Sería una necedad manifestar que el Sol utiliza rayos láser como potenciador para llevar a cabo las reacciones que producen la luz y el calor.
Esta en boga el tema del plasma, pero precisamente en la actualidad se necesita hacer una extensión y claridad sobre la definición del término y su producción a través de las herramientas materiales con las cuales contamos en manos de la ciencia y sobre todo por partes de los especialistas en la materia.
La física y la química se quedan sin recursos materiales y alcance intelectual para poder interpretar cómo es el proceso de formación del plasma como estado intermedio de la materia. El plasma considerado como un gas ionizado, un estado incompleto de la materia imposible de llevar a cabo in vitro. Por el momento, mientras la filosofía y su parte epistemológica se encuentran en un callejón sin salida al no poder entender e interpretar todo el proceso del mecanismo eléctrico y magnético que sucede dentro de este suceso de ionización de un gas para lograr no solo producirlo en forma estable, sino comercializarlo como monopolio hegemónico universal para someter a las economías de países débiles y sumisos, pero también para imponer protocolos con argumentos infundados a través de su fraudulenta literatura científica.
De hecho, se comprende que el plasma eléctricamente no es neutro, lo que nos induce a concluir que no es materia, le falta el equilibrio eléctrico para consolidase como tal.
Los procedimientos llevados hasta el presente, con toda la infraestructura, recursos humanos y de capital no han dado los resultados y seguirán perdiendo tiempo debido a que las bases científicas sobre las cuales están apoyados es inconsistente, máxime cuando utilizan sistemas primarios como es el caso de concentrar rayos láser para lograr obtener temperaturas extremas, con lo cual se percata que no es un mecanismo autónomo e independiente, sino derivado y secundario sobre todo que no se ha logrado por ningún lado fusionar el hidrógeno liviano en deuterio y menos en tritio y supuestamente de allí pasar a helio para encontrar el momento eureka en este ambicioso proyecto académico, científico y comercial.
El primer estado plasmático nos lo mostró la naturaleza durante las tormentas eléctricas como lo es el rayo o el relámpago, después la aparición del fuego (una llama es un plasma) y posterior a esto Sir William Crookes estudió los rayos catódicos y encontró que eran de luz. con esto podemos afirmar que desde el punto de vista de la ciencia se empieza a vislumbrar el fenómeno del plasma, lógico para que la corriente eléctrica circule hace falta un conductor, generalmente un hilo metálico, a través del aire o de cualquier gas la electricidad no circula, pero si se dispone de un tubo de vidrio de cuyo interior se ha extraído el aire y se emplea energía eléctrica de alto voltaje, la energía eléctrica circula, pero además se observa la aparición de un flujo de rayos que puede hacerse luminoso y que va del polo negativo (cátodo) al polo positivo (ánodo).
Ya mencionamos anteriormente que Sir William Crookes estudió estos rayos y encontró que eran de luz y se comportaban como si estuvieran constituidos por partículas finísimas que mostraban estar cargados con electricidad negativa. El inglés Thompson y el norteamericano Millikan estudiaron estas partículas constitutivas de los rayos en cuestión (que se denominaron rayos catódicos por desprenderse del cátodo, en el tubo de descarga) y hallaron que cada partícula tenía una masa que resultó ser 9,1 x 10-28 gr. A estas partículas se les dio el nombre de electrones.
Esa explicación para tener una idea somera de cómo es este proceso. Los ensayos se hicieron en un tubo de vacío (se sometió el gas a bajas presiones) y se les aplicó alto voltaje, a diferencia de hoy en día ya no se utiliza el alto voltaje debido a que presentaba grandes dificultades asociadas a los campos eléctricos intensos. Hoy en día se utilizan aceleración múltiple de iones sin el empleo de altos voltajes.
Definiríamos al plasma dentro la versión moderna y con los fines pertinentes como la luz y calor derivados de efectos electromagnéticos procedentes de la disociación molecular y atómica de un gas liviano sometido a bajas presiones y a campos magnéticos. Eso hasta allí, ya que pretender fusionarlo tal como se ha venido intentando es imposible, sobre todo por la imposibilidad de poner a reaccionar dos protones cuya carga es igual, en este caso es positiva.
¿Rompe el Sol con sus reacciones el dogma de la incertidumbre?
Tendríamos que considerar el pretender elaborar un Sol artificial implicaría riesgos de magnitud impredecible debido a que hasta la misma naturaleza falla a veces en determinar la posición exacta de una partícula, pese a que las reacciones dentro del Sol se efectúan con precisión a través de orbitales externo y no del núcleo, el espín del electrón muy posiblemente permite entrada de un protón justo cuando la afinidad de cargas regula el tiempo preciso para que el protón pueda entrar y trate de aparearse con un núcleo de «consanguinidad electrónica» para no ser repelido, el protón huésped recibe al protón visitante que se adosa por un fuerte empuje que hace el electrón en la órbita externa del átomo, mientras logra ganar otro electrón para estabilizar las cargas del átomo trasmutado (mantener un equilibrio eléctrico de cargas). Al parecer no es por enlace iónico, sino covalente. Cuando el tiempo de sincronización no es regulado por las posiciones del espín del electrón del átomo de hidrógeno, esta presenta una repulsión violenta y rechaza el protón, muy seguramente esto es lo que ocasiona estas llamaradas y explosiones en la corona solar y es lo que hace que sea más caliente que su circunferencia.
