La cartelera del festival Supersónico parecía un sueño imposible -29 actuaciones en el espacio de 10 horas-, que culminaban con los superestrellas puertorriqueños de Calle 13 seguidos por los máximos rockeros mexicanos Café Tacvba, quienes inauguraban su gira por Estados Unidos en celebración de 25 años como banda y 20 años de aniversario del álbum seminal “Re”.
Se cumplió el sueño y llegaron a los predios del Shrine Auditorium y Expo Hall de Los Ángeles, California más de 10 mil personas, muchas ya tarareando el “¡¡pa pa ra pa pa eu eo!!” de la canción El baile y el salón de Café Tacvba, y se agotaron las entradas para la primera edición de este masivo festival de música alternativa latina.
¡Manos arriba!
Fue notable que en cada actuación muchos artistas comentaban directa o indirectamente su preocupación por la situación en la que viven los países latinos. La tijuanense Ceci Bastida, con gran fuerza y carisma, se refirió al efecto terrible sobre su ciudad natal de la guerra contra el narcotráfico en varias de sus excelentes baladas electro-pop.
De similar manera, el trío de Los Macuanos, también oriundos de Tijuana, con sus temas oscuros y casi apocalípticos, aludían a la misma situación en los visuales de sus videos, gritando en coro, “¡Manos arriba! Manos arriba!”.
Otros hicieron comentarios directamente desde el escenario, como Rubén Albarrán de Café Tacvba, quien habló de solidaridad con la lucha de los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, Guerrero y a la par un grupo de los presentes meció una gran sábana pintada reclamando la justicia para los desaparecidos y sus familias.
¿En inglés o en español?
La talentosa rapera chilena Ana Tijoux mostró su enorme dominio de la palabra hecha música y comentó en inglés que el que no supiera hablar español, era ya hora de que lo aprendiera.
Al igual, René Pérez Joglar de Calle 13, mejor conocido por el nombre de Residente, afirmó que era de máxima importancia preservar la cultura y el idioma español, comentarios que aclamó el público con gran entusiasmo. Más hubo unos invitados excepcionales, Tokyo Ska Paradise Orchestra, conjunto de músicos japoneses, quienes sin hablar mucho inglés y menos español, hablaron muy bien el idioma universal de la música a través de un ska super energético perfectamente producido.
Otra característica del festival fue ver el panorama sumamente ecléctico de lo que es la identidad musical latina actual, un mundo que incorpora sin fronteras ya sea el rap funk jamaiquino del dúo panameño los Rakas, el punk feroz y rockero del cuarteto venezolano La Vida Boheme (quienes se presentaron como de costumbre en el traje clásico de su tierra, el liqui liqui), la cumbia psicodélica de los colombianos Bomba Estéreo o el vacilón electrónico de Los Master Plus de Guadalajara, quienes salieron al escenario luciendo sombreros y botas y camisas en brillante estampado de leopardo.
Cierto que por ser festival primerizo, hubo detalles que se podrían mejorar, sobre todo en cuanto a sets demasiado cortos y filas para los pocos vendedores de comida demasiado largas; situaciones agravadas además por la conglomeración de esas enorme filas que dificultaban hasta la imposibilidad el poder navegar entre los escenarios rápidamente.
Sin embargo, esos bemoles se olvidaban fácilmente al compás de la música. En el festival de Supersónico se dio una gran fiesta, y los Tacvbos demostraron que sin duda alguna ocupan el trono del rock latino. Fue además extraordinario presenciar todas estas vertientes de la música latinoamericana que sin olvidarse del apego a sus raíces musicales, se alimentan fuertemente de un mundo globalizado a través del internet y permeado por el pop global y norteamericano, con lo cual las posibilidades musicales parecieran ser infinitas. Y por si esto fuera poco, experimentamos un sentido de unidad en un canto latino que hace llamado a la justicia, para poder como canta la chilena Ana Tijoux:
“Sacar la voz que estaba muerta y hacerla orquesta
caminar, seguir libre sin temor, respirar y sacar la voz”.