«La ciencia verdadera jamás ejerce su práctica y experiencia a través de conceptos imprecisos y distorsionados, como tampoco galardona mentiras o errores para imponer dogmas autoritarios para beneficiar intereses particulares»

(José Tejada Maury)

En este artículo, que hemos dividido en dos partes para facilitar su lectura, intentamos desentrañar la verdadera oncogénesis del cáncer.

La osmolaridad y la presión osmótica de las células

La ósmosis es la difusión final del agua desde una zona de gran concentración de agua a otra con menor concentración de la misma. A la velocidad de difusión se le llama velocidad de ósmosis. El crecimiento del tumor maligno está relacionado con la velocidad de ósmosis: al tener líquidos con pH de 6,0, la célula se florea, es decir, se asemeja a rosetas de maíz. No hay mutación de células, simplemente lo que ocurre es una deformación. Si el potencial de hidrógeno (pH) del medio interno baja de 6,0, es decir pH de 5,9, de 5,0 o pH 4,0, adquiere la figura de masa y debido a la acidez la membrana que contiene al tumor se rompe, esto es lo que se conoce como metástasis.

La mutación se da en procesos de multiplicación celular y a través de mitosis la célula utiliza las proteínas para elaborar las fases de multiplicación, y precisamente en los tumores se rompe el proceso enzimático de las células. Al deformarse las células se frena el mecanismo de difusión. Por consiguiente, no existe multiplicación celular, menos un crecimiento incontrolado. Ha sido un error haber afirmado esto de la mutación en tumores denominados malignos, es una literatura carente de contenido científico.

La membrana de las células es impermeable a la mayoría de los solutos, pero es muy permeable al agua, siempre que haya una concentración de solutos más alta de un lado de la membrana celular. El agua se difunde a través de la membrana celular pasando hacia la zona con mayor concentración de solutos. De igual manera si se extrae un soluto del líquido extracelular y se eleva la concentración de agua, ésta se desplazará desde el líquido extracelular atravesando las membranas celulares para ingresar a la célula.

Si la célula se somete a una solución con una concentración de solutos no difusibles iguales a la de la célula, esta permanecerá igual y se dice que la solución es isotónica, pero si por el contrario se sumerge en un medio que contenga menores concentraciones de soluto no difusible en el agua, penetrará a la célula para equilibrar las concentraciones y esto provocará que la célula se hinche: a estas soluciones se les denomina hipotónicas. Aquí empieza la formación de tumores y se reitera que si la solución tiene potencial de hidrógeno (pH) de 6, 0 se considera maligno. Si está por debajo de 5.9, es decir, 5,0 ó 4,0, se consideran metastásico (medio interno).

¿Cómo reducir la inflamación celular?

Si se coloca a la célula una solución con mayor soluto no difusible, el agua que contiene la célula se transportará al medio para igualar las concentraciones provocando una disminución en el volumen de las células. Estas soluciones que provocan la retracción o encogimiento de las células se denominan soluciones hipertónicas (es la base de la terapia antitumoral); a dichas soluciones deben adicionársele vasodilatadores a fin de hacerlas más eficaces.

La importancia de las soluciones tónicas radican en la reacción de las células hacia las mismas, si la osmolaridad de la solución no es igual a la que está dentro de las células, es decir, no es una solución isotónica, la homeostasis del cuerpo se ve alterada.

También aparece edema intracelular en los tejidos infamados ya que esto suele tener un efecto directo en las membranas celulares aumentando su permeabilidad, dejando que el sodio y otros iones se difundan hacia el interior de las células y con la ósmosis consecutiva hay entrada de agua.

Edema extracelular: se produce cuando hay retención excesiva del líquido extracelular en los espacios extracelulares. En general tiene dos causas: (1) escape anormal del líquido del plasma a los espacios intersticiales a través de los capilares; (2) falta de drenaje linfático de los líquidos desde el intersticio hacia la sangre.

Debemos recordar que se hace referencia a un medio interno (terreno) con potencial de hidrógeno (pH) máximo de 6,0. No siempre un medio interno con potencial de hidrógeno (pH) máximo de 6,0 nos va a conducir a la formación de tumores; dependiendo de las condiciones del organismo, se presentarán otros síntomas como afecciones en el Sistema Nervioso Central (SNC), ya que el encéfalo contiene 85% de agua.

Todos los procesos fisiológicos que tienen lugar en nuestro organismo, incluyendo la contractibilidad muscular, las reacciones metabólicas, la conformación de las proteínas, el funcionamiento del Sistema Nervioso Central (SNC) y la temperatura corporal están profundamente influidos por el potencial de hidrógeno (pH) de nuestro medio interno (terreno), por eso encontramos trastornos como

  • enfermedades neurodegenerativas: párkinson, alzhéimer, esclerosis múltiples, parálisis musculares,

  • enfermedades degenerativas: artritis, artrosis, osteoporosis, lupus.

Se abre el interrogante: ¿será que además del tumor maligno (cáncer por tener forma de cangrejo) la oncogénesis o la oncología la centraron en un solo síntoma, ignorando que las condiciones fisico-químicas del medio interno (líquidos extracelulares) son causantes de otros síntomas diferentes a tumores malignos?

