Lobos grises y la política exterior turca

En noviembre de 2020 en Francia se incluyó a la organización Bozkurtlar (Lobos grises turcos) como una organización prohibida en el país, luego que estos hicieran una manifestación anti armenia en octubre del mismo año llamando incluso a «cazar armenios», tensiones que escalaron debido al conflicto entre el ejército de Azerbaiyán y de Armenia de septiembre a noviembre.

El movimiento se caracteriza por su marcado discurso de odio, con una presencia no solamente en Turquía, sino también en países europeos e inclusive tiene filiales en las diásporas turcas en países de Asia Central, Asia Oriental y del Sur, así como Medio Oriente y el Mediterráneo.

Según las palabras del periodista y escritor austriaco, Thomas Rammerstorfer, para el diario español Público: «Los Lobos Grises son una corriente de extrema derecha de Turquía que aspira a un Imperio turco extenso que una a todos los pueblos turcomanos», lo que señala la importancia de su presencia en países incluso como China, o rompiendo cualquier alianza kurda en Siria o Irak.

Así también, se muestra la trascendencia de este fascismo turco que puede ser aprovechado por el gobierno de turno, aunque de entrada Bozkurtlar no es una organización islamista, puede estar siendo aprovechada por el presidente Erdoğan para inyectar raciones controladas de pensamiento religioso, transformando el movimiento en una especie de «islamofascismo».

Pero ante lo anterior, es importante señalar el surgimiento y evolución de Bozkurtlar y en qué momento de la historia actual dejaron de ser vistos como un grupo marginal de la política turca a pasar a ser una «punta de lanza» para la política exterior del gobierno de Ankara.

Origen

La organización surge a comienzos de los años 60, aunque entrarán a operar hasta finales, como una agrupación nacionalista, de extrema derecha, xenófoba y que exaltará la imagen del ideario de un gran imperio de pueblos túrquicos. Se le denomina también «Movimiento idealista» y son cercanos al Partido de Acción Nacionalista (Milliyetçi Hareket Partisi, MHP). Uno de sus principales objetivos políticos se concentra en el sueño del gran Turan, el cual une a todos los pueblos de origen túrquico bajo un gran Imperio turco lo que generalmente se menciona como nacionalismo turco expansionista, es decir, «panturquismo».

El término «Lobos grises» procede de la leyenda de las estepas de la Asia Central preislámica ubicada en la religión del tengrismo, donde una mujer loba, Asena, salvó y condujo a los cautivos turcos hacia la libertad.

En los años 60 y hasta entrados los 80 se les ha involucrado con diferentes actividades delictivas incluyendo la participación en la persecución y ataques contra movimientos socialistas, grupos pro kurdos, de haber participado en el atentado contra Juan Pablo II en 1981 y ser copartícipes en el golpe de Estado en los años 80 en Turquía.

Son señalados como causantes de la masacre de la Plaza Taksim de Estambul el 1 de mayo de 1977, con un saldo de al menos 40 personas muertas y más de 200 heridas, según informes de la época. Esta plaza fue además testigo de protestas antigubernamentales en los últimos años contra el régimen pro islamista de Erdoğan.

El panturquismo de Bozkurtlar no proviene de una esencia islamista, ciertamente su origen pagano preislámico señala otro tipo de intereses asociados, como ya fue mencionado, a un movimiento de extrema derecha, anti grupos minoritarios y, en algún momento, hasta partidarios de ideas similares al nacionalsocialismo alemán bajo el credo: «la raza turca por encima de todas las demás». Sin embargo, en los últimos años hay un creciente vínculo entre los «Lobos grises» y las ideas del islam político, lo cual beneficia al gobierno de turno en sus intereses de carácter político interno, así como en sus planteamientos de política exterior.

Relaciones con el islam político

El uso del islam es un elemento adicional para el movimiento nacional de los «Lobos Grises». Estos surgieron, como otros movimientos nacionalistas, con un corte laico, pero viendo la reciente islamización del territorio han visto en esta posición una forma de ganar adhesiones.

El propio partido MHP ha adoptado consignas de corte religioso modificando incluso los lemas originales con alusiones a la religión tengrista (pagana), por ejemplo, en vez de decir: «Tengri salve y enaltezca a los turcos», la versión islamizada menciona: «Alá salve y enaltezca a los turcos». Otras frases incluso hacen un señalamiento al Corán y a los mártires desde una perspectiva religiosa, ya que si bien el martirio puede ser considerado una movida de carácter política relacionada con la «resistencia», definitivamente en grupos islámicos se le asocia con la identidad espiritual que además les da acceso a una promesa divina.

Y al igual que el movimiento nacionalista ha utilizado para su caudal político el islam, el presidente turco ha tomado la decisión de darle adhesión a la organización Bozkurtlar, representado en Turquía con la figura de Alaattin Cakici, señalado como mafioso turco según algunos medios del país. Incluso, el líder turco señaló en abril de 2021 un pacto para acercar a su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de corte islamista con lo cual se aseguraría mayores réditos políticos que manteniendo posiciones solo con los religiosos.

Incluso están quienes señalan que su cercanía con los nacionalistas complementa sus posiciones neo otomanistas y, por el otro lado, modifica levemente el posicionamiento religioso ultraconservador para distanciarse de la lucha «sectaria» contra los seguidores del clérigo islamista Fethullah Güllen, a quien le acusan de ser la mente maestra tras el fallido intento de atentado ocurrido en julio de 2016, que se ha señalado en algún momento de haberse tratado de un auto atentado.

Aparte de los beneficios electorales para el presidente turco, se podrían indicar algunos réditos que sumaría en su modelo político exterior que va entre la influencia religiosa cercana al islamismo político de los Hermanos Musulmanes egipcios, patrocinado económicamente por el clan Al Thani en el emirato qatarí; sin embargo, será más sencillo implementar el modelo si se lleva desde la visión de unificar a los pueblos turcos. No obstante, los ideales de Bozkurtlar se movilizan en una dirección y los deseos de Erdoğan por otro lado.

Ciertamente los intereses geopolíticos de la mezcla de ambas fórmulas podrían ser de interés para la competencia por las regiones euroasiáticas en especial para potencias globales como Rusia y China, más una competencia cada vez más clara con potencias medias de otras regiones como Irán y Arabia Saudita en el Golfo Pérsico o Israel y Egipto en el Mediterráneo Oriental.

La influencia sobre los pueblos túrquicos a través del islam político y el nacionalismo étnico que promueve en la actualidad la política internacional de Turquía podría hacer una serie de movimientos que puedan ser de utilidad para los países aliados al gobierno de Ankara, contemplando que, dentro de las zonas de lo que se denomina el «Gran Turán», sería la ruta más clara hacia el dominio del corazón del mundo (Heartland) según las teorías deterministas del siglo pasado y sumado a la influencia en zona la del Mediterráneo Oriental y los pasos tomados en zonas del Levante. La situación que se podría finalmente impulsar transforma cada vez más en una condición de «axialidad» al poder turco y a aquellos que los mantengan a su lado durante el proyecto.

En próximos artículos se ampliará el concepto del Gran Turán que revive en los últimos tiempos debido a la agresiva política exterior del presidente turco que se ha aprovechado del mito nacionalista, haciéndolo suyo para llevar adelante un proyecto de carácter neo otomano.