Saludos, Pedrito, te conozco desde hace más de 20 años y en Venezuela te presentamos como quien sabe más de estos reptiles en estas aguas al Sur del Mar Caribe. Lo genial, y lo decimos con orgullo, es que no tienes academia y has formado a más de un centenar de técnicos y científicos que ya cuentan con más de tres décadas de carrera con esta fauna marina tan importante para la ecología mundial. Cuéntame dónde naciste y qué tal tu infancia antes de trabajar con tu pasión.
Nací en Caracas en la parroquia El Recreo el 14 de junio de 1965. Hijo de profesionales de clase media acomodada con una infancia cheverísima por ser una familia bastante grande. Pero, desde pequeño me gustaban los animales, especialmente los insectos. Leía muchos libros de naturaleza y arreglaba bichos para colecciones. Luego me gustaron los reptiles y de allí empecé a visitar las instituciones vinculadas al ambiente y la ciencia como Fundación La Salle. Conocí a la familia Blohm desde niño quienes auspiciaron mi gusto por la fauna. En los 70 mi padre me enseñó a bucear en Tucacas y Morrocoy.
En una madrugada me fui solo a caminar por la playa y vi un rastro de "camión" en la arena. Al llegar al fin del rastro, vi a una tortuga. Corrí a despertar a mi padre y él fue al lugar donde me dijo que era un carey. La dejamos desovar y de allí quedé impactado. También de chamo vi un caimán ese mismo año, antes encontré una especie de anguila muerta, la sorpresa fue que ese caimán la agarró y se la llevó mar adentro.
Esas experiencias me marcaron y quizás me dieron la inspiración de vida con la Fundación La Salle, FUDENA (Fundación para la Defensa de la Naturaleza), Inparques y otras instituciones. Además de muchos profesores de universidades a quienes los perseguía hasta fastidiarlos. Leía mucho en las bibliotecas donde pasaba horas. A los 14 años gané mi primera beca de investigación con Inparques del Parque Nacional Morrocoy en 1979, fue un problema porque los recaudos no hablaban de mayoría de edad para objetar mi juventud. Mi papá que es abogado me defendió en la presidencia de Inparques y obtuve el fondo. El acuerdo fue que mi padre fuese el administrador y otra persona mayor que me acompañase a campo.
Con todo respeto, Pedro, ¿por qué no estudiaste formalmente, ni siquiera en un instituto técnico o grado universitario? Sin embargo, lees bastante e incluso artículos científicos avanzados.
Ciertamente es algo que me faltó en la vida, y no quiero usarlo como excusa, sin embargo, mi primera opción de estudio universitario fue Biología en la Universidad Central. No obstante, mi padre quería que siguiese su carrera. Esto cambió la relación con él, ya que él pensaba que mi pasión por la naturaleza solo era un hobby. Yo sí quería estudiar Biología de verdad. Tenía 18 años y me gradúo de bachillerato. Mi padre me invita una cerveza y me dice que ya no me va a mantener si no estudio Derecho, que debo trabajar y aportar a la casa en caso de seguir la otra carrera.
Ingresé a la Universidad Central de Venezuela en Biología, pero entre el trabajo para mantenerme y la diversión perdí el semestre. Decidí irme a Mérida en la Universidad de Los Andes a tratar biología allá de nuevo, sin el apoyo de casa por supuesto. Tenía algo ahorrado de los primeros trabajos en Caracas, con ello logré iniciar el primer semestre, pero el dinero se acabó ya que no conseguí trabajo en Mérida y comencé a dormir y vivir escondido en la universidad, la falta de comida era lo peor ya que pasaba días sin ella.
Un día en la Plaza Bolívar me desmayé, al regresar la conciencia un hippie me despertó, le conté mi situación, y él me invitó a comer una gran hamburguesa. El hippie era de una comunidad merideña que sembraban papas y elaboraban artesanías, pero su distracción era la “maría verde”. Allí aprendí a hacer sandalias, clavos y herraduras de caballos, aun conservo uno de esos clavos. Con ello me mantenía, me transportaba y dejé de pasar hambre. Solo estudiaba lo básico y la mayor parte del tiempo debía trabajar o comerciar.
