Al cumplir hoy, 8 de agosto de 2022, tres meses desde el inicio de su mandato, el nuevo presidente de la República de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles, ya se posiciona como uno de los más populares de la América Latina y el Caribe. Las encuestas muestran además para el mandatario índices de apoyo popular no vistos en 40 años en Costa Rica.
Rodrigo Chaves Robles nació en San José, Costa Rica el 10 de junio de 1961. Es un doctor en Economía de la Ohio State University de los Estados Unidos de América y funcionario de carrera del Banco Mundial durante unos 27 años en más de 45 países de América, Europa y Asia. Su último cargo fue el de director del Banco en Indonesia. Tiene 61 años.
Actualmente es el 49 presidente de Costa Rica desde el 8 de mayo de 2022. Está casado con la Señora Signe Zeicate, de nacionalidad letona, con quien tiene una hija de nombre Isabella. Signe habla cinco idiomas y también fue economista del Banco Mundial durante veinte años donde llegó a ser la directora del programa para el desarrollo de países pobres. Renunció al Banco para ejercer actualmente funciones como primera dama de la República de Costa Rica.
De primer momento se percibió al nuevo mandatario costarricense como muy técnico y luego como un líder pragmático, un verdadero Chief Executive Officer (CEO) a cargo de la presidencia de una república civilista que abolió el ejército desde 1949 y hoy es la sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de la Universidad para la Paz de las Naciones Unidas y del Instituto Interamericano de Derechos Humanos.
Chaves era un perfecto outsider, sin trayectoria en la clase política, cuando el expresidente Carlos Alvarado lo nombró ministro de Hacienda, donde permaneció unos seis meses hasta ser despedido abruptamente por Alvarado debido a desavenencias entre el presidente y el ministro.
Desde entonces, Chaves empezó su peregrinación por varios partidos políticos pequeños en su afán de encontrar una plataforma para postularse como candidato a la presidencia de la república.
Finalmente logró ser el candidato de un pequeño partido recién fundado con el nombre de Partido Progreso Social Democrático y posicionarse en el segundo lugar de la primera ronda y luego disputar el ballotage con el expresidente de la república José María Figueres del histórico Partido Liberación Nacional (PLN) a quién finalmente derrota en una contienda muy polarizada y llena de calificativos personales y virulentos por ambas partes.
En la primera ronda, Figueres ganó con el 27.3% de los votos mientras que Chaves obtuvo el segundo lugar con un 16.8% de los votos, pero en la segunda vuelta Figueres alcanza apenas el segundo lugar y Chaves se posicionó en el primer lugar con el 52.84% de la votación. Es decir que una vez más en la América Latina se produjo la reversión de resultados en la doble vuelta electoral. El que perdió en la primera vuelta se alzó con la victoria en la segunda.
En dicha contienda electoral Figueres (expresidente e hijo de expresidente de la república) fue el candidato del statu quo, de las élites empresariales e intelectuales y de los grupos de interés y Chaves el candidato de la esperanza de un cambio, con apoyo mayoritario en las capas bajas y medias, sobre todo en las provincias costeras y agrícolas.
Desde el 8 de mayo de 2022, Chaves asume la presidencia de la república y, con la colaboración de su ministra de la presidencia, Natalia Díaz Quintana, y de su consejo de gobierno durante estos primeros tres meses su mandato ha ido mostrando características como las siguientes:
Chaves, además de un economista de nivel internacional y de un técnico calificado, es también un político no tradicional, atípico, básicamente un outsider, con liderazgo fuerte, pragmático, muy dispuesto a confrontar con quienes le adversen. Es un político antipolítico. Ha dicho que «Costa Rica no es un país pobre sino mal administrado».
Se ofreció al electorado desde el principio como el presidente del cambio y el adversario del statu quo y del establishment político, económico, intelectual y mediático costarricense. Durante la campaña electoral recibió ataques muy severos, especialmente de algunos grandes medios de comunicación y, al ganar la presidencia, ha contestado también con una política muy fuerte contra lo que definió como la «prensa canalla».
Desde el principio se ha mostrado muy claro en la definición de adversarios que son el Grupo Nación, Telenoticias, Repretel CRhoy, y otros medios afines, así como el expresidente Carlos Alvarado del Partido Acción Ciudadana y los expresidentes José María Figueres y Laura Chinchilla, así como el excandidato presidencial Antonio Álvarez Desanti y su familia, todos del Partido Liberación Nacional.
