Esta vez, enfocamos una ciudad que asoma su imponente puerto al mar Ligur en el Mediterráneo, adonde arriban las mejores compañías navieras. Por ello, en su etapa los cruceristas están superando el límite de los tres millones (3,165) de visitantes en la región -repartidos entre Savona y La Spezia-, sobre todo en la que fue capital de la Soberbia República de Génova, una de las cuatro históricas repúblicas marineras, junto con Venecia, Pisa y Amalfi.

Y centrándonos en lo que emerge del informe de ‘Respuestas Turismo’, en Italia los cruceros alcanzarán este año su récord histórico: 15,3 millones de pasajeros, transportados por 5.430 barcos atracados a los principales puertos del país, cuyo liderazgo se lo llevará Civitavecchia (Lacio) con 3,5 millones, siguiéndole la ciudad de Nápoles (Campania) con 2, 1 millones de cruceristas.

Así pues, la región de Liguria se confirma la segunda del país, tras la de Lacio, con Génova que con su puerto se clasifica al tercer puesto a nivel nacional con 1,7 millones de pasajeros, después de la ultimación de las obras aún en curso (en la Estación Marítima y en el Puente dei Mille de Levante), convirtiéndose en una meta de dos millones de cruceristas, transportados por las dos principales compañías navieras con sendas sedes en los puertos ligures.

Cabe recalcar que Génova merece recibir más visitantes de los previstos, y no sólo por mar, para ello el aeropuerto de la capital ‘Cristoforo Colombo’ está ultimando la ampliación de sus instalaciones para el potencial incremento del turismo incoming, incluyendo el italiano.

Los genoveses son gente de mar, de grandes navegantes como el intuitivo Cristóbal Colón, que dió tanta gloria a España logrando aquel encuentro entre culturas que cambiaría el mundo conocido hasta entonces.

Y precisamente vinculado a la navegación, daremos un paseo en la capital ligur esclareciendo la etimología del tejido más icónico en la historia del trabajo (precedentemente) y de la moda (posterior y actualmente) el que en español, llamamos vaqueros o tejanos, en el resto de los países lo llaman ‘jeans’ o mejor dicho, ‘blue jeans’ (pronunciándolo en inglés ‘blu gins’) ¿Por qué?

Cabe recordar una reflexión del diseñador de moda Yves Saint-Laurent:

Quisiera haber inventado los ‘blu jeans’: tienen carácter, modestia, sex appeal. Todo lo que espero encontrar en mis vestidos...

Los primeros en llevarlos fueron los gremios de marineros y mineros. la primera señal se dio a conocer en la ciudad de Génova. Y no por nada, entre las citas anuales se destaca el evento ‘Génova Jeans Week’, organizado por el Ayuntamiento, en cuyo programa la prenda ‘pop’ por excelencia, los ‘Blu jeans’, protagoniza las jornadas de arte, moda, música y artesanía.

Retrocedamos al siglo XVI, cuando el exordio inicia en el puerto antiguo, ya en aquella época uno de los más importantes del mundo, la tela azul se utilizaba para la fabricación de velas de los navíos y para cubrir las mercancías, dada su resistencia y facilidad de lavado.

Como recoge en su libro Genova in jeans, la autora María Angela Rossi, no todos saben que antes de desembarcar en los Estados Unidos, los Jeans tuvieron una larga trayectoria entre Italia, Francia e Inglaterra. De hecho, el término deriva de ‘Blu de Gênes’. Aunque, en realidad la cuestión de la acuñación resulte un poco compleja: la palabra ‘Jeane’ Génova, constaba en el inventario de los bienes de Enrique VIII, rey de Inglaterra, y vinculado a los tejidos realizados en la ciudad ligur, transportados en gruesos paquetes de aquel tejido azul.

‘Jeane’ ya indicaba en 1567 la procedencia de la tela, que nacía justamente de la necesidad de bajar los costes de aquella especie de pana lisa para garantizar a Génova la competitividad en el mercado inglés, donde la demanda era elevada.

Mas aquel tejido, teñido con el añil, que le proporcionaba un bonito color azul intenso y que entonces se difundió por Europa, gracias a las relaciones comerciales con Oriente, procedía también de Chieri (Turín) y de la ciudad francesa de Nîmes, donde se producía con una tejedura diagonal, lo que explica el término Denim (blu de Nîmes).

Según los historiadores, la diferencia entre ‘jeans’ y ‘denim’ estribaba en el color de las fibras: mientras en los jeans la urdimbre y la trama eran del mismo color, casi siempre azul, en el ‘denim’, el hilo de la urdimbre era azul y el de la trama blanca o de color crudo.

Sea como sea, estos tejidos se convirtieron muy pronto en “monos” o ropa de trabajo populares por su comodidad y duración: fueron precisamente los genoveses los que lo utilizaron en lino y algodón teñido con añil para los pantalones de los marineros antes de las grandes navegaciones, cuando posteriormente llegó a los Estados Unidos y se destinó a los uniformes de los mineros, de los vaqueros y de los buscadores de oro en California.

Allí, la producción inició por pura casualidad: en 1873, un sastre del estado de Nevada confeccionó un par por encargo de la mujer del leñador, aplicándole unos remaches de cobre para reforzar los bolsillos y los puntos de más descosidos. Fue una idea triunfante. Los encargos se multiplicaron y así el sastre se dirigió a un gran mercante, como era Levi Strauss, para negociar un acuerdo y obtener la patente... inicialmente, se utilizó la tela de lona, la robusta de Génova, y desde 1860 también el denim de Nîmes. Los jeans o vaqueros constituyen una auténtica igualdad entre las personas que poblamos el planeta.

Una curiosidad que aumenta el interés por la historia de Génova, esto y mucho más aguarda al viajero que llega a Génova por mar, por aire, por tren o por autovía, una ciudad abierta y vibrante con sus imperdibles palacios abiertos al público, como el Palacio Ducal, sede además de diferentes exposiciones y congresos —como el último y exitoso Best in Travel—, sus museos, su imponente acuario, además de la románica catedral de San Lorenzo.

En cuanto a sus caruggi, estrechas callejuelas, forman un dédalo que conducen a plazas monumentales como la de Ferrari, con la característica fuente de bronce o el magnífico Teatro Lírico Carlo Felice. En fin, una capital soberbiamente atractiva.