El mito del azúcar y el cáncer

En las redes figuran médicos y especialistas explicando una supuesta relación entre el azúcar y el cáncer. Debemos y tenemos que ser claros cuando no sólo interpretamos un fenómeno, sino la forma cómo debemos describirlo y en eso radica el modelo científico descriptivo. Hay que especificar que la glucosa es el combustible de la célula y que debemos diferencia entre lo que es el azúcar y la glucosa.

  • Se denomina azúcar a la sacarosa, cuya fórmula química es C12H22O11, también llamado azúcar común o azúcar de mesa. La sacarosa es un disacárido formado por una molécula de glucosa y una de fructosa, que se obtiene principalmente de la caña de azúcar o de la remolacha. Los tipos de azúcar más usados: azúcar granulado (hecho de remolacha), como blanquilla o blanca, y azúcar moreno en polvo (hecho preferentemente de azúcar de caña).

  • La glucosa, cuya fórmula molecular es C6H12O6, es la principal fuente de energía necesaria para asegurar el buen funcionamiento de las células del organismo. Estas necesitan energía para estar en activo, mantener las funciones vitales (el latido cardíaco, los movimientos digestivos, la respiración...), la temperatura corporal y los movimientos musculares. De alguna manera, se podría decir que la glucosa es para el cuerpo humano como la gasolina para un coche, ya que aporta la energía suficiente para desarrollar con normalidad la actividad diaria.

Muy posiblemente el consumo de glucosa (y no de azúcar) por parte de las células involucradas en tumores malignos y su «exagerado consumo» haya tenido una mala interpretación debido a que se equiparó con el mecanismo de alimentación de las bacterias anaeróbicas que lo hacen por fermentación de la glucosa y ello ha conducido a no haber podido describir correctamente el problema y por ende desconocer la causa de la oncogénesis.

Arriba se hizo referencia a las dos causas que originan la inflamación celular. Lo que en realidad se puede estar presentando allí, es que la célula al no recibir nutrientes no va a regular los procesos metabólicos debido a que no hay presencia de las enzimas catalizadoras las cuales controlan la temperatura de las reacciones químicas a pesar que sólo recibe el combustible para la energía (glucosa) y ello se debe a las condiciones fisico-químicas del medio interno (líquido extracelular) y no a ningún otro tipo de causa. Las vitaminas y minerales actúan como enzimas catalizadoras del proceso energético de la célula, por consiguiente al no mediar éstos catalizadores la temperatura aumenta y esto origina la inflamación (tumor).Por consiguiente el origen de los denominados tumores malignos estriba es en las malas condiciones fisico-químicas del medio interno, es decir, el líquido que rodea a la célula.

Si bien con la tecnología actual (Pet Scan) se nos ha brindado una maravillosa oportunidad no sólo de analizar o mirar en los contrastes, lo que no ha sabido interpretar la ciencia contemporánea es el modelo descriptivo real el cual podemos adoptar como el único modelo estándar de qué es lo que realmente sucede en el interior de los tumores, es decir, cuál es su verdadera causa u origen confirmando las dos causas: la falta de nutrición celular y la no regulación de los procesos metabólicos.

Por consiguiente la célula recibe la glucosa y si la quema quiere decir que hay oxígeno y esto muy acertadamente nos muestra que efectivamente el problema está en la falta de catalizadores de las reacciones químicas y la falta en los nutrientes que no le llegan a la célula, además podemos concluir que no existe mutación celular en los tumores malignos, se reitera que la mitosis implica procesos metabólicos equilibrados con presencia de nutrientes.

Señales de alerta

El verdadero origen del cáncer hay que buscarlo en el Sistema Base Reguladora o Sistema Tampón, ya que el tumor maligno es un síntoma más de la diversidad que pueden originarse del cáncer como trastorno metabólico (proceso de transformación de alimentos en energía).Por lo general el organismo lanza señales hasta con 18 meses de anticipación tales como cambios en el color de la orina ( por ejemplo: algunas veces como agua de cal), cambios en el olor de la orina (mal olor), expulsión de proteínas(proteinuria), orinas con abundante espuma, etc. Temperaturas corporales por debajo de 36,5 grados centígrados (hipotermia leve: 36, 35, 34 grados centígrados). Debemos estar alerta a todas estas señales a fin de establecer los correctivos a tiempo y evitar estado de salud grave e irreversible y suministrar el tratamiento correcto.

