Gracias al libro El libro negro de la ideología del género de Nicolás Márquez y Agustín Laje, el tema está resuelto. Este, para los argentinos que parecen primos de Batman y Robin, no debe preocuparnos más. Esta semana dieron una charla en la Universidad de Costa Rica, en donde se tomaron selfies con los asistentes y dieron cátedra. En realidad, me queda la duda del por qué los varones (la mayoría lo era) que se fotografiaron con ellos eran todos tan feos. ¿Existirá una relación entre no gustarle a nadie y querer que las mujeres dejen de escoger? En fin, este no es el tema de este artículo. Lo es que la ciencia nos está ganando la partida y pronto el género va a desaparecer. Y no solo este sino que los mismos varones: el mundo estará habitado nada más que por hembras, Henry y Pedro.
Realbotix, una compañía nueva (estoy buscando su representación en América Latina para, en vista de que nuestro presidente nos lleva al despeñadero, reinventarme y evitar quedarme sin trabajo) está revolucionando el planeta. Han perfeccionado un robot que se llama Henry y cuyo objetivo es hacerte disfrutar el sexo. Además de placer sexual (para lo que tiene un pene regulable, o sea lo haces crecer a tu tamaño preferido), está preparado para que el mero hecho de su compañía te guste intensamente: entre sus talentos extra está el recitar poemas y contar chistes. ¡Imaginación y sentido del humor al poder! Henry viene equipado con unos preciosos ojos verdes y unos abdominales pa' cortar el pan en esa tabla.
Lo más llamativo de Henry es que no solo sirve para mantener relaciones sexuales, también puedes pasar el rato con él. Un buen rato, además. La persona que pueda comprarse un Henry, porque cuesta la friolera de 12.000 euros (aunque si lo quieres más básico también lo tienes por 9.000), así que no está al alcance de cualquier bolsillo, podrá controlar su personalidad desde una app, para que sea más simpática y te cuente algún chiste o se ponga intenso y te recite un poema. La demanda de que Henry te recite un poema mientras «hace el amor» solo se les ha ocurrido a los ingleses que es el pueblo más aburrido del mundo. ¿Te imaginas oír a Shakespeare mientras estás en lo mejor? Henry no solo declama. Si estás un poco de bajón puede contarte un selección de chistes y si estás romántica o romántico puede recitarte una selección de frases cursis al oído.
Para mi versión en América Latina, he introducido ciertos cambios. Henry no es ya sajón sino que lo hemos diseñado como cubano. El chip que le he integrado es de puras morbosidades y que te repita, cada minuto, ¡gózala, gózala!. Los habitantes de ese país, después de 50 años de revolución socialista, se han especializado únicamente en el sexo. No exportan ni importan nada, pero han logrado calibrar sus músculos para solo hacer el amor. Y si uno tiene más de 60 años, todavía mejor. En esta isla han logrado que los automóviles viejos y las carrozas de los años 50 vuelvan a las calles. De ahí que Pedro el cubano sea nuestra versión latinoamericana.
El macho latino de carne y hueso está acabado.