Fue una Semana Santa extraña: con sus ritos, siempre solemnes … y sin feligreses. Durante esta semana, salvo algunas oscilaciones, se advierte un freno de la epidemia, aunque aún no es posible cantar victoria aseguran las autoridades italianas, razón por la que la cuarentena se amplía hasta el 4 de mayo, recordando que a pesar del Covid-19, y a pesar de que nuestra vida ha cambiado, seguimos resistendo.
Lunes 6 de abril
Empiezo la semana con el firme propósito de no leer casi nada (el casi es obligatorio, se entiende) de las informaciones de las redes sociales acerca del coronavirus. Porque la información es tanta, tan diferente, y no pocas veces contradictoria, que no siempre es fácil (todo lo contrario, es más bien difícil) orientarse en el enmarañado bosque de la pandemia, sobre todo de cara a los consejos que pululan en esta selva. Me limitaré a las informaciones oficiales de Italia, país donde vivo, aunque como les contaba en el Diario de la semana pasada, incluso las fuentes oficiales se contradicen.
Martes 7 de abril
Cada año la Asociación de Prensa Extranjera en Italia, que agrupa a los corresponsales de todo el mundo, premia al cine italiano: mejor película, director, actor, actriz, música, fotografía. El premio se llama «Globo d’Oro»: una vez a la semana proyectamos una película y luego conversamos con el director y con los protagonistas. Este año era una fecha especial, porque el Premio cumple 60 años, pero estamos en tiempos de Covid-19, por lo tanto, cada uno ve la película en su casa y los encuentros se hacen a través de streaming: hoy fue el turno de Luca Manfredi y Edoardo Pesce, respectivamente director y actor de la entretenida película Permette?, un film biográfico sobre el estupendo actor cómico Alberto Sordi, en el centenario de su nacimiento.
A propósito de biografías, próximamente nos encontraremos virtualmente con Gianni Amelio, director de la película Hammamet, sobre el autoexilio en Túnez de Bettino Craxi, exsecretario del Partido Socialista Italiano y ex primer ministro de este país. En los primeros años de la década de los 80, el vendaval Manos Limpias (Mani pulite, en italiano) que contribuyó a desmoronar a los partidos tradicionales italianos (Democracia Cristiana y Partido Socialista, fundamentalmente) y arrasó con su dirigencia, hundió la carrera política de Craxi, quien se autoexilió en Hammamet (Túnez), donde murió hace 20 años, el 19 de enero de 2000.
Como era de esperar, y no podía ser de otro modo, más allá del estupendo rol de Pierfrancesco Favino, no solamente por el maquillaje perfecto, sino también por la voz, los ademanes y gesticulación de Craxi, la película ha suscitado numerosas polémicas y ha puesto sobre la mesa una vez más el problema de la corrupción y la responsabilidad efectiva de Bettino Craxi.
Miércoles 8 de abril
Una noticia dramática que había quedado oculta entre los pliegues comunicacionales del Covid-19: la muerte de la cantante turca Helin Bolek, tras 288 días de huelga de hambre. Tenía sólo 28 años, pero fue capaz de donar su cuerpo hasta las últimas consecuencias para defender el Arte, ese Arte con mayúscula que tantas (demasiadas) veces es considerado el Enemigo (también con mayúscula) por los regímenes autoritarios, que lo consideran terrorismo.
Integrante del grupo musical de izquierda Grup Yorum, el objetivo de su protesta, que empezó junto a otro integrante del conjunto, Ibrahim Gorcek, que sigue en huelga de hambre, era (y es) obtener la libertad de los presos políticos en Turquía y detener los continuos allanamientos a los centros culturales, perpetrados por el régimen de Recep Tayyip Erdogan. El Grup Yorum, con 25 álbumes y más de dos millones de copias, no se exhibía desde el año 2006, cuando fuera prohibido por el Gobierno.
Jueves 9 de abril
Interesante entrevista vía streaming con el escritor Roberto Saviano, que vive con escolta en Estados Unidos desde hace años, después de que los clanes camorristas lo condenaran a muerte tras la publicación, el año 2006 de su novela Gomorra, un viaje al corazón de la camorra (la mafia napolitana) en los lugares donde nació y creció, en la región Campania, en ciudades como Nápoles, Caserta, tierra de origen de Saviano, Casal di Principe, entre otras.
Más allá de algunas afirmaciones, a mi juicio bastante discutibles, como que la investigación del FBI respecto a Venezuela (que determinó que Trump estableciera una recompensa por Maduro, acusándolo de narcotráfico) no era «ideologizada», Saviano contó algunas cosas curiosas respecto de la mafia en tiempos de coronavirus. Por ejemplo, ahora los usureros mafiosos prestan dinero sin intereses. Y, como la mafia sigue la política del do ut des, que, en sentido genérico se refiere a favores que se hacen a cambio de recibir algo a cambio, significa que en algún momento la Camorra se cobrará los intereses, pidiendo algunos «favores», como votos por un candidato «amigo» o ayuda para conseguir alojamiento a un fugitivo, entre otras cosas.