Con otros partidos, como Nueva República, Partido Unidad Social Cristiana e incluso el Liberal Progresista, más bien ha tendido a buscar puentes con la ayuda de Natalia Díaz desde la casa presidencial y Pilar Cisneros desde el Congreso.
Chaves ha sabido construir una narrativa leyendo las necesidades populares y basa su liderazgo en un intenso manejo de las redes sociales y la prensa alternativa y en un tipo de comunicación muy directa con la gente. Sus enemigos le atribuyen contar con un gran aparato de trolls muy agresivos, lo cual no me consta.
En sus giras y programas le está dando atención preferencial a los pobres y a los pueblos de las provincias costeras y agrícolas que le dieron la victoria electoral, como por ejemplo la Zona Norte y Guanacaste.
Ejerce el mando personalmente y se apoya en sus ministros, los cuales en su mayoría ocupan un papel de asistentes o secretarios. Da la cara por medio de conferencias de prensa muy escuchadas desde las redes sociales todos los miércoles al mediodía.
En general ha demostrado un buen contacto personal con el pueblo y una buena comunicación política. Durante su visita a Guanacaste, por ejemplo, anduvo a caballo por los pueblos rodeado de seguidores. Sabe conectar con la gente.
Escucha consejos, pero no parece dispuesto a ceder su mandato constitucional ni a los medios de comunicación, ni a las cámaras, ni a los sindicatos, ni a los mismos expresidentes de la república. Él es sin duda el nuevo capitán del barco.
Como pasó más de 30 años fuera del país aparece muy desligado de los grupos de interés tradicionales, lo cual le da independencia para realizar cambios, aunque es posible que sus nuevas políticas beneficien a nuevos grupos de interés, lo cual es normal en todo sistema político. Siempre hay perdedores y ganadores.
En su gobierno es mucho más importante el líder y el presidente que su partido político que apenas aparece con una minoritaria fracción de 10 diputados en la Asamblea Legislativa. Sin embargo, Pilar Cisneros, jefe de fracción del partido gobernante desempeña un papel muy relevante desde el parlamento, aunque complementario al del presidente. Ella es una gran comunicadora y en los índices de popularidad aparece muy cerca o incluso al mismo nivel del presidente. La alianza política entre Chaves y Cisneros es esencial para el éxito del actual gobierno.
Por su parte, la ministra de la presidencia, Natalia Díaz Quintana, maneja las relaciones de Zapote con la Asamblea Legislativa.
El presidente Chaves ha logrado bajarle el perfil al parlamento, presidido por Rodrigo Arias Sánchez, por lo que su administración se basa en el poder ejecutivo mediante decretos.
También ha dicho abiertamente que el poder judicial cada vez consume más recursos económicos y humanos y cada vez cumple menos con su mandato de justicia pronta y cumplida. Desde luego, algunos medios y personalidades le han acusado de ser muy duro y hasta irrespetuoso con esas calificaciones y de no respetar ni la ley ni la clásica división de poderes de los sistemas democráticos.
Estamos ante un gobierno del presidente de la república por medio de decretos. Y se trata de un mandatario que procura cumplir con las promesas que ofreció en campaña electoral.
Su discurso y sus decisiones tienen un marcado tono anticorrupción, antigran prensa y antipartidos tradicionales, sobre todo anti-PAC y anti-PLN. Su estilo de gobierno es disruptivo, confrontativo, de autoridad fuerte que busca la solución rápida de los problemas lo cual le ha generado altísimos índices de apoyo popular e incluso de satisfacción en la mayoría de las cámaras empresariales. Así también, por el momento, los sindicatos no parecen estar descontentos con el estilo del nuevo capitán. En el conflicto con La Nación y otros temas hasta le han felicitado.
Como se reflejó en las visitas a Crucitas y a Guanacaste le gusta evaluar los problemas en persona y en contacto con la gente.
No es un gobierno propiamente liberal, aunque algunas de sus medidas y políticas si llevan el sello de la liberalización. Según los críticos liberales más estrictos, Chaves no está reduciendo el tamaño del Estado, no está reduciendo impuestos, no está privatizando o cerrando instituciones y más bien está aumentado la planilla del Estado en la Caja Costarricense del Seguro Social, flexibilizando la regla fiscal, abriendo el camino para reemplazar plazas en el sector público e incluso ya aprobó un nuevo impuesto de 3% a las bebidas alcohólicas y otras medidas que tienden a flexibilizar y aumentar el gasto público. Es decir, no clasifica ni como un liberal clásico ni como un conservador fiscal. Pero tampoco es un socialdemócrata de los de la década del cincuenta del siglo pasado.
