Todos hemos tenido en más de una ocasión dolor de cuello. Los motivos son variados pero el estilo de vida que llevamos es un factor muy importante.
Piensa en las horas que pasas en el coche, en la oficina, frente al ordenador o mirando el móvil. Y ahora pregúntate si eso es bueno o no para tus cervicales.
Y ahí no acaba la cosa. Piensa en las horas que pasas durmiendo y hazte una sencilla pregunta: ¿mi cuello está cómodo y descansa?
La respuesta puede sorprenderte porque es más que probable que en alguna ocasión –o en muchas- te hayas levantado con dolor de cuello o de cabeza.
Hemos hablado de este tema con el Dr. Manuel González Murillo, especialista en cirugía de la columna vertebral.
La cervicalgia es una patología frecuente, ¿cuáles son sus síntomas?
La cervicalgia (dolor cervical) es un síntoma frecuente que se produce en diferentes patologías que afectan a diferentes estructuras anatómicas de la columna cervical: músculos, ligamentos, discos intervertebrales y articulaciones facetarias o interapofisarias.
La causa más frecuente de dolor axial cervical es la discopatía degenerativa que motiva contracturas musculares. Los discos intervertebrales son las «almohadillas» que se encuentran entre los cuerpos vertebrales. El desgaste de estos discos se suele producir a partir de los 30 años y puede producir dolor axial, habitualmente cervical y dorsal. El dolor alrededor de las vértebras (paravertebral) y de las escápulas (periescapular) generalmente se debe a contracturas musculares (por insuficiencia de la musculatura local) o patología ligamentosa (por posturas inadecuadas o traumatismos previos). Asimismo, los cambios degenerativos discales y de las articulares interapofisarias pueden ser igualmente origen de la sintomatología.
En la mayoría de los casos, los episodios son autolimitados y presentan una evolución satisfactoria. Únicamente se cronifican alrededor de un 10% de los casos.
¿El paciente sufre dolor sólo en el cuello o también se puede sentir dolor en cuello, brazos, hombros…?
El dolor en la región cervical (cervicalgia) se manifiesta por dolor paravertebral o periescapular que generalmente se debe a contracturas musculares (por insuficiencia de la musculatura local) o patología ligamentosa (por posturas inadecuadas o traumatismos previos). Los cambios degenerativos discales y de las articulaciones interapofisarias pueden ser igualmente origen de la sintomatología.
En ocasiones, se produce compresión o irritación de las raíces nerviosas (radiculopatía) que origina: dolor, hormigueos o pérdida de fuerza en extremidades superiores (hombros, brazos y manos). Habitualmente estas alteraciones están producidas por hernias discales, osteofitos, hipertrofia de ligamento amarillo o de las articulaciones interapofisarias.
¿Cuáles son las causas del dolor cervical?
Las causas principales son:
- La patología degenerativa cervical (espondilosis cervical / artrosis).
- Las contracturas musculares por insuficiencia y falta de tonificación de la musculatura local.
- Lesiones ligamentosas.
- Lesiones de tipo mixto (por posturas inadecuadas o traumatismos).
¿Existe un perfil de paciente?
El dolor cervical es una patología muy frecuente. Presenta una prevalencia puntual entre el 10-15 %, apareciendo en algún momento de la vida hasta en el 70% de la población; ocasionando entre el 11 y el 14% de bajas laborales.
El dolor crónico es más frecuente en mujeres, entre 55-64 años. Se relaciona tanto con trabajos sedentarios como con trabajos con alta exigencia o en los que haya que realizar posturas mantenidas, forzadas o repetitivas. Se ha reportado que la presencia de alteraciones del estado de ánimo (trastornos ansioso-depresivos) son factores que aumentan la probabilidad de recurrencia de dolor cervical.
¿Qué papel juegan las posturas que adoptamos a lo largo del día en el dolor? ¿Qué es el decaimiento postural?
Las malas posturas, posturas forzadas o repetitivas pueden conllevar contracturas y dolores cervicales por falta de tonificación muscular. Tareas habituales como hablar por teléfono, trabajar con el ordenador, leer libros… pueden conllevar dolores cervicales por malos hábitos.
Por ejemplo, no se recomienda hablar con el teléfono sujeto entre cabeza y hombro. Por otro lado, recomendamos trabajar con la pantalla del ordenador a la altura de los ojos. Y, en el caso de la lectura, recomendamos no realizar flexión del cuello mientras leamos. En el caso particular de leer en la cama antes de dormir, lo ideal es mantener una postura semiincorporada, con un cojín debajo de las rodillas flexionadas y otro detrás de la espalda.
