En Colombia muchos se preguntan que tan bien se ha conservado y cuidado la herencia cultural de los habitantes nativos, aquellos que estuvieron aquí mucho antes de que llegaran los españoles. Ejemplo de este legado es que en el territorio colombiano hay registro de más de 60 lenguas, sabe que al menos otras 15 están extintas. No muchos colombianos saben de tal riqueza.
Desde la conquista, la cultura indígena fue perseguida: se debía hablar español y profesar la religión católica. No más Chía, diosa de la luna, o Mooma, creador de los Huitotos. La palabra ‘guaricha’ pasó de significar princesa o mujer sagrada, a ser otro sinónimo de prostituta. La persecución continuó si consideramos que desde 1948 -más de 100 después de la independencia- hasta 1991, el gobierno colombiano prohibió la comercialización de la chicha, bebida fermentada hecha de maíz y de origen indígena. Aunque la medida se escudaba en buscar salubridad a la hora de producirla, lo cierto es que la chicha no dejaba prosperar el negocio cervecero, uno al que el gobierno le apostaba, porque era más económica y la gente la prefería.
Entre todos estos vestigios culturales, hubo uno que tuvo mejor suerte y logró convertirse en un elemento clave de la identidad nacional, sobre todo del campo: el tejo. El tejo es el deporte nacional -declarado por el congreso en el año 2000- y sus fanáticos abundan, así como las chanchas para practicarlo. Sin embargo, su carácter popular no lo ha hecho famoso entre quienes pretenden mostrar elementos típicos colombianos. Aún así, muchos extranjeros que viajan por Colombia terminan interesados por el tejo, tanto así que Lonely Planet hizo un video sobre esta disciplina.
El tejo actual es una variación de lo que se conocía anteriormente como turmequé. Tenía este nombre porque fue allí donde nació, una aldea indígena llamada igual que el cacique que la gobernaba. El tejo consiste en lanzar una piedra con una forma de disco grueso desde una distancia considerable para darle a un objeto triangular. Antes, el disco -que se llamaba zepguagoscua- y el objeto era de oro. Durante la colonia, como el oro tenía que dejar las Indias para ir a Europa, el disco se hizo metálico con un peso igual y el objeto paso a ser una mecha triangular que explota cuando es golpeada.
La cancha consiste en una base de madera que parece una rampa sin cara y está llena de arcilla para que cuando el tejo, como se le llama al disco, quede incrustado luego de aterrizar. En la mitad de la ‘rampa’ hay un bocín o cilindro metálico, al que en los bordes se le suelen añadir mechas. Los lanzamientos se hacen desde 16 metros aproximadamente y, para evitar accidentes, la rampa tiene a su espalda una barrera de protección que suele ser circular o cuadrada.
El tejo siempre ha tenido gran aceptación en el campo. Por esto, durante las migraciones del campo a la ciudad causadas por la violencia, el tejo llegó a los barrios populares. También porque en el crecimiento acelerado de ciudades como la capital, Bogotá, se anexaron pueblos que mantenían el gusto por el sonido de la mecha ‘toteando’.
Para muchos, el tejo consiste solo en beber alcohol. La verdad es que al tratarse de un deporte por turnos, los participantes toman cerveza u otra bebida alcohólica mientras juegan. La diferencia con otros juegos informales es que no deben esperar hasta el final para tomarse algo, como en un partido de fútbol entre amigos. Pero más allá de la diversión, la Federación Colombiana de Tejo ha tratado de quitar ese estigma. El tejo hace parte de los Juegos Nacionales y se sabe que varios países vecinos lo practican, ya hay torneos internacionales. Las ligas de tejo abundan en los municipios colombianos, tanto como los torneos para amateurs.
Su sistema de puntuación, así como los elementos necesarios para regular su práctica, no son tan sencillos. Hay herramientas para medir tamaños oficiales del tejo, distancias entre el lugar de ‘aterrizaje’ y el objetivo, incluso una mide si la entrada al bocín fue correcta según el ángulo. Mucho más de lo que se esperaría de un deporte llamado para ‘borrachos’.
Actualmente existe una aplicación para jugar tejo en dispositivos móviles: Tejo World Tour. Esta app ha sido una de las más descargadas en Colombia y ha llegado a dispositivos en todas partes del mundo. Con cambios la herencia de los nativos, venida de la cordillera oriental colombiana, está aún presente, siendo parte importante de la vida de los colombianos hoy en día.