Mientras tanto, el presidente se autopercibe como un gobierno «democrático de centro», totalmente lejano de las dictaduras del siglo XXI de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y también diferente a otros como el de Jair Bolsonaro en Brasil.
Chaves se autoidentifica en el centro político, pero con un liderazgo fuerte y muestra una gran vocación para tratar de complacer a las necesidades de la mayoría popular, lo cual ha abierto espacio para que sus adversarios le califiquen de «populista».
Según mi opinión hasta el momento y en los temas estrictamente económicos y sociales Chaves se nos viene presentando como una especie de socialdemócrata pragmático y renovado, de los que se modernizaron con la «Tercera Vía» de Antonny Giddens y que se remozaron con las nuevas ideas económicas del Banco Mundial. En fin, socialdemócratas que valoran el papel del mercado, de los tratados de libre comercio e incluso el papel de las zonas francas y la libre competencia. Es decir que aprendieron algunas cosas del liberalismo, pero siguen siendo socialdemócratas. Un híbrido de nuestros días. Desde luego, Chaves le abona su estilo personalísimo de liderazgo fuerte que es muy controversial, pero hasta el momento le ha generado mucho apoyo popular. Dicho estilo ha generado animadversión especialmente en sectores del PLN y del PAC.
Es posible que Chaves haya aprendido algunas cosas de otros mandatarios como Nayib Bukele, AMLO y hasta de Donald Trump, pero tiene su propia personalidad o marca que además está en proceso de construcción y, sobre todo, aprendió mucho durante sus largos años en el Banco Mundial.
Hasta el momento parece haber encantado a la amplia mayoría de los costarricenses con un estilo de nuevo caudillo del siglo XXI, con autoridad fuerte y estilo pragmático. Incluso gente que votó por Figueres ahora reconoce y aprecia el trabajo de Chaves.
También hay que entender que el mandatario no puede basarse en un parlamento que le es mayoritariamente hostil y en el que cuenta apenas con una minoría de 10 diputados. Está obligado a gobernar por decreto o a no gobernar. Él ha escogido gobernar por decreto. Un camino no necesariamente ilegal según la institucionalidad costarricense, siempre y cuando el presidente se enmarque en el estado de derecho y el imperio de la ley.
Lo que sí es cierto es que está obligado también a gobernar dentro de la Constitución Política, porque de lo contrario su administración no sería viable. En Costa Rica el sistema institucional de frenos y contrapesos, el poder judicial, la Sala Constitucional, el Ministerio Público, la Contraloría General de la República y la impresionante maraña de instituciones autónomas y semiautónomas pueden limitar mucho y hasta bloquear a cualquier administración.
Y eso sin mencionar a los llamados poderes fácticos, a ciertos grupos de interés, algunas cámaras de agricultores que se puedan sentir afectadas, medios de comunicación, sindicatos y grupos sociales que desde ya mueven sus fichas para frenar la agenda de cambios que promueve el gobierno de Chaves. Y está también el chat de los ocho expresidentes de la república, los cuales en un par de oportunidades ya han emitido criterio sobre temas controversiales.
Desde la campaña electoral se notó que al presidente le gusta definir las políticas sobre la base del análisis de la realidad de su país y no importando recetas que le dictan organismos internacionales o a modas impuestas por el mainstream mediático internacional.
Hasta el momento está contando con un elevado apoyo popular de un 70%, según la encuesta de la UCR, y con la simpatía de la mayoría de las cámaras empresariales que perciben como positivas propuestas como:
- Reanudación del proceso de ingreso a la Alianza del Pacífico, plan de integración regional y libre comercio conformado por México, Colombia, Perú y Chile.
- Inicio de la negociación de un Tratado de Libre Comercio con Ecuador.
- Nombramiento de embajadores con perfil económico y técnico en varias embajadas claves como las de la Organización Mundial del Comercio, OCDE, Banco Interamericano de Desarrollo y Banco Centroamericano de Integración Económica.
- La reducción de los gastos del Estado en alquileres y el proyecto de construir una ciudad gobierno.
- La ruta de la liberalización del mercado del arroz.
- La liberalización del mercado del aguacate.
- La ruta para simplificar y abaratar los precios de las medicinas.
- La modernización y agilización del Puerto de Caldera.
- La simplificación de trámites y la fusión de algunas instituciones en el área ambiental, entre otros.