El decaimiento postural podemos definirlo como una serie de cambios de nuestra postura en el plano sagital (visión lateral). Existe una musculatura de la espalda deficiente y no tonificada. Los hombros se desplazan hacia delante y en rotación interna y se produce una cifosis dorsal. Asimismo, se produce una proyección de la cabeza hacia delante con afectación de la columna cervical.
Uno de los factores de riesgo más importantes para el dolor en ésta zona es la postura que adoptamos en la cama para dormir. ¿Hay posturas más favorables que otras a la hora de dormir?
Una almohada adecuada es esencial para mantener una alineación neutral durante el descanso nocturno.
Sin embargo, la elección de una almohada con altura y firmeza adecuadas, se decide según las preferencias personales, las posiciones durante el sueño y el tamaño de la persona. Una almohada demasiado alta o firme no permite que el cuello se relaje completamente. Y, por otro lado, dormir sin almohada también podría ocasionar dolor y contractura en estructuras cervicales. Asimismo, si duerme en pareja, lo recomendable es que cada uno tenga una almohada individual adaptada a sus necesidades.
La posición durante el descanso es un factor esencial a la hora de elegir el mejor tipo de almohada. En aquellos pacientes con dolor cervical se recomienda dormir boca arriba o de lado.
¿La almohada tiene un efecto directo sobre la fatiga muscular y el dolor cervical?
El dolor cervical y la fatiga muscular se relacionan en muchas ocasiones con la falta de descanso nocturno. El descanso es esencial del mismo modo que la adecuada tonificación muscular con ejercicios.
Aconsejamos ejercitar la columna cervical y descansar al menos 8 horas al día.
¿Qué almohada deberíamos usar para cada postura al dormir?
Dormir boca arriba. En esta posición recomendamos una almohada baja. Podemos aumentar el soporte cervical con una pequeña toalla enrollada debajo del cuello. Algunas almohadas incluyen en su diseño este soporte adicional y un área más profunda para la cabeza. Para otras personas la colocación de la almohada bajo los hombros puede resultar cómoda, de esta forma la posición del cuello se mantiene en ligera extensión, originando alivio cuando existe dolor y contractura muscular. Otro consejo, es la colocación de una almohada bajo las rodillas para mejorar la tensión en la región lumbosacra en esta posición.
Dormir de lado. En esta posición se recomienda una almohada más alta. De esta forma el cuello y la cabeza se encuentran alineados con los hombros. Para aquellas personas que cambien de posición durante el sueño existen almohadas con diseños ajustados: en la posición central hay un área central más baja para dormir boca arriba y áreas más altas en los extremos para dormir de costado.
Dormir boca abajo. Se trata de una posición no recomendable durante el descanso. Si no es posible cambiar esta posición se recomienda de escaso grosor y con poca consistencia (de 8 a 10 cm). Es necesario que se levante la cabeza del colchón lo suficiente para alinear el cuello y la columna vertebral.
Dormir sentado. Las almohadas en forma de «C» o herradura pueden ser útiles para evitar la tensión del cuello (en los viajes en avión o automóvil o mientras si realiza pequeña siesta sentado en un sillón). Estas almohadas sostienen el cuello para que la cabeza no caiga hacia un lado. También se pueden utilizar en camas articuladas cuando se descanse con inclinación del tronco.
¿Una almohada que esté adaptada a la complexión de cada individuo sería la más adecuada?
La elección de una almohada con altura y firmeza adecuadas, se decide según las preferencias personales, las posiciones durante el sueño y el tamaño de la persona.
Como conclusión, no existe evidencia médica clara que respalde un tipo de almohada sobre otra, el confort personal y el control del dolor son la mejor guía. Si la almohada es incómoda o produce dolor o rigidez, es hora de probar una almohada diferente.
A su juicio, ¿cuál es el mejor colchón para respetar las curvas normales de la columna y del cuello?
Debemos lograr un equilibrio entre el soporte y la comodidad. Dormir en un colchón demasiado firme puede causar dolores y dolores en los puntos de presión. Un colchón con firmeza media, permite que los hombros y las caderas se hundan ligeramente, y con ello, puede resultar de mayor comodidad. Los pacientes que desean un colchón más firme pueden obtener uno con un acolchado más grueso para mayor comodidad.
No existe un solo estilo, tipo o marca colchón que funcione para todas las personas con dolor de espalda. La elección es personal en función de preferencias. Cualquier colchón que ayude a alguien a dormir sin dolor ni rigidez es el mejor colchón para esa persona.
