Esta noche se abren las esperadas finales de la NBA. Los dos campeones de cada conferencia siguen vivos y se mantienen como favoritos para reeditar su título de la mitad del mapa donde están ubicados.
Final de la Conferencia Este: Cleveland Cavaliers vs. Toronto Raptors
Cleveland se ha paseado contra Detroit y Atlanta ganando los ocho partidos que han disputado. Todo lo contrario le ha sucedido a Toronto, que ha llegado al séptimo encuentro en las dos eliminatorias que ha logrado superar. Especialmente duro ha sido el cruce contra Miami, en el que se ha llegado a la prórroga en tres ocasiones. En símiles tenísticos, lo podríamos equiparar a la situación en la que un jugador llega a la final sin ceder ni un solo set y el otro ha visto alargado sus partidos de manera interminable con tie-breaks de por medio.
Al cansancio acumulado de los Raptors hay que unirle la diferencia de calidad entre una y otra plantilla. Si en igualdad de condiciones los Cavs serían favoritos, ahora lo son más. Es cierto que Kyle Lowry ha despertado en los últimos partidos contra el Heat, pero su rendimiento durante la post-temporada no es nada fiable. Si los Raptors quieren optar a incomodar a los Cavaliers necesitan la mejor versión de su base, tanto en la dirección como en la anotación, y de su estrella, DeMar DeRozan. Ambos acreditan un acierto menor del 37% en tiros de campo y tendrán que mejorarlo sí o sí.
Clave también se antoja la recuperación del pívot lituano Jonas Valanciunas. Pese a que Bismack Biyombo está realizando unos magníficos playoffs, la utilización de dos hombres grandes solventes deberían suponer una valiosa herramienta para los canadienses a la hora de evitar las peligrosas penetraciones de LeBron y de Irving. Aunque resulta sorprendente que el arma que más y mejor están utilizando los de Ohio es el lanzamiento exterior. Un dato lo dice todo: han convertido más triples que los Warriors habiendo jugados dos partidos menos. Además lo han hecho con sumo acierto, ya que han encestado más del 46% de los triples intentados en playoffs (134 de 190). Jugadores como Kyrie Irving, J.R. Smith, Richard Jefferson y Channing Frye se llevan la palma en este aspecto. La atención que acapara LeBron James puede explicar parte de este éxito, pero de todas formas están inspirados sobremanera desde la larga distancia. Veremos si esta tendencia continúa. Si lo hace, los Raptors pueden despedirse de la serie. Lo lógico sería que su acierto desde más allá del arco descendiera. Aun así, los Cavaliers tienen más variantes tanto en ataque como en defensa y una pieza en la que no se suelen centrar los focos: Tristan Thompson. El canadiense tiene un don para el rebote en ataque y nutre de segundas opciones a compañeros que no suelen fallar muchas veces.
Para Toronto, más allá de la inspiración de sus dos titulares en el backcourt y del rendimiento de sus pívots, un aspecto crucial será la defensa que DeMarre Carroll ejercerá sobre LeBron durante la mayor parte de la eliminatoria. Carroll ha demostrado ser un gran defensor y, si logra frustrar a ‘King James’, su equipo tendrá mucho camino avanzado. A pesar de que el 23 de los Cavs no es el máximo anotador de su equipo en estos playoffs (Irving lo aventaja en un punto de media), es su indiscutible líder y es el mejor de la liga involucrando en el juego a todos sus compañeros. James es experto en resucitar a jugadores exteriores cuando han llegado las eliminatorias por el título. Este año le ha tocado el turno a Frye, quien, pese a figurar como interior, se juega casi todos sus tiros desde la línea de tres puntos. De momento con gran acierto.
Con todos estos ingredientes, los Raptors tienen que encomendarse a actuaciones prodigiosas de sus hombres pequeños en ataque (con Corey Joseph como tercer estilete) y a la solidez defensiva de sus pívots. Cleveland simplemente ha de seguir igual. Hasta el momento Tyronne Lue ha jugado al smallball. Es posible que las características de la plantilla de Dwyane Casey obliguen a Lue a poner en liza al ruso Timofey Mozgov durante ciertos momentos de la serie. Dicho lo anterior, los canadienses deberán mejorar mucho y los de Ohio bajar en demasía su nivel para encontrarnos con una serie competida hasta el final.
Final de la Conferencia Oeste: Golden State Warriors vs. Oklahoma City Thunders
La final que todos los aficionados neutrales querían ver. Por atractiva, por velocidad y por la preponderancia del ataque sobre la defensa. Los Warriors llegan hasta aquí con alguna pequeña duda con respecto a su estado físico. Estos titubeos se deben más a las comparaciones con su histórica temporada regular que con los problemas que han tenido para deshacerse de sus rivales. Bien es cierto que han perdido dos partidos y que Portland fue mucho más difícil de batir de lo esperado. Pero también es verdad que la baja de Stephen Curry durante más de la mitad de los partidos disputados por su equipo ha afectado al juego de los Warriors, así como en la parcela anímica de sus compañeros. Con Curry recuperado y en plenas facultades los Warriors parecen imparables.