- Continuidad al convenio con el Fondo Monetario Internacional (FMI) negociado y aprobado por la anterior administración, si bien el presidente Chaves se ha permitido resaltar la importancia del acuerdo, aunque lo considera «poco ambicioso» y procuraría ajustar y renegociar algunos aspectos. Sobre dicho convenio hay unas siete leyes pendientes de aprobación por el poder legislativo.
Hay otros temas que apenas empiezan y no se sabe cuál será su desenlace como la cancelación del monopolio de RITEVE, empresa privada española para la revisión vehicular que concluyó sus funciones el pasado 15 de julio y ahora se abrió una fase de transición en la que 11 empresas compiten por quedarse con dicha revisión.
Tampoco se sabe cómo terminará el conflicto sobre el Parque Viva, un centro de espectáculos masivos del Grupo Nación.
Desde el inicio de su administración, Chaves mostró un tono diferente y adverso al gobierno PAC de Carlos Alvarado en donde se había desempeñado como ministro de Hacienda. Por ejemplo, eliminó el uso obligatorio de la mascarilla, salvo excepciones, y canceló la vacunación obligatoria, dándole preferencia a la libertad de escogencia.
Asimismo, canceló las impopulares pruebas FARO y le bajó el tono a la importancia de los temas de ideología de género en el Ministerio de Educación y además canceló un convenio con el gobierno de Cuba en materia educativa.
Así también desechó el proyecto de construcción de tren eléctrico que llegaba hasta el Parque Viva y el cual era promovido y gerenciado por la anterior primera dama de la república.
Eliminó de la casa presidencial el Comisionado para asuntos de la población LGTBQ y lo sustituyó por un Comisionado de Integración Social para atender los temas de la población indígena, afrodescendiente, personas con discapacidad y también población LGTBQ.
Por otra parte, después de una reunión con el Consejo Episcopal en la casa presidencial, el consejo de gobierno decidió enviar a evaluación la norma técnica del aborto terapéutico. En fin, después de 8 años de gobierno del PAC y después de que este partido quedara fuera del poder ejecutivo y también del poder legislativo durante las últimas elecciones al obtener cero diputados, el nuevo gobierno de Chaves en Costa Rica tiene una orientación más bien anti-PAC en temas de la agenda social y cultural. En uno de sus discursos más recientes pronunciados en Guanacaste dijo el presidente: «La sabiduría de un gobernante viene del temor a Dios».
Y para algunos analistas, una de las novedades en estos meses de la administración Chaves Robles fue que se desmontó la pandemia de COVID-19 en Costa Rica, en parte gracias a los hackeos que hizo el grupo Conti de Rusia en el Ministerio de Hacienda primero y en la Caja Costarricense del Seguro Social después, pero también debido a políticas y medidas de la administración Chaves.
Al quedar deshabilitadas las fuentes de información sobre COVID-19 los grandes medios de comunicación se quedaron sin material para alimentar el día a día de la cruzada anticovid, la cual servía de base para que el Ministerio de Salud tomara y justificara medicas draconianas contra la libre empresa y el libre tránsito que destruían a los empleos y a la economía.
A partir de la entrada al poder de Rodrigo Chaves y en parte gracias a los ataques del Grupo Conti, se desactivó la pandemia entendida como una mezcla de verdadera enfermedad magnificada por los grandes medios de comunicación.
Aclaro que la pandemia ha sido y es un fenómeno global completamente real, pero el manejo que hicieron de ella los grandes medios de comunicación y el Ministerio de Salud, asesorado por la Organización Mundial de la Salud, constituyeron una medicina que tuvo tanto aspectos positivos como negativos. Entre estos últimos la destrucción masiva de empleos.
En la Asamblea Legislativa acaban de finalizar las primeras sesiones extraordinarias empezando un gobierno en las que, en total, fueron convocadas 142 iniciativas. Se aprobaron las jornadas flexibles para generar más empleo, se avanzó en la propuesta para avanzar en la construcción de la carretera a San Carlos y se detuvieron nuevos impuestos para los combustibles.
Por otra parte, el 1 de agosto empezaron las sesiones ordinarias con la iniciativa en manos del presidente de la Asamblea y con agendas que se anuncian concentradas en la reactivación económica y la generación de empleos.
Hay temas de los que el presidente Chaves habló en la campaña electoral, pero están en estudio o esperando el momento adecuado para ejecutarse: implementación de la tecnología 5G, referéndum y pensiones de lujo.
