La Unión Europea de Schumann, Adenauer, De Gasperi y Monnet está agonizando. Bruselas no puede ni debe hacer caso omiso a la salida de Gran Bretaña. No es por la perdida de los británicos, a los que pongo puente de plata para su huida, es porque obviar el antieuropeísmo de la ultraderecha en Francia, Alemania, Grecia, Italia, Finlandia, Dinamarca, Suecia, Austria… no acabará con el veneno xenofobo de la inmigración.
¡Que barbaridad! Lamentable que un partido de fútbol, Inglaterra-Gales, cerrase los ojos y tapase los oídos de miles de ingleses...que breve fue el duelo de la diputada laborista. Jo Cox, que participaba a favor de la permanencia en la UE, reconocía que la inmigración es un problema muy serio que nos concierne a todos pero consideraba que no era un motivo de peso para salir de la Unión. Supongo que el radical que le quitó la vida era descendiente del celebérrimo Enrique VIII y claro, pensó que era una causa de estado eliminar a una mujer infiel a la corona. ¿Quién es más bárbaro para el Reino Unido, el inmigrante o Tommy Mair?
No se puede defender así la política de participación o no participación europea, no se pueden ocultar así los “crímenes de guerra” en un país como Inglaterra en pleno siglo XXI. Craso error de Cameron convocar un referéndum donde el resultado no necesitaba de urnas, ni de bola de cristal, estaba anunciado en portadas de periódicos como Sun con un titular a toda página: “Independence Day”. Así es, muchos ingleses conservadores siguen viviendo con el rencor de no ser el Imperio Británico que otrora fue.
Inglaterra hecha a si misma, siempre ha sido una impostora internacional. Su forma de relacionarse ha sido la dominación y el colonialismo. Tras la Segunda Guerra Mundial decidió no participar en la recuperación del continente, Churchill pensó que su país no atravesaba tanta ruina económica como el continente. Gran Bretaña gracias a su posición geográfica no fue arrasada por los bombardeos que sí sufrieron Alemania y Francia, esto unido a la Commonwealth y el inmenso fichaje de colonias que sostenían la prosperidad inglesa hizo que el aislamiento de Europa fuese para ellos un sueño nacional.
No duró mucho su alegría, el Reino Unido fue perdiendo su poder económico y armamentisco mientras observaba la realidad de sus vecinos europeos protegidos por el plan Marshall. Francia, Alemania, Países Bajos, Italia, se convertían en la vanguardia económica.
Hasta en dos ocasiones Charles de Gaulle vetó la solicitud de entrada del Reino Unido en la Comunidad Económica Europea, en 1961 y 1967. De Gaulle sabía que los ingleses son esos vecinos que nunca tienen azúcar cuando les pides. Finalmente en 1973 cambió el gobierno en Francia y entraron los ingleses.
Desde entonces, el Reino Unido ha sido un dolor de cabeza constante para Europa. Eso creo, por muy determinante que sea mi opinión. Es un país que no está preparado por su idiosincrasia para formar parte de ningún proyecto común.
Ahora ha sido Cameron el nefasto director de orquesta, pero no hay que crucificarle. El Reino Unido desde su bautismo europeo, en función de sus primeros ministros, casi todos han prometido un referéndum de permanencia en Europa. De hecho el primero fue en 1975, solo dos años después de entrar en la CEE y ganó el sí a la permanencia.
Diferente fue el asunto de 1992, el Tratado de Maastricht, con el expreso propósito por parte de Alemania y Francia de profundizar en la constitución federal. Ni que decir tiene que los conservadores consideraron el Tratado de la UE un robo de soberanía. Y como la UE es una gran señora dejó que los ingleses pidiesen a la carta su entrada en la Unión. Un ejemplo claro fue su moneda: la libra no se toca.
Y ahora que en Europa los inmigrantes golpean nuestros muros, ahora que se pone a prueba nuestra tolerancia, ahora que el nacionalismo de la extrema derecha es un secreto a voces en muchos países, ahora que no podemos mirar hacia otro lado porque Europa tiene un gran problema que requiere de una gran solución, ahora ellos deciden irse.
¡Adiós!...aunque tengo mis dudas de que sea tan rápida la despedida. Con Theresa May la salida de los británicos de la UE será la peor pesadilla para Europa. El adiós definitivo nos va a costar mucho tiempo y May va a jugar a tener lo mejor del In y el Out. Cuando el Tratado de la Unión Europea estipuló dos años a partir de la puesta en marcha del artículo 50, no podía imaginar que sería otra “dama de hierro” la que negociaría el Brexit.
Para el resto del mundo, Europa "no progresa adecuadamente" y aunque parece estar muy lejos...¿estarán Estados Unidos y China frotándose las manos ante la posible desaparición del bloque europeo?