A todas estas mi padre no me hablaba, pero me comunicaba cada tres meses con casa para saludar. Aguanté en Mérida hasta el 7mo semestre, solo sin que mi familia supiese mucho de mí. Un día llamé a mi padrino quien era el hermano de mi padre para los saludos rutinarios. Mi padrino no sabía que yo estaba en esa ciudad, se fue inmediatamente a buscarme, me compró ropa y afeitó, estaba en un estado lamentable. El padrino me convenció de regresar a Caracas donde no tenía nada, iba de casa de tíos a donde amigos, incluso viví en hamacas en parques públicos.
Como asistente de campo me llamaban, vendí juntas de tubos, y cualquier cosa. Nunca me separé de la biología, ya que era asistente de campo. Alquilé un apartamento en Chacaito con los trabajos, incluso me aceptaban como profesor básico en la Universidad de Oriente. Sí hice un curso diplomado de Manejo de Fauna Silvestre. Por un tiempo me fui a vivir a los llanos y a la playa. El tiempo pasó y me olvidé de la universidad, yo sabía de biología por muchísimas lecturas, prácticas de campo, clases a las cuales me dejaban entrar, y mi obstinación de saber cada día más. Llegué incluso a dirigir instituciones, la gente me contrataba porque sabía mucho de lo que te gradúan las universidades y logras trabajando cantidad. Nunca me detuve.
Para cerrar bien esta parte de mi vida, quiero decir que cuando mi papá leyó mi primera publicación científica, él se dio cuenta de que la biología para mí era algo serio. Era un capítulo de un libro técnico. Desde allí, nos acercamos y recomenzamos muy bien. Lamentablemente él enfermó de cáncer, sobrevivió el primer tratamiento mas no el segundo. Me alegra haber hecho las paces con él, no guardo resentimiento alguno.
Pudieses compartir algo de los comienzos con las tortugas marinas, la Fundación Científica Los Roques (FCLR), Margarita, otras partes de Venezuela y el mundo.
Lo narrado anteriormente fueron los años 1980 para mí. Aunque realmente comencé desde el PN Morrocoy en los 70 a trabajar con tortugas marinas, incluso bucear con los animales, lo malo era la cantidad de tortugas muertas que te encuentras en esas playas. Mis primeros informes los tiene FUDENA quienes avalan mi trabajo. En esos tiempos prefería trabajar que irme de vacaciones con la familia incluso ellos se fueran del país. Me gustaba hablar con los pescadores y locales de las playas venezolanas. Trabajé en isla de Aves a principios de la década de 1980, este lugar es donde más anida la tortuga verde en nuestras aguas y quizás el Mar Caribe.
A finales de los 80 había recorrido a pie casi toda la costa central de Venezuela y la península de Paria con Hedelvy Guada. Antes de comenzar la década siguiente me monté en un barco pesquero que navegó las Guayanas. Luego logré entrar en la FCLR en 1999 por varios años, la primera vez que fui en 1983 no me aceptaron por ser muy joven sin experiencia, pero antes trabajé en Inparques donde mis jefes eran Edgar Yerena y Hedelvy.
En 1990 me fui a un curso en Costa Rica, donde compartí con Annie Meilan, en 1991 me fui a trabajar al Golfo Pérsico, en unas islas con abundantes desoves con el famoso Nicolas Pilcher. De regreso en Venezuela en la Isla de Margarita trabajé fuerte con hoteles y de manera independiente en el año 1998.