Por otra parte, en política monetaria, aunque al principio el presidente hizo una mención crítica respecto a lo hecho por el gobierno anterior en materia de reservas internacionales luego ha optado por respetar la autonomía del Banco Central en la definición de la política monetaria lo cual da tranquilidad a los mercados.
En cuanto a política fiscal ya dijimos que se empieza a percibir una tendencia a flexibilizar la regla fiscal y eventualmente abrir portillos para aumentar en vez de contener o reducir el gasto público y la planilla estatal. Asimismo, el ministro de Hacienda, Nogui Acosta, solicitó la aprobación en la Asamblea Legislativa de $12 mil millones de nuevo endeudamiento externo con Eurobonos. Los partidos de oposición parecen dispuestos a aprobar solamente $1,500 millones en el primer año y luego eventualmente otros montos, pero dependiendo de los informes que el ejecutivo vaya brindando sobre el manejo de los fondos públicos.
En cuanto a política comercial, como dijimos, se recuperan las políticas de apertura comercial y tratados de libre comercio, muy abandonados durante los gobiernos del PAC. Por ejemplo, se retoma la agenda de ingreso a la Alianza del Pacífico y se inicia la negociación de un TLC con Ecuador.
En política exterior apenas empezaba su mandato constitucional el presidente cuando asistió al Foro Económico Mundial de Davos en Suiza donde se reveló como un amigo de las empresas internacionales y anunció un gobierno que mejoraría el ambiente de negocios de Costa Rica a fin de atraer las inversiones extranjeras.
También fue el único presidente de Centroamérica en asistir a la Cumbre de las Américas de los Ángeles. Allí estableció, junto con su esposa Signe Zeicate, una relación muy cercana y amistosa con Joe Biden y su señora esposa, así como con Kamala Harris, vicepresidente de los Estados Unidos. Asimismo, en el momento que escribimos el presidente Chaves alista maletas para asistir a la toma de posesión de Gustavo Petro en Colombia, un país aliado preferencial de Costa Rica en la región.
Recientemente, recibió una llamada telefónica de Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, al que le expresó una total solidaridad con su causa y con el pueblo de Ucrania. Ofreció incluso apoyo para promover la adhesión de Ucrania a la OCDE y la suspensión de Rusia como observador del SICA. Sobre la lucha del pueblo ucraniano dijo: «Los vamos a apoyar porque la libertad de todos los pueblos del mundo es la libertad de Costa Rica y del mundo entero».
De manera que el gobierno de Rodrigo Chaves se ha definido como aliado y amigo de la administración Biden, de los Estados Unidos y del gobierno y pueblo de Ucrania, que libra una guerra con la Federación Rusa, así como promotor de un gobierno de atracción de inversiones extranjeras y generación de nuevos empleos. Su definición a favor del pueblo ucraniano ya le ha generado algunas críticas de quienes le acusan de no respetar la tradición de neutralidad militar costarricense.
En temas de Centroamérica, después de que el gobierno de Daniel Ortega expulsó a la oficina de la OEA de Managua, el gobierno de Rodrigo Chaves y su canciller Arnoldo André decidieron no enviar embajador a Nicaragua, país vecino y Ortega respondió retirando a su embajador en San José. Es decir que las relaciones entre Costa Rica y Nicaragua están en un bajo perfil.
Por otra parte, aún Costa Rica no decide si apoyará la elección de un candidato a la Secretaría General del SICA propuesto por el gobierno de Daniel Ortega, aun cuando los expresidentes de la República recomiendan no apoyar al candidato de Nicaragua.
De la intensa agenda de política exterior que ha llevado en estos tres meses el canciller Arnoldo André podremos escribir en otro artículo.
Estamos ante un gobierno que se autopercibe como democrático y de centro, que es aliado de los Estados Unidos y de las democracias occidentales, pero también habría que precisar que se ha mostrado socialdemócrata renovado y pragmático, apostando a una mezcla de estado y mercado, afín a la mayoría de las cámaras empresariales sin ser enemigo de los sindicatos y tratando de complacer tanto al sector privado como al público.
Su agenda económica es más bien cercana a la de los empresarios y del sector privado mientras que su agenda sociocultural es moderadamente conservadora. Pero su política fiscal responde a las necesidades del sector público. Su estilo de gobierno es pragmático y de liderazgo fuerte.
Los índices de apoyo popular ocupan ya los primeros lugares en las encuestas de América Latina y el Caribe.
Al cumplirse los primeros tres meses de su mandato constitucional, le deseamos al presidente Rodrigo Chaves Robles los mayores éxitos en sus funciones por el bien de Costa Rica.