Por consiguiente, en un laboratorio es muy difícil estabilizar las cargas eléctricas de las cuales se deriva el plasma in vitro. La ciencia y el conocimiento se quedan aún en pañales ante la falta de profundización en el tema, allí habría que considerar la revisión y reformulación de la teoría atómica o electrónica de los átomos y se reitera que, si la misma naturaleza falla en los tiempos de sincronización para producir el proceso de trasmutación de hidrógeno en helio, tendríamos que preguntarnos: ¿qué tan preparados estamos en conocimiento y cómo haríamos para evitar una explosión y sus llamaradas como la que se producen en la corona solar dentro de un laboratorio como los actuales en donde se pretende llevar a cabo este proyecto?
En este sentido, siendo el plasma un estado intermedio de la materia según definición de los académicos; si no entendemos cómo es el mecanismo eléctrico de las partículas atómicas y tenemos vacíos en conceptos y en la práctica, será muy difícil estabilizar el plasma.
Sin embargo, sigue el interrogante sobre por qué en la actualidad se trata de involucrar sistemas adicionales y fuera de contexto como son los rayos láser dentro del proyecto ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor, en español Reactor Termonuclear Experimental Internacional) y no se está ajustando a lo que verdaderamente se procedería para obtener un plasma desde el punto de vista científico. Surge una hipótesis como respuesta: muy posiblemente con todo este marasmo se trata por cualquier vía de pretender insistir en la fusión para seguir sosteniendo el dogma que mantiene a la física de partículas en su actual estatus y que todo lo que se ha cimentado sobre estas bases no se vaya a desmoronar, sobre todo por los diferentes trabajos elaborados y galardonados con premios, tal como ha sucedido con el Big-bang y los conceptos «científicos» (dogmas) impuestos por la física tradicional.
Para los «científicos» contemporáneos se trata de estabilizar el plasma y sostenerlo permanentemente para convertirlo en fuente energética renovable e infinita, desconociendo que esto solo se puede lograr si se tiene conocimiento profundo sobre la naturaleza electromagnética de las partículas subatómicas comprometidas, ya que el calor y la luz solo son efectos de un proceso electromagnético en proceso de disolución debido a que está sometido a bajas presiones y se utilizan poderosos campos magnéticos sin poder precisar los tiempos (abolir el principio de la incertidumbre).
El reto ahora es aceptar la realidad y darle cristiana sepultura a la física tradicional y desmontar todos esos dogmas que se han sostenido como verdad académica o como trabajos rigurosos que no admiten impugnación de ninguna índole. Pero sobre todo esos cadáveres ambulantes, espectros de la ciencia que manejan las más prestigiosas universidades del planeta y que aún no toman la decisión de practicar la eutanasia académica porque le huyen a la realidad de un mundo en donde ellos mismos convirtieron en un misterio un problema que les quedó muy grande por resolver.
Si el mundo académico no puede realizar la fusión con el átomo más sencillo como lo es el de hidrógeno para fusionarlo en deuterio y después en tritio para terminar con el helio como producto final, sin involucrar al rayo láser como potenciador, se sobreentiende que dentro de sus hipótesis concentran varios rayos láser para producir temperatura elevadas (180 millones de grados centígrados) para producir a esas temperaturas la «fusión nuclear». Ignorando que las propiedades magnéticas se pierden a altas temperaturas, lo cual haría imposible cualquier tipo de enlace químico. Siguen vendiéndonos la idea de la fusión de hidrógeno en deuterio y después en tritio para finalmente llevarla a helio, habiéndose saltado el primer paso (hidrógeno, deuterio) lo más probable es que al final el mundo académico y científico acepte efectivamente que el universo no vino de ninguna parte y que siempre estuvo allí, relacionando a la energía como coexistente con la materia y dependiente de ella; pues al parecer ningún elemento se formó por fusión nuclear, sino por trasmutación, debido a la preexistencia de un universo material que siempre ha estado allí.
Estaríamos ante el dilema de la arrogancia y la humildad profesional, pero sobre todo desmontar ese fraude enquistado dentro del seno mismo de la academia para reconocer los errores y los desaciertos de quienes han sido los apóstoles del engaño y los monaguillos de una fe dogmática que se resiste a aceptar la realidad.
Sería una necedad manifestar que el Sol utiliza rayos láser como potenciador para llevar a cabo las reacciones que producen la luz y el calor.
Nota
Se emplea el término consanguinidad electrónica en forma figurada como mecanismo para que el lector trate de entender que solo una partícula subatómica del mismo elemento o del mismo átomo puede acoplarse y no se confunda con «afinidad electrónica», por supuesto; que esta posición obliga a desmenuzar la composición interna del protón como partícula subatómica y vislumbrar las posiciones de cada componente interno del protón, si en verdad la hay.