Seguimos en nuestro mágico viaje descubriendo la naturaleza salvaje de los fiordos noruegos.

¿Cómo va el sueño? Las horas de dormir escasean y hacen mella en el cuerpo. Sin embargo, a la que sales del alojamiento, ves el paisaje y sus alrededores y fantasías con lo que te depara la jornada, todos los males pasan.

La carretera del Atlántico

Toca coger coche y es que es obligatorio lanzarnos a la carretera para poder disfrutar de una de los rincones más curiosos e impresionantes de noruega. En el trayecto de Alesund a Trondheim hay una parada obligatoria. Quizá nos deberemos desviar de nuestra ruta inicial, pero estos quilómetros de más valen la pena; es la famosa carretera del Atlántico o Atlanterhavsveien, en noruego.

Sólo tiene ocho quilómetros de largo y parte de la costa continental, pasando de isla a isla, hasta llegar a Averøy. En su recorrido cruzará poco más de ocho puentes que se alzan sobre el océano: el más impresionante es el puente de Storseisundet, el más largo de todos (260 metros), que realiza una curva espectacular y tienen 23 metros de altura –para permitir el tráfico marítimo.

Su construcción empezó en 1983 y estuvo marcada por la lucha contra la climatología. Durante los seis años que duraron las obras se registraron hasta 12 tormentas con categoría de huracán. De hecho, los noruegos la eligieron como construcción noruega del siglo en 2005.

Si la carretera del Atlántico ya es un espectáculo, el camino hasta ella también es lo es: deberá cruzar el Atlanterhavstunnelen, el túnel del atlántico. Seis kilómetros (exactamente 5.727 metros) por uno de los túneles más profundos del planeta, ya que llega a discurrir a 250 metros por debajo del nivel del mar. A pesar que la carretera es gratuita, el túnel es de peaje.

Trondheim

Ubicada en el centro del país, fue fundada a finales del siglo X como un núcleo comercial. Durante la Edad Media fue brevemente capital de Noruega y sede arzobispal del país. Su crecimiento posterior se apoyó básicamente en el comercio, pero la ciudad padeció repetidas crisis a causa de incendios devastadores.

Actualmente, es la tercera ciudad más poblada de noruega, por detrás de Oslo y Bergen. Además, se caracteriza por su fuerte huella estudiantil que llevan numeroso eventos a la ciudad.

La ciudad se divide en dos partes: la central, situada en una península, y la parte occidental, rodeada de una amplia zona verde llamada Bymarca.

  • La catedral gótica de Nidaros. Data del siglo XI y está construida sobre la tumba de San Olav. Las obras comenzaron en 1070, pero los restos más antiguos que aún existen datan de mediados del siglo XII. Al ser una catedral protestante, el altar mayor no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados a ver en los países de tradición católica. Su exterior lleno de gárgolas es imponente. Una visita que debe hacerse sin prisas para admirar todo su esplendor.

  • La estatua de Olav Tryggvason. Ubicada en el cruce de las calles Munkegata y Kongens gate. Un punto céntrico con el que sin querer se encontrará de cara y en que podrá ver el fundador de la ciudad.

  • El punto viejo o Gamle Bybro y los muelles a orillas del río Nidelva. Construido en 1681, conecta el centro de la ciudad con el barrio de Bakklandet, cruzando el río Nidelva. Una zona donde podrá ver una de las imágenes más características de la ciudad: las fachadas de madera pintadas de mil y un colores que datan del siglo XVIII.

  • El barrio de Bakklandet. Uno de los barrios más pintorescos de Trondheim, que encontramos al cruzar el puente viejo. Las casas de madera de este barrio se han preservado y se pueden ver en todo su esplendor para descubrir la esencia de su cultura y arquitectura. En él también podemos encontrar –a algunos les dejará con la boca abierta- el Trampe, un ascensor de bicicletas, que impulsa a la bicicleta y el ciclista hasta la Fortaleza de Kristiansten. Si se elige visitar la ciudad en bici, hay que probarlo; fácil no es, pero las risas están aseguradas.

  • Gråkallbanen. Es el tranvía más septentrional del mundo que lleva al viajero hasta la zona de Bymarka. Una zona verde a 250 metros a nivel de mar donde también los habitantes de la ciudad se escapan para desconectar, correr, pasear, hacer picnic o rutas de senderismo. Además, se puede disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad.

El recorrido de 8,8 quilómetros vale la pena para los amantes –y no amantes- de los trenes.

