Gracias a un documental de Deutsche Welle, conozco al activista Liu Xiaobo quien buscaba democratizar China por medios pacíficos desde fines de los 80 hasta su muerte en 2017. En el portal de Wall Street International en inglés, se ha publicado sobre su esposa, de profesión fotógrafa, quien hace referencias a él. Liu nació en 1955, su padre era profesor de literatura y fue acosado durante la Revolución cultural en 1966, a pesar de ser miembro del Partido Comunista.
A la muerte de Mao, China comienza a liberarse económicamente, más no democráticamente. La década de los 80 ve el auge del mercado libre chino, más no la posibilidad de elegir el propio gobierno o de expresarse libremente.
Xiaobo se graduó en esa época y, en rápida secuencia, obtuvo una maestría y un doctorado en literatura, su tesis doctoral de 1988 se titula Estética y libertad humana. Sus opiniones críticas de todos los temas le granjearon el alias de caballo negro. En esa misma Universidad Normal de Beijing se hace profesor y hace algunas visitas profesorales a las Universidades de Columbia, Hawái y Oslo.
A su retorno a China en 1989, se dedica de lleno al activismo político por medios pacíficos. Durante las manifestaciones en la Plaza Tiannamen convence a muchos estudiantes de retirarse ante la represión y consecuente masacre, lo que salva muchas vidas. Ese año se publica su tercer libro: La niebla de las metafísicas. Luego de estos eventos, todos los textos de Liu serían prohibidos en su país natal.
En la entrevista que le realiza DW en 2008, reconoce que su activismo político le hizo descuidar su primer matrimonio e hijo; durante su estadio en prisión (1989-1991) su esposa se divorcia de él, luego ella con su primogénito emigran a los Estados Unidos. En esos tiempos, escribe su cuarto texto: Yendo desnudo hacia dios. Liu sigue su lucha por la democracia en China, en 1992 viaja a Taiwán, Australia y los Estados Unidos para realizar unas charlas de paz. Un dato curioso sobre la persecución a su familia es que a su hermano Xiaoxuan, quien estudiaba el doctorado de Energía y materiales, no se le permitió tomar exámenes en la Universidad de Tsinghua.
En 1996, Liu es encarcelado de nuevo hasta 1999 en un campo de reeducación y trabajo. Estando en prisión, se casa por segunda vez con la única mujer que lo visitaba, la fotógrafa Liu Xia. Es liberado antes de iniciar el año 2000, bajo estricta vigilancia policial de su vida y comunicaciones. Es famoso que en uno de sus cumpleaños una botella de vino y su torta fueron confiscadas.
Luego de las Olimpiadas de Beijing en 2008, redacta un manifiesto que coincide con el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, reclamando al gobierno chino más libertad de expresión y elecciones democráticas. Esta carta es firmada por más de 10 mil personas. Como responsable del manifiesto, es encarcelado nuevamente bajo condiciones más estrictas.
Para octubre de 2010, el comité Nobel le otorga el premio por la paz y sus esfuerzos por los derechos humanos en China. No obstante, Liu Xiaobo se entera gracias a su esposa, y esa noticia es suprimida en su país. Además de negar la ida de Liu a Noruega para recibir el laurel, el gobierno Chino incluso cabildea internacionalmente para boicotear la premiación de Xiaobo, y acá es donde entra en la historia mi país, Venezuela, así como otros en apoyo del régimen asiático. Cuba rechaza la nominación. Bolivia reclama, al igual que Rusia, Irán, Arabia Saudita, y un pequeño grupo de países autoritarios. Pero la propuesta que busca generar polémica es la del gobierno de Chávez, quien propone como alternativa a Evo Morales, y acusa a la oposición venezolana de ridícula al apoyar a Liu. De todas maneras, Xiaobo recibe en una silla ausente su Nobel de la paz en Oslo.
Finalmente, a mediados de 2017, a Liu se le otorga permiso médico al ser diagnosticado con cáncer hepático terminal. El 13 de julio muere a sus 61 años en el Primer Hospital de Shenjang. El gobierno se encarga de las exequias, con absoluto hermetismo lo crema y arroja sus cenizas al mar.
De este triste desenlace queda su lucha como ejemplo de dignidad. A continuación parafraseo la parte final de su entrevista con DW: «De qué te sirve el dinero si no tienes libertad». Con esas palabras Liu remarca la prosperidad que logró China al liberalizar la economía desde los 70 hasta hoy en día, lo que sacó del hambre a muchos chinos. Sin embargo, contrario a los preceptos socialistas, en la República Popular China es posible ser rico, pero no criticar la falta de libertad de palabra ni de elegir a quien gobierna.