“Correr es de cobardes”. ¿Quién no ha pronunciado alguna vez esta frase cuando, claramente desanimado, se disponía a iniciar un plan de entrenamiento o simplemente algún amigo proponía un plan al aire libre para hacer deporte? Confieso que yo, en más de una ocasión, la he utilizado.
Cuando era pequeña, esto del deporte y competir me encantaba y se me daba hasta bien. Con el paso de los años, me acomodé. Y el simple hecho de pensar en salir a correr, sin la necesidad de tener que llegar a ningún sitio en concreto, me daba pereza. Ahora, bien porque quiero mejorar mi figura y cuidarme, bien porque tengo tiempo y he empezado a cogerle el truquillo a esto de trotar, estoy totalmente enganchada. Tanto que empiezo a experimentar remordimientos y sentirme culpable cuando no busco un hueco para lanzarme al running un mínimo de tres veces por semana. Y progresivamente voy aumentando tanto los días como el tiempo invertido y la distancia de carrera.
“Correr es algo más que poner un pie delante del otro. Se trata de nuestro estilo de vida y de lo que somos”. Esta frase, pronunciada por Joan Benoit Samuelson -atleta estadounidense, campeona olímpica en el maratón femenino de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984- refleja la esencia de todo corredor. El empezar puede resultar duro, con pausas más prolongadas o cortas durante el camino, pero una vez que la adicción de ver lo rápido que se puede llegar usando solo tu propio cuerpo hace mella en la persona, el proceso no tiene fin.
Perfiles del corredor
Iniciarse en este nuevo estilo de vida, incluyendo la práctica del atletismo como eje del proceso, supone una transformación muy curiosa. Desde aquella figura sedentaria hasta la considerada como toda un atleta, se perfilan una serie de cambios: no solo a nivel físico, por el rendimiento deportivo que el corredor se impone, sino también a nivel mental, con atención al plano de la disciplina y la superación personal.
Pasando por el principiante, el aficionado, aquel que corre todo lo que se le pone por delante, hasta el responsable atleta, los bagajes son muy variados, aunque todos incluyen la práctica de este deporte, o al menos lo intentan, en su rutina diaria. No todos los runners completan la transformación, o muchos la retoman años después de iniciarla, aunque es fácil encontrar cada vez a más personas de cualquier sexo, edad, raza o condición salir a correr sin ningún motivo aparente.
En Londres es muy típico toparse con corredores bien temprano en la mañana, o bien ya caída la tarde; momentos fuera de la rutina laboral que permiten al trabajador de a pie salir a realizar algo de ejercicio. La figura del entrenador personal es bastante habitual, y el apoyo comercial que esta nueva moda dispone es cada día más fuerte. Son muchas las marcas deportivas, así como empresas de otros sectores, las que quieren ver vinculados sus nombres con el running y la imagen de vida sana, compañerismo y superación personal que este deporte supone.
Bienestar personal
Con disciplina y voluntad toda persona, aun sin un gran fondo deportivo a sus espaldas, puede iniciarse en la práctica del running, sin requerir sofisticados aparatos o suscripciones mensuales a un gimnasio. Y aunque es un deporte claramente competitivo, la primera competencia, sin duda, es con uno mismo.
¿Y por qué este auge? Muchos se lo podrían preguntar. La sensación de bienestar que se adquiere cuando una persona concluye una carrera tras marcarse un objetivo concreto es difícilmente descriptible. De ahí que se haya convertido en un estilo deportivo tan atractivo, que permite compartir entrenamientos y experiencias con muchas personas, o bien optar por una práctica totalmente individual.
Muchos son los beneficios que genera el atletismo: mejora del sistema cardiorrespiratorio, de la concentración, del estado de ánimo, entre muchos otros. Incluso están comprobados sus positivos efectos para combatir el estrés y la ansiedad, grandes plagas de nuestra sociedad civilizada. Y, a excepción de alguna lesión durante el proceso por falta de descanso en la rutina deportiva, ¿a quién no le parecen interesantes todas estas ganancias?
Constancia y dedicación son las claves. Si se animan, ya saben: les espero en la pista.