Allí me enfrenté con los saqueadores de frente. Una vez un loco roba nidos me trató de atacar con un machete, le quité el charapo y aun lo guardo entre mis trofeos. Un evento peor fue ya en los 2000, en un matadero de tortugas, donde tres personas nos dispararon, solo acertaron 4 tiros al carro donde íbamos. La policía los capturó, eran dos cumaneses y un margariteño. Fue un gran susto, allí me lo pensé más. Otra aventura accidente fue en 1994, buceando a 65 metros con un muchacho quien se asustó y ascendió imprudentemente, no lo salvé, y además tengo un pequeño baro trauma por ello deje de bucear. A finales de esa década viajamos varios venezolanos a Centroamérica para hacer cursos ya que es el lugar del continente con más tortugas marinas, en esa época me di cuenta que estábamos al tope en esos años.
En los 2000 fui a un proyecto con el estado Anzoátegui en el Parque Nacional Mochima, luego en Pequiven Palmichal hice mucha educación ambiental, colecta de basura y trabajo comunitario. También buscamos la manera de organizar la Red de Aviso Oportuno con apoyo de Provita y el Museo Marino de Margarita sobre varamientos de fauna marina, trabajando con las comunidades, entrenamos a mucha gente que ya nos defendían de los saqueadores y estos cada vez disminuían más. Luego vinieron las rivalidades profesionales y el desaprovechamiento institucional del cual no quiero hablar. Siempre mantuve contactos con la FCLR, cambiamos el mal patrón de la sala de cría en la Estación de Dos Mosquises, no más “head starting” hasta que fuimos expropiados por el gobierno en 2014 y se reinicia la cría por que le gusta a los turistas quienes no saben el mal manejo de dónde vienen. También conozco el archipiélago de Los Testigos, y navegué por todas las islas de Venezuela.
¿Quién te bautizó como Pedro Tortuga?
Fue en Paraguachi al noreste de la isla de Margarita en el año 2001 con un proyecto de educación ambiental. Los niños me decían así.
(Comentario aparte del entrevistador amigo: Sin ofensa, Pedro parece una tortuga cardón por su gran talla, es alto y muy robusto. Otros dicen se que parece a Rubeus Hagrid, el amado personaje semi gigante de Harry Potter)
En tu opinión, ¿cómo están las poblaciones de tortugas marinas en Venezuela hoy en día, como van los proyectos, cómo nos comparamos con el mundo?
Empecemos por cada especie: la tortuga verde quizás sea la más abundante en nuestras aguas, y el programa emblema es Isla de Aves ya que mantenía un registro regular. Inicialmente allí se mostraba un alza para los 80. Luego se mantuvo el esfuerzo de seguimiento y marcaje. Pero, yo diría que esta especie probablemente esté estable en todos sus estratos de edades. El mejor cálculo lo hizo el Dr. Marco García-Cruz del IVIC y el trabajo del grupo de Héctor Barrios-Garrido en la Universidad del Zulia, ahora ambos fuera de Venezuela.
Respecto al caguamo, al inicio la confundían con la verde de allí su alto consumo por eso creo antes de los 1970 era numerosa, en Playa del Agua en Margarita se mataban más de 60 por noche porque decían era la carne más sabrosa. Yo estimo que la diezmaron a nivel nacional, su tendencia para mí es a la baja grave. El hueco de información de esta especie requiere estudios.
La tortuga Golfina o guaragua tiene información desde los 60, aunque no anida en nuestras aguas, pareciera que por los reportes de contingencia están aumentando las poblaciones. Pero es difícil decirlo a ciencia cierta, necesitas uniformar criterios de identificación.
Respecto al carey, se sabe bien dónde vive, dónde se alimenta, pero no se tenía proyectos en sus áreas principales como Los Roques y El Golfo de Paria. Afortunadamente parece que sus poblaciones están estables gracias al trabajo cerca de Macuro. En Los Testigos he visto mucho carey en el agua, pero en Margarita le deben seguir dando muy duro.
Por último, para mi especie favorita, el cardón, me basaré en el trabajo en Margarita. Estimamos a inicios de los 2000 que había en solo las dos playas principales de la gran isla casi 300 nidos por año. La subestimación para mí era del 90%, ya que la gente decía que la población estaba creciendo, nada más irreal. Años mejores y peores quizás revelan estabilidad, no obstante, lo real es que están cayendo dramáticamente. En el 2010 la Dirección Estadal de Nueva Esparta me limita trabajar en playas por razones irracionales, seguí observando el comportamiento de los nidos a distancia y el tiempo me dio la razón. La basura, las luces artificiales y el mal turismo influyen negativamente en esta baja. Actualmente no se patea los 55 kilómetros de playas que hacía mi equipo.
Respecto a los proyectos en Venezuela de tortugas marinas: están muy mal desde hace más de 20 años, hay un marketing exitoso y una buena voluntad, sin embargo, buenas intenciones no siempre tienen buenos resultados. Se han hecho algunos mantenimientos básicos. Trabajar con las comunidades es fabuloso, pero mal entrenadas y dejándolas solas sin asesoría técnica adecuada ni fondos suficientes, son fracaso seguro. La tecnología es inexistente en nuestro país. Yo entrené varias generaciones, pero una generación experta y competente que nos releve no hay.
Finalmente, Venezuela en los 90 estaba a la cabeza de los mejores de Latinoamérica. Se iba a muchos congresos internacionales y uno salía a dar cursos. Ahora no, nuestros vecinos colombianos están mucho mejor que nosotros desde hace 15 años, Panamá, Centroamérica (especialmente Costa Rica), las Guayanas y ni se diga Cuba, México y Brasil. No hablemos de los Estados Unidos. No se hace ni genética base, olvídate de tecnología más sofisticada, pero lo más grave es la falta de recursos para los proyectos. Los proyectos que hay están sobreviviendo, sacar un permiso es duro, se hace más mal que bien. Siguen sin cumplirse a cabalidad las leyes de protección a las tortugas. Únicamente hay propaganda que no refleja la verdad o muestra un trabajo inadecuado.
Nos puedes decir quién es Pedro el ser humano, su vida personal que se puede conocer, hijos, familia, amigos, parejas, antes y hoy en día.
Me considero extremadamente tímido, aunque en mi tema soy bastante abierto y con amigos más. Doy siempre el primer paso si se trata de damas. Cargo cara seria para evitar la excesiva interacción con personas, lo manejo dependiendo de la situación. Si debo defender algo importante voy hasta las últimas consecuencias. Eso sí, no discuto con gente poco inteligente. Soy familiar, creo que el pan compartido sabe mejor. Tengo un hijo llamado Pedro Eugenio a quien crié y vive fuera de Venezuela.
Amo la buena música y más la lectura como dije antes. Soy buen amigo con compromiso, un amigo nunca me molesta, ocupa. Odio el fanatismo político, religioso y deportivo. También odio el racismo hasta pelear irracionalmente, el sufrimiento de niños es otra cuestión inaceptable, en guerras, esclavitud u otras circunstancias. La traición es imperdonable para mí, pequeña quizás la pase con el tiempo. Aunque no soy rencoroso con pequeños errores, y así espero igual de los demás. Soy exigente con el trabajo, debe estar bien hecho. Luchar por la excelencia. No me gusta estar solo, debo tener una buena dama que me acompañe largo tiempo. ¡Ah! Me gusta mucho estudiar, leer sobre historia, especialmente arte.
¿Cómo está tu salud, qué haces ahora y que esperas del futuro?
Mi salud está muy comprometida a los 59 años, soy diabético, hipertenso y cardiaco. Por ello he dejado de hacer campo. Tengo un pie que casi pierdo. Uso bastón. Estoy muy limitado en comparación con unos años antes. Salgo solo para consulta médica en Caracas y bueno a Margarita fui para la reunión de Tortugueros en septiembre que agradezco a Minec y amigos. Con este encierro me dedico a escribir, a pesar de que me cuesta mucho leer y escribir más. Al recuperarme quiero mejorar la capacitación de todos los técnicos y comunidades del país. Quiero arrancar un proyecto en el oriente de Venezuela sobre red de aviso oportuno, entrenando bien a la gente… espero conseguir fondos para ello. De lo contrario escribir y estar tranquilo en un retiro que no deseo aún.