Por lo tanto, el colchón ideal debe ser firme y adaptable. Asimismo debemos tener en cuenta datos como la estatura y el peso. Se recomienda una longitud entre 15-20 cm más de tu estatura.
En casos de superar los 100 kilos de peso, se recomiendan colchones con mayor firmeza (se puede ajustar la comodidad buscando un acolchado más grueso).
¿Existe alguna dolencia o patología del cuello o la espalda vinculada a nuevos hábitos de vida, como el uso de dispositivos móviles?
Actualmente, a aquellas enfermedades o patologías que tienen su origen en el uso de la tecnología se les denomina tecnopatías, tecnoenfermedades, enfermedades 3.0, enfermedades tecnológicas, etcétera.
Existen numerosas afecciones tanto físicas como psicológicas relacionadas con el uso de la tecnología. Algunas de ellas son:
Dolores cervicales. Irradiados a espalda y hombros. Con el uso inadecuado de ordenadores y móviles. Las posiciones anómalas (hombros hacia delante o flexión excesiva del cuello) que adoptamos o una ergonomía postural en el trabajo inadecuada (por ejemplo pantallas que no se encuentran a la altura de los ojos) propician la aparición de contracturas y dolores cervicodorsales.
Insomnio tecnológico. Trastorno del sueño (en términos de duración y calidad) asociado al uso nocturno de aplicaciones móviles. La luz emitida por los móviles altera la secreción de melatonina, que es la hormona reguladora del sueño y la vigilia. Se recomienda una “desconexión tecnológica” entre una y dos horas antes de dormir, así como evitar el uso de móviles en los períodos de descanso.
Tendinitis y patología articular asociado a los movimientos repetitivos. Uso repetitivo de algunas consolas (wiitis) o el tecleado repetitivo de la aplicación de mensajería móvil (whatsappitis).
Alteraciones auditivas y visuales.
Patologías psicológicas. Falta de memoria, nomofobia (miedo a quedarse sin móvil), ludopatías virtuales…
En los últimos años, ¿han cambiado los tratamientos para la cervicalgia?
En los últimos años, se ha restringido el uso de inmovilizaciones con collarín. Se reserva su uso para momentos puntuales limitado su uso en el tiempo. Se ha evidenciado que no mejora la evolución de los pacientes con cervicalgia, sino que empeora su situación (reduce la tonificación muscular y aumento el miedo al movimiento).
Actualmente, las técnicas de fisioterapia con movilización activa (ejercicios para fortalecimiento) por parte del paciente son los procedimientos con mayor eficacia para el retorno a su vida habitual.
¿Es normal levantarse con dolor de espala de la cama? ¿Por qué ocurre?
En primer lugar, no es normal levantarse con dolor de espalda de la cama. Por lo tanto, debemos decir que no es normal aunque sí es habitual. Si esto sucede debemos investigar la causa que lo motiva con un interrogatorio y una exploración física adecuados.
Cuando esta situación ocurre, la mejoría progresiva se debe al aumento de la vascularización de las estructuras paravertebrales que se produce con el movimiento.
¿Qué es la higiene postural?
La higiene postural es un conjunto de normas, consejos y actitudes posturales, encaminadas a mantener una alineación de todo el cuerpo con el fin de evitar posibles lesiones. Su principal objetivo es aprender una serie de normas y hábitos para reducir la carga que soporta y ayudar a proteger la espalda a la hora de realizar actividades de la vida cotidiana.
En resumen, evitar coger pesos excesivos, la realización de movimientos repetidos de flexo-extensión y el mantenimiento de posturas estáticas prolongadas.
¿Qué consejos nos daría para cuidar nuestra espalda?
- Colocar la pantalla del ordenador a la altura de los ojos.
- A la hora de leer algún libro no flexione el cuello, podemos ayudarnos por ejemplo de un atril sobre la mesa.
- En el caso particular de leer en la cama antes de dormir, es buena idea mantener una postura semiincorporada, con un cojín debajo de las rodillas flexionadas y otro detrás de la espalda.
- No realizar llamadas telefónicas sosteniendo el teléfono entre la cabeza y el hombro.
- No flexionar la columna para levantar pesos. En su lugar, agacharnos doblando las rodillas, con la espalda erguida.
- Realizar habitualmente ejercicios de fortalecimiento y estiramiento.
Sobre el doctor Manuel González Murillo
Responsable de la Unidad de Cirugía de Columna del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid), miembro de la Unidad de Cirugía de Columna del Equipo Traumadrid en HM Puerta del Sur de Móstoles (Madrid) y Profesor Asociado del Grado de Medicina de la Universidad Francisco de Vitoria.