Para tener en cuenta

Después de haberse hecho un análisis correspondiente a las circunstancias y pormenores de los tumores malignos como uno de los tantos síntomas de cáncer(acidez en líquidos extracelulares) se infiere que la sangre debe ser alcalina para que pueda movilizar el oxígeno hacia la célula y que el mecanismo de defensa del organismo el único recurso que tiene ante esta emergencia fisiológica y funcional para mantener la alcalinidad y poder llevar glucosa y oxígeno a la célula es tomar los cationes de calcio del sistema óseo, de allí que el sistema óseo también reciba sus afectaciones por causa de ello, de allí que existan diversidad de síntomas derivados de la acidez en los líquidos extracelulares(enfermedades degenerativas y neurodegenerativas). Se insiste que si la glucolisis en los tumores malignos se realizara sin presencia de oxígeno, el principal indicio sería una necropsia tumoral, sería totalmente incoherente pues un tejido necrosado se muere y por lo tanto no habría formación de tumores. Sin embargo, no sucede así por las razones expuestas a todo lo largo de este artículo y según los estudios efectuados por diversas academias e institutos de lucha contra el cáncer que infortunadamente no han tenido en cuenta y no han sabido interpretar y menos describir el problema.

Con este aporte seguimos en la lucha por esclarecer dudas, despejar inquietudes, describir el problema, pero sobre todo hacer un llamado a los institutos y academias de investigación científica para que se les dé el verdadero tratamiento a los pacientes afectados por estos trastornos metabólicos crónicos con contenido general y universal y no galardonando hechos aislados con premios Nobeles que en nada se constituyen en soluciones para el sufrimiento humano.

Vocabulario

Cáncer
Se presenta cuando los líquidos extracelulares (plasma sanguíneo y líquidos intersticiales tienen potencial de Hidrógeno (pH) por debajo de 7,0. Muy posiblemente para los casos de leucemia los indicadores no van a estar por debajo de 7,43, sino un poco por encima, lo cual nos dará a presumir que según la definición de cáncer dada en este artículo, habría que considerar a la leucemia como un trastorno metabólico diferente al cáncer.

Glucosa radiactiva
Una forma radiactiva de la glucosa (azúcar) que con frecuencia se usa durante una exploración por tomografía por emisión de positrones (TEP), un tipo de prueba con imágenes. Durante una TEP, se inyecta una cantidad pequeña de glucosa radiactiva en una vena y un escáner toma imágenes de los lugares donde el cuerpo usa la glucosa. Las células cancerosas se ven más brillantes en las imágenes porque son más activas y absorben más glucosa que las células normales. Cuando se usa en una TEP, la glucosa radiactiva ayuda a localizar las células cancerosas en el cuerpo.

La tomografía por emisión de positrones (PET) es una técnica de medicina nuclear que permite obtener imágenes de la distribución in vivo de diferentes moléculas. Es lo que se ha denominado la «imagen molecular», complemento de la información anatómica que proporcionan la tomografía axial computarizada (TAC) o la resonancia magnética (RM). Esto se consigue mediante la administración intravenosa de un radiofármaco, que es la unión de un isótopo radioactivo con una molécula determinada, tras lo cual se realiza la adquisición de las imágenes en una cámara PET.

En la práctica clínica diaria, la molécula que se utiliza es la fluorodesoxiglucosa (FDG) que va unida al 18F, isótopo radioactivo emisor de positrones de período de semidesintegración muy corto (110 minutos). La FDG es un análogo de la glucosa y es captada tanto por las células normales como por las cancerígenas, pero no sigue el ciclo bioquímico normal de la glucosa, por lo que queda atrapado en su interior. De forma fisiológica, algunos tejidos como el cerebro, el miocardio o el hígado tienen una alta demanda de glucosa, lo que se va a traducir en una alta retención de FDG. En el caso de las células malignas, su alta tasa metabólica implica igualmente una gran avidez por la FDG, cuyo paso al interior celular está además muy potenciado, lo que permite a priori diferenciar los tejidos malignos de los benignos.

Sistema Tampón o Buffer
Los organismos vivos soportan muy mal las variaciones del pH, aunque tan solo se trate de unas décimas de unidad, y por ello han desarrollado en la historia de la evolución sistemas tampón o buffer que mantienen el pH constante, mediante mecanismos homeostáticos. Las variaciones de pH, afectan a la estabilidad de las proteínas y, en concreto, en la actividad catalítica de los enzimas, pues en función del pH, pueden generar cargas eléctricas que modifiquen su actividad biológica. El plasma sanguíneo y el líquido intersticial deben tener un pH entre 7,35 y 7,45, mínimo de 7.0 aun cuando lo ideal es que no esté un tanto en el punto neutro (7,0), sino que sea ligeramente alcalino (7,35 y 7,45).Por eso comprendemos que cuando baja de 7,0 se afecta el metabolismo celular, por consiguiente deducimos que estamos ante procesos y estados metabólicos y que para nada intervienen procesos genéticos en la formación de tumores malignos o en el origen de otros síntomas diferentes a los tumores malignos. Se recuerda que el plasma sanguíneo y el líquido intersticial forman parte de los líquidos extracelulares.

Tumor maligno
Inflamación celular debido a que la célula no recibe nutrientes o los tejidos no regulan las velocidades de reacción dentro de los procesos metabólicos debido a la falta de catalizadores(enzimas) . (véase en este mismo artículo señales de alerta).

Bibliografía:

José de Jesús Tejada Maury. La enfermedad, un gran negocio; la salud, una costosa mercancía. Editora Prometeo SAS. Barranquilla, Colombia, 2014.