«Agricultura biodinámica: por qué es algo serio» es el título del encuentro celebrado en Roma en la sede de la Asociación de la Prensa Extranjera al cual participaron Carlo Triarico, presidente de la Asociación Biodinámica, entre otros expertos y expertas del sector como Nadia El- Hage Scialabba y Raffaella Pergamo.
Esta reunión es el punto de partida oficial de la gira Planning the Future, un itinerario de reuniones de estudio y co-planificación en Italia para determinar junto con agricultores y ciudadanos cómo la agricultura biodinámica puede contribuir de manera efectiva a la autosuficiencia alimentaria. Partiendo de las técnicas básicas que lo convierten en un sistema productivo de muy bajo impacto ambiental y un método que contribuye a la mitigación de daños climáticos y riesgos ambientales.
La situación en Italia no es para nada alentadora, ya que, por ejemplo, aunque deja sin cultivar cientos de miles de hectáreas, no es autosuficiente en el sector agroalimentario y sufre una gran dependencia del exterior para el suministro de fertilizantes sintéticos, piensos, trigo, legumbres, leche y diversos productos de primera importancia. Este es el escenario de pre-conflicto al que, hoy, se suman graves problemas de diversa índole, desde geopolíticos a especulativos que intensifican la fragilidad y vulnerabilidad del país en este rubro.
La escasez de alimentos en Europa se reflejará dentro de poco en los países importadores del Sur del mundo, en el mundo árabe, lo que sin duda traerá como consecuencia una grave desestabilización sociopolítica de esas zonas. Mientras se asiste diariamente a una gran cantidad de alimentos desperdiciados, provenientes de modelos y monocultivos hiperproductivos de altos insumos.
Además, el aumento del gasóleo agrícola ya es del 40%, el de los fertilizantes sintéticos llega al 180%, el coste de los pesticidas se ha triplicado en algunos casos. Según Triarico, «los insumos para sustentar el modelo productivo consumista han alcanzado precios insostenibles con una tendencia que ha comenzado a crecer desde el 2021», lo que trae como resultante que a raíz de estos aumentos muchos agricultores incluso abandonen, a causa del gran riesgo que implica este tipo de cultivos.
Desde este punto de vista, el Tribunal de Cuentas Europeo estima que, dentro de la Comunidad, el sector agrícola contribuye en un 13% al total de las emisiones globales de gases de las que, más del 50%, se deben a la agricultura intensiva y el 36% a los procesos de fertilización (Informe Especial del Tribunal de Cuentas Europeo Política Agrícola Común y Clima, 2021).
La agricultura biodinámica es el método fundacional de la agricultura ecológica (las normas biodinámicas también han inspirado el Reglamento CE N.º 2092/91 sobre agricultura ecológica). Triarico destaca que «la biodinámica ofrece un camino sostenible, basado en la economía circular, cadenas de suministro cortas y orgánicas. Es un método agroecológico caracterizado por una baja intensidad energética, capaz de restaurar suelos asfixiados devolviéndoles su fertilidad, aumentando la biodiversidad agrícola y natural, mejorando el medio ambiente y la nutrición, promoviendo el bienestar animal y también cultivando zonas marginales y áridas, para convertirlas en productivas. Todo esto es la base de la autosuficiencia alimentaria italiana y europea».
Las experiencias biodinámicas en el Sur global han permitido el renacimiento de áreas enteras desertificadas. No solo eso, la biodinámica contribuye a un sector, el orgánico, sector en el que Italia se encuentra en una posición avanzada en comparación con el resto de Europa, con el 16% de los cultivos frente al 8% de la media de la UE. Un sector que merece ser apoyado también, porque constituye un motor económico.
También hubo testimonios de empresarios del sector biodinámico y científicos, con el fin de rendir testimonio sobre la validez económica y la seriedad del método que parece más cercano a las directivas de la UE. Además, responde perfectamente a las estrategias «De la granja a la mesa» y «Biodiversidad» y a la Misión 2 del PNRR, «Revolución verde y transición ecológica», dirigida «a lograr un nuevo y mejor equilibrio entre la naturaleza, los sistemas alimentarios, la biodiversidad y circularidad de los recursos» (definición del Ministerio de Transacción Ecológica).
Durante la conferencia, se presentaron ejemplos de aplicaciones biodinámicas exitosas en Italia y en áreas de crisis, a veces en colaboración y sinergia con la FAO. Entre otros, se mencionó el caso de Sekem en Egipto, en una región desértica a 60 km de El Cairo, hoy un oasis de agricultura biodinámica en el desierto que emplea a dos mil personas.
«La biodinámica busca la sabiduría (holística) de las culturas indígenas, respeta las enseñanzas genuinas de la ciencia (atómica) y las complementa con lo que puede surgir de la concepción viva del Universo», declaró Nadia El-Hage Scialabba, ecóloga independiente, ex funcionaria de alto nivel de la FAO para la agricultura orgánica.
Para Raffaella Pergamo, investigadora del CREA (Centro de Políticas y Bioeconomía), «la transición agrícola que nos espera va hacia una economía generativa y circular, en la que se garanticen ecosistemas y comunidades verdes. Mucho de lo descrito ya se encuentra en el enfoque biodinámico que, como lo orgánico, se inscribe en la vena de la agro-sostenibilidad y refleja mucho esa ecología integral que recuerda la encíclica papal, en el sentido de la interconexión entre el hombre y la naturaleza».
La gira Planning the Future, que incluye una serie de reuniones de estudio, además de Roma, tocará Milán, Padua, Turín, Bolonia, Bolzano, Florencia, Nápoles, Pescara, Bari, Palermo, entre otras ciudades. El recorrido Project Let's Design the Future fue diseñado y construido como un camino preparatorio de innovación para el centenario del nacimiento de la Biodinámica proyectada por Rudolf Steiner en junio de 1924.