Islas Lofoten (Leknes)

Cruzamos el círculo polar ártico y encontramos las islas Lofoten, un archipiélago y distrito de Noruega, de la provincia de Nordland. Su morfología guarda relación con la erosión de los glaciares que han formado las montañas y las llanuras. Las montañas y picos, isletas al abrigo del las aguas abiertas del océano, playas de arena blanca y grandes áreas vírgenes serán el paisaje que tendrá delante a lo largo de su recorrido.

Las islas principales, de norte a sur, son: punta sur de Hinnøya, Austvågøy, Gimsøya, Vestvågøy, Flakstadøya, Moskenesøya, Værøy, Røst. Además, en ellas encontrará la localidad con el nombre más corto del planeta: Å (pronunciado como la vocal en español).

La mejor opción para la zona, de nuevo, es lanzarse a la carretera. El alquiler de coche es la opción más práctica: marca el propio ritmo, parar donde se quiera y demorar el tiempo que seedsee; el reloj se parará. La E10, carretera principal de Lofoten, le llevara de norte a sur, o de sur a norte, a todos los rincones que quiera. No tenga prisa, contemple y disfrute del paisaje.

La principal actividad de la zona, como no podría ser otra, es la pesca, principalmente el bacalao. En invierno los pescadores se concentran en las islas en buscar del bacalao que baja del ártico a desovar y dejan el pescado secándose al aire libre.

Tromsø

Tromsø es una ciudad cosmopolita y un centro cultural y comercial importante, con la celebración de festivales a lo largo de todo el año, que se encuentra por encima del círculo polar ártico. El municipio de Tromsø aglutina una gran cantidad de distritos fuera de los límites de la ciudad, y su territorio está integrado por una parte continental y numerosas islas, varias de ellas deshabitadas. Su universidad, la más importante al norte de Noruega, ha ayudado en su expansión a lo largo de su historia.

Sin embargo, uno de sus reclamos es que se considera el mirador de las coloridas luces de la aurora boreal que, si tienes suerte y paciencia, podrás contemplar y quedar con la boca abierta. Un fenómeno que principalmente se puede ver en cualquier época, excepto desde abril a mediados de agosto, cuando disfrutan del sol de medianoche.

  • Paseo por Storgata o Calle Mayor. Es una de las principales calles que ver en Tromsø. En ella se ubican diversos hoteles, museos, bares, restaurantes y distintos comercios. Un paseo sin el estrés de los coches; es peatonal.

  • Catedral de Tromsø. Se trata de un edificio protestante construido al estilo neogótico en 1861 y que tiene el honor de ser la única catedral de Noruega, junto con la católica que también está en Tromsø, construida en madera.

  • Biblioteca de Tromsø. Es la biblioteca situada más al norte del mundo, un edificio construido en 2005 bajo el techo original del antiguo cine Fokus, diseñado por el arquitecto Gunnar Bøgeberg Haugen en 1969.

  • Stortorget o plaza principal. En ella se puede encontrar el edificio del antiguo Ayuntamiento de 1892, el templete de música de 1894, la estatua del rey Haakon VII de Noruega, la Casa de la Cultura y la bonita Iglesia Católica construida el mismo año que la catedral luterana de la ciudad, también en madera y compartiendo el estilo neogótico.

  • El puerto de Tromsø. En él se halla la imagen más típica de Noruega, las casas coloridas, así como una espectacular vista del Monte Fløya con la Catedral Ártica al fondo y el puente de Tromsø a su izquierda.

  • El puente de Tromsø. Se trata de un puente voladizo que cruza el estrecho de Sandnessundet entre las islas de Tromsøya y Kvaløya. Fue inaugurado en 1960, antes la isla solo estaba conectada con el continente por un servicio de ferrys. La mejor opción es cruzar a pie el poco más de quilómetro que hay entre punta y punta. En el medio podrá tener panorámicas espectaculares de la ciudad, tanto de uno como del otro lado.

  • Catedral Ártica. Se trata de un edificio diseñado por Jan Inge Hovig y construido en 1965 principalmente en hormigón con 11 paneles cubiertos de aluminio a cada lado, dándole al edificio una forma piramidal. Los vitrales que recubren sus paredes le da una imagen espectacular cuando es de noche. La acústica tampoco tienen desperdicio, de hecho, en ella se celebran numerosos conciertos.

  • Teleférico Fjellheisen. Si el día acompaña, nada mejor que subir al Monte Fløya, a 420