Pero no hay que olvidar que enfrente estarán dos animales como Kevin Durant y Russell Westbrook. Si alguien puede siquiera molestar al MVP de los dos últimos años es el base de los Thunder, dado su imponente físico y su exultante explosividad. El plan de los de Billy Donovan debe empezar por intentar parar a Curry, por difícil que parezca. De Westbrook dependerá gran parte de lo que ocurra en esta vibrante eliminatoria. Ofensivamente deberá atacar una y otra vez al base de los Warriors, cuya mayor virtud no es la defensa. Los objetivos deben ser dos: agotarlo físicamente para que no esté fresco en ataque e intentar sacarle faltas en los primeros minutos para limitar su presencia en cancha. Atrás habrá de estar muy encima de Curry para evitar, si es que fuera posible, que tire en condiciones para garantizar buenos porcentajes dese fuera. De todas formas, Curry es un genio. Y los genios están por encima de todas estas teorías neutralizadoras. Si está inspirado no habrá quien lo pare.
Otro duelo interesantísimo será el de anotadores compulsivos como son Klay Thompson y Kevin Durant. Aunque no se emparejarán en defensa, son hasta el momento los dos mejores cañoneros de la serie. Ambos anotan más de 27 puntos por partido, aunque el pequeño de los Splash Brothers lo está haciendo con mejores porcentajes que Durantula. Sobre cada uno de ellos estarán dos buenos defensores: Andre Roberson y Draymond Green respectivamente. No es necesario destacar que Green es muy superior y parece que aquí los vigentes campeones pueden obtener una ventaja. Precisamente Green se ha convertido en uno de los jugadores más completos de la NBA, no en vano es el mejor reboteador y asistente de su equipo y está anotando cerca de 18 puntos de media. Es quien manda en defensa y quien toma la responsabilidad cuando uno de los dos magos de la Bahía de Oakland está desacertado.
Siguiendo con el análisis hombre por hombre, posiblemente en el único apartado en el que los de Donovan sean superiores a los de Steve Kerr es en el juego interior. Y no por mucho. El trío Ibaka,-Admas-Kanter está siendo más productivo que el que forman Bogut, Speights y Ezeli. Bien es cierto que Kerr recurre mucho a jugar sin pívots (Green ocupa el puesto de 5) y dota de menos minutos a esta tripleta de hombres grandes. Para acabar con la comparación de piezas, tenemos que mirar hacia los banquillos. Y no precisamente a la labor de los entrenadores, sino a los recambios de los titulares. Y aquí seguramente surja uno de los mayores desequilibrios. Los minutos que transcurran con suplentes de ambos conjuntos en pista deberán proporcionar ventajas para los Warriors. El banquillo de los californianos es ampliamente mejor que el de los de Oklahoma. Iguodala, Livingston, Speights, Ezeli e incluso Barbosa aportarán más en conjunto que jugadores como Kanter, Waiters, Foye o Morrow. La única asignatura pendiente que tiene Golden State es involucrar más a Harrison Barnes y que este se sienta importante para estar fino a la hora de mirar al aro.
Si nos remitimos al juego en equipo de cada contendiente, también salen los actuales campeones mejor parados. En ataque participan todos y todos saben mover el balón y encontrar la mejor opción. Todo lo contrario ocurre en los Thunder, que a veces parece que no juegan a nada más que no sea dársela a Westbrook o a Durant y que ellos se las apañen. Eso sí, son tan buenos que jugando así han sido capaces de eliminar a los magníficos Spurs. Aquí afrontan un nivel más y tendrán que circular mejor el balón para meter en el partido a jugadores que suelen ser secundarios y evitar la previsibilidad de la que adolecen. Ibaka puede abrirse y anotar desde fuera, Waiters ha tenido una buena serie ante San Antonio y Morrow podría utilizarse de mejor manera, aprovechando los espacios que dejan los dos cracks. También podrían recurrir algo más al pick n’ roll (territorio inexplorado para ellos) con Adams y con Kanter.
En defensa también son superiores los Warriors debido a su mayor compenetración y concentración. Quizás otro punto en que son mejores los Thunder es el contraataque. Si logran provocar pérdidas en su rival, situaran los partidos en el terreno que más les gusta y donde Westbrook y Durant se siente más cómodos. Los Warriors dominan tanto las transiciones como el ataque estático, por ello todo parece indicar a que veremos reeditada la final de la NBA del año pasado. Pero aún es pronto para saberlo y la mejor liga del mundo siempre nos sorprende. Por eso, We love this game.