmo, complicando aún más el juego, cada actualización ha hecho más confuso y menos manejable el sistema de rastreo para las capturas, penalizando además el uso de webs de terceros que facilitaban la localización de Pokémon, como Pokevision.
Otro aspecto negativo es la desventaja que supone para dos tipos concretos de jugadores. En primer lugar, los que viven en localidades pequeñas o aisladas, debido a que la app emplea como Pokeparadas las heredadas de un juego anterior, Ingress, ignorando el desarrollo urbano y a la gente alejada de los núcleos de población. Luego están los jugadores que empiezan a jugar ahora o más tarde, que poco tendrán que hacer en los gimnasios contra contrincantes de nivel 20 o superior.
Por otro lado, a pesar de que las ganancias no son pocas, el sistema de micropagos, de momento, no es obligatorio para avanzar en el juego, ni muy necesario para un progreso rápido que tampoco garantiza. Por ello, para seguir creciendo, Niantic necesitará monetizar el éxito de alguna manera.
La amenaza más obvia para Pokémon Go es la competencia: viendo el éxito arrollador que ha tenido, es probable que otras empresas lo copien, lanzando sus propias versiones, cogiendo la idea lanzada, por ejemplo, de un "Harry Potter Go". Aunque parecen superados los problemas con los servidores, que ya solo suceden de tarde en tarde, al principio la aplicación parecía morir de éxito, con miles de personas que se la descargaron antes de estar disponibles en sus países de manera oficial (estamos en el siglo XXI y la espera favorece la piratería, como bien dice Kim Dotcom). Ello, junto a supuestos ataques informáticos, probaron la vulnerabilidad de Niantic y la forzaron a un crecimiento lento, que deberá sostener y para el que necesitará aliados técnicos si quiere implantar más cosas en el juego.
Un gran peligro es el aburrimiento. Al ser todavía una beta, es relativamente simple. De momento no ofrece oportunidades para la interacción social, ni una historia, ni unas misiones completas. Una vez alcanzado el nivel máximo y cazados todos los Pokémon, como han logrado algunos entusiastas jaleados en los medios, poco más hay que hacer. La empresa debe ofrecerles algo nuevo, así como luchar contra los tramposos (algo en lo que por fin se está aplicando) que llegan de manera artificial a niveles inigualables de fortaleza y desalientan a los nuevos jugadores y a aquellos que emplean la aplicación de nueva fe.
Como es natural, aparecerá la publicidad negativa, en forma de advertencias por posibles accidentes, artículos de haters advirtiendo de que practicarlo es poco menos que una lobotomización, burlas, etc. Algo típico del éxito. Un problema más serio es la prohibición oficial en países como la India o Arabia Saudí, dos mercados nada despreciables.
Hablemos ahora un poco en positivo. Pokémon Go tiene bastantes fortalezas. Ha conseguido conectar no solo con la generación Y (más conocidos como milllenials) nostálgica de los primeros juegos de Pokémon, sino también con jugadores de 30 para arriba y los más niños, consiguiendo algo precioso: que los jóvenes se reúnan para practicar una actividad al aire libre y no para emborracharse. También ha logrado que muchas personas abandonen el sedentarismo y los problemas de relación social para disfrutar fuera de casa, compartiendo momentos preciosos de camaradería en quedadas y eventos.
Debe agradecérsele a Pokémon Go, como gran fortaleza, el fomentar la actividad física y ser un estupendo entretenimiento para cuando tenemos que hacer recados por ahí o simplemente caminar por gusto, combinado con música o con los sonidos de la naturaleza.
Ahora bien, la app presenta muchas oportunidades que Niantic no debería dejar pasar. Puede tener la tentación de cobrar a los usuarios para las etapas más avanzadas del juego, pero sería interesante continuar con el modelo freemium incluyendo publicidad en su lugar.
A parte de las mejoras de carácter claramente técnico (servidores, consumo, poder dejarla en segundo plano mientras se va por ahí, mejora de los gráficos, variedad musical, ampliación de las paradas...) es necesario dar a la aplicación características esenciales de los videojuegos, por mucho que se quiera una "experiencia móvil" distinta. Es preciso incluir el intercambio entre amigos, en persona o a distancia, facilitando así el juego y las relaciones entre personas distantes o temporalmente separadas, fomentando así la fraternidad y ganando clientes de una pieza. Incluir alguna clase de argumento, misiones, repensando el sistema de gimnasios...
Es mucho lo que está por ver y lo que podría pasar. Pero, sin duda alguna, Pokémon Go seguirá dando que hablar.