Desde el año 1996, bajo la presidencia de Carlos Saúl Menem, con un alto número de desocupación en la Argentina, se comenzaron a otorgar planes sociales. En ese momento, solamente accedían a una ayuda económica por el estado nacional quienes formaban parte de un partido, el PJ en la época, o tenían relación con algún punta político. Los planes los otorgaba cada intendente por lo que el manejo total del tema lo realizaban ellos. De esta manera nacieron las agrupaciones piqueteras del conurbano. Estos se organizaban para cortar rutas y presionar por subsidios y alimentos, con protestas bajo reclamos de fondo: no sólo planes, sino trabajo genuino, salud pública y educación. Varios años después decidieron no distribuir los subsidios exclusivamente por esos medios, comenzando a otorgarse de forma directa a las personas que se organizaban y se inscribían como ONG.
En el 2002, bajo la fugaz presidencia de Adolfo Rodriguez Saá se extendió el beneficio de forma universal bajo tres requisitos que debía tener el solicitante: no tener trabajo, tener hijos en edad escolar y ser jefe de hogar. Los planes se extendieron a: Asignación universal por hijo, Ingreso social con trabajo, Ellas hacen, Plan más y mejor trabajo y Prestación por desempleo, entre otros.
Bajo la idea de dar una ayuda económica en determinadas condiciones a estructuras diversificadas de la sociedad, hubo modificaciones de leyes que condujeron a acceder a subsidios como políticas sociales. La ley de medios, la cual existe desde 1983 y fue modificada luego de atravesar varias instancias judiciales hasta llegar a la corte suprema del país y lograr su fallo final el 29 de octubre del 2013, se ponía en vigencia bajo el plan de descentralizar a grupos económicos que controlaban medios de comunicación bajo el lema de ayudar a personas, ONG´s, fundaciones, grupos o entidades de tribus originarias.
En el 2015 la fundación H.O.Pe, la cual se encarga de brindar ayuda a niños con problemas oncológicos, ofreciendo hospedaje y comida a ellos y sus familiares mientras llevan a cabo los tratamientos, quiso participar de subsidios que otorga FOMECA, supervisada por el AFSCA. Lo que informa la página oficial es lo siguiente:
“Para acompañar con recursos a los nuevos actores de la comunicación, AFSCA creó el Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (FOMECA). A través de esta herramienta, el Estado Nacional acompaña el proceso de ampliación de nuevas voces y miradas, y fortalece a los actores de la comunicación audiovisual comunitaria”.
Este mecanismo hace efectivo el artículo 97 inciso f) de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que establece que el 10% de los recursos recaudados por el organismo deben estar destinados a proyectos especiales de comunicación audiovisual comunitaria, de frontera y de los pueblos originarios.
El fin de la fundación H.O.Pe era poder establecer en su lugar una radio que funcionara a base del voluntariado que trabaja en la misma, para que la red, con más de diez fundaciones que la integran en el NOA, pueda hacer de conocimiento masivo las diferentes campañas y eventos en espacios radiales semanales, como también poder llegar a más gente para dar a informar y concientizar sobre las enfermedades en cuestión.
Al comenzar a llenar los formularios y preparar la documentación para la presentación, quisieron tomar contacto con fundaciones que ya habían ganado el subsidio para que los orientaran en la presentación. En el 2014, en la provincia de Salta, el único ganador para el subsidio entregado con el fin de poder “Equipar un estudio de Radio” fue la Fundación Uno para Todos. Hicieron lo que hoy se acostumbra a hacer: buscaron información en google para conseguir algún dato pero no encontraron nada. Consultaron en el organismo pertinente donde se realizan las inscripciones de asociaciones civiles y les informaron de que no existía en Salta ninguna fundación con ese nombre.
La fundación “Uno para todos” en el 2015 gano otros subsidios: gestión de medios, producción de contenidos radiales para emisoras y equipamiento para radios (nuevamente). La pregunta es ¿dónde van en realidad los fondos que se asignan en estos subsidios?. Para emisoras radiales, el subsidio es de hasta $240.000 por proyecto y de $700.000 para emisoras de TV.
Si tenemos en cuenta que el ex representante de AFSCA, Martin Sabbatella, se sumó a las campañas en el NOA de sus compañeros políticos, los cuales están involucrados con esta fundación de la que no hay rastros -y dudo que cometan el error de informar con un nombre erróneo cuatro veces como ganadoras en un organismo que integra medios de comunicación con el fin de fomentar el desarrollo de los mismos-... ¿Qué paso con el dinero?
En su origen, los planes sociales se crearon por el alto número de desempleados con el que se encontraba la Argentina, totalmente sumergida en las deudas con gran recesión económica ante el intento de mantener una economía donde los números no eran reales aunque mantenían alegre a una porción de la sociedad. Con el tiempo se fueron ampliando las necesidades y se intentó ampliar la ayuda a los sectores menos pudientes con el interés de generar su propia actividad comercial para lograr una inserción en el mercado. El objetivo es bueno pero está claro que no hay un control responsable, o no se quiere que exista, sobre el otorgamiento y la puesta en funcionamiento del capital, además de que, en este caso, se especifica el otorgamiento a comunidades de pueblos originarios, entre otros, a los cuales ni siquiera se les abrieron las puertas de la Casa Rosada para atender a sus reclamos reales.
Los subsidios que otorga FOMECA a través de AFSCA no son tan conocidos y como estos hay muchos otros.
¿Se podrá desenterrar en este “cambio” lo que se escondió durante tanto tiempo para poder confiar en la justicia argentina?.