Viernes 10 de abril
Un hecho curioso que supe sólo cuando llegué a vivir a este país, en el lejano 1975, es que en Italia no es feriado el Viernes Santo, aunque sí el lunes sucesivo al Domingo de Resurrección, donde todo el mundo sale a hacer picnic. Veremos qué pasa este año: se lo contaré la próxima semana. Salgo al mercado temprano, pensando que como otras veces iba a encontrar poca gente. Craso error de evaluación, porque no había considerado una variable, la principal en este período: que estamos en Semana Santa y que más allá de pandemias, coronavirus y miedos atávicos, la tradición domina la vida de los italianos, creyentes o no creyentes.
Mientras en gran parte de los países, en estos días hay que comer pescado, en toda Italia, sobre todo desde Roma al sur, el Domingo de Resurrección es obligación comer cordero. En la carnicería había muchísima gente haciendo filas, eso sí muy ordenadas: a un metro de distancia entre cada persona, con mascarilla y guantes, esperando turno. Lo mismo ocurre en las panaderías, para los productos típicos de repostería de este período. Y también en el mercado, porque la tradición impone las alcachofas «a la romana», que se cocinan enteras, estofadas en aceite (de oliva, por supuesto), aliñadas con ajo y menta. Como se puede apreciar: Semana Santa «blindada», pero en ningún caso «ayunada».
Sábado 11 de abril
Desde hoy sábado es oficial: prorrogada la cuarentena hasta el 4 de mayo. Luego se verá. Podrán abrir, eso sí, algunos negocios, entre ellos librerías y tiendas de ropa infantil. Perfectamente entendible y una excelente noticia que los libros sean considerados bienes de primera necesidad. Se entiende menos la apertura de las tiendas de ropa infantil. ¿Será que para tener tranquila a la prole hay que salir a comprarles ropa?
Hasta el estallido del Covid-19 en Roma, con sus consiguientes medidas de cuarentena, los tachos de basura en las calles se desbordaban: en las últimas semanas ese problema no se advierte. ¿Será que la gente consume menos? ¿O quizás, que despilfarra menos, ergo, se deshace de menos cosas?
Domingo 12 de abril
Así como hay desalmados que quieren lucrar con el virus, como un tipo que se hacía pasar por empresario (lo era, de una empresa chiquita en bancarrota) y que había ganado dos licitaciones para importar mascarillas que nunca llegaron, a pesar de haber sido previamente pagadas, diariamente aparecen numerosas iniciativas de solidaridad, entre otras, voluntarios que van a hacer las compras para quienes no pueden hacerlo (enfermos o ancianos), otros que reparten comida gratis a los sin casa o la comunidad etíope de Roma, con una colecta mundial para los servicios de salud italianos.
Una de estas iniciativas es una idea genial que nació en Nápoles, que no es solamente camorra, caos, y ropa tendida de un balcón a otros. Es lo que se denomina spesa sospesa, que quiere decir «compra suspendida», heredera legítima del «café suspendido»: en un bar, al pagar el café que se ha consumido, se deja uno pagado para alguien que no tenga los medios. Si bien lo de esta «compra suspendida» también se usa en otras partes, en Nápoles tiene características especiales: se usa el panariello, ese canasto que amarrado a una cuerda se desliza desde los pisos superiores hasta la calle, donde depositan lo que previamente se había encargado, y que se pagará en un segundo momento.
Y no se crea que el panariello existe sólo en las películas o que se usa sólo en los barrios de escasos recursos, ya que muchos de los edificios antiguos, incluso los restaurados recientemente, no tienen ascensor, por lo que es un método comodísimo. Bien, el panariello en tiempos de Covid-19 viene con un papel escrito: Quien pueda, ponga, quien no pueda, tome. Y quien puede, deja alguna mercancía para el que no puede. ¡Gran gesto de solidaridad!
También de solidaridad habló el papa en su mensaje al mundo tras la misa del Domingo de Resurrección al hacer un llamado a los grandes de la tierra para reducir, o incluso condonar «la deuda que pesa en los presupuestos de aquellos (países) más pobres». Un llamado, casi una amonestación a Europa, instándola a dejar de lado el egoísmo, recordándole que «se encuentra frente a un desafío histórico, del que dependerá no sólo su futuro, sino el del mundo entero», y que «no pierda la ocasión para demostrar, una vez más, la solidaridad, incluso recurriendo a soluciones innovadoras». Esperemos que las palabras de Francisco no caigan en el vacío.