Viaje a Colombia. Esa sería mi primera invitación. La mejor manera de conocer un lugar es visitarlo. En caso que no pueda hacerlo, le propongo aquí otros modos de acercarse a lo colombiano, a su geografía, a su cultura, a su idiosincrasia.
Ciclismo
Colombia fue la sorpresa del ciclismo mundial en la década del 80 y ahora es habitual encontrar ciclistas colombianos en el pelotón; tanto así, que sorprende el mal momento de dos de sus figuras: Nairo Quintana y Miguel Ángel López. Hasta la aparición del ecuatoriano Richard Carapaz, Colombia era el único país sudamericano con presencia en los podios de competencias importantes. Parte de este éxito se debe a la geografía con la que cuenta el país: tres cordilleras con ascensos fuertes, exigentes, donde entrenan los escarabajos y que miles de campesinos sortean en bicicleta todos los días. Desde hace unos años, algunas figuras del pelotón internacional han viajado a Antioquia o el Valle, por citar algunos ejemplos, a prepararse antes de empezar a rodar en Europa; el Jumbo Visma lo hizo el año pasado. El libro Altimetrias de Colombia, los puertos donde se han forjado los escarabajos de Asier Bilbao y Gustavo Duncan hace un recuento detallado de varias de los altos importantes de Colombia: Letras, La Línea, Las Palmas, El Limonar, entre otros.
Café
Así como las alturas afectan la preparación de los ciclistas, pueden influir en el cultivo de café. Después de ganar fama mundial con este producto, Colombia ha visto el surgimiento de cafetales en nuevas latitudes. La cadena Juan Valdez, por citar un ejemplo reconocido, vende café del Tolima, Cauca, Huila, Santander, Valle del Cauca y de la Sierra Neva. El cuerpo, el sabor, el aroma y la acidez de cada uno varía de acuerdo al bioma donde crece. Aunque en Colombia existe el Eje Cafetero, la zona reconocida por el cultivo de café y es un gran atractivo turístico, el surgimiento de nuevas fincas interesadas en producir el producto insignia colombiano ha fomentado la venta del grano con clientes internacionales de manera directa. Puede que encuentre café de Colombia en su lugar preferido; en todo caso, revise las etiquetas.
Música
Hay artistas colombianos con millones de reproducciones en las plataformas y reconocidos en todo el mundo: Shakira, Maluma y J Balvin. Sin embargo, puede que se interese por encontrar ejemplos que tengan una mayor influencia de los ritmos folklóricos o con mayor nivel de experimentación. Grupos como Herencia de Timbiquí, Combo Chimbita, los Meridian Brothers, Mitú o El Freaky Colectivo mezclan ritmos transicionales como la cumbia, el vallenato o el currulao, con orquestas más completas o sonidos electrónicos. Para rematar con otro ejemplo, el diario El País acaba de publicar una reseña sobre el dúo Dawer X Damper, de Cali; ellos toman sonidos urbanos pero buscan ir más allá en el contenido al tratar temas como la masculinidad.
Audiovisual
Aquí viene la televisión y el cine. La producción audiovisual colombiana tiene como mayor estandarte mundial a Yo soy Betty, la fea: reconocida en casi todos los países de habla hispana y con 25 versiones en otros idiomas o países. Gracias a Betty puedo explicar que el acento de Narcos no es el único que existe en Colombia, o cuáles son las conductas machistas que a finales del siglo XX y comienzo del XXI eran comunes en el país. Las plataformas de streaming han dado espacio también a películas nuevas, como Los reyes del mundo (2023) y otras con varios años encima, como El embajador de la india (1987). Quien se anime a buscar producciones colombianas, tendrá una mirada variada, por los lugares y los tiempos.
Literatura
He de reconocer que la razón de este artículo es el libro de Laura Ortiz Gómez: Sofoco. La escritora presenta nueve cuentos escenificados en distintos lugares de Colombia: Bogotá, Dabeiba, Chita, San Basilio de Palenque, entre otros. Además de presentarnos personajes que sentí colombianísimos y variados, la prosa cuidada y llena de detalles poéticos hace del libro la respuesta obligatoria a la pregunta «¿Qué libro me recomienda para saber más de Colombia?» y no caer en los lugares comunes. El libro tiene una edición colombiana, otra argentina y la más reciente es mexicana. En 2020, Sofoco fue ganador del Premio Nacional de Narrativa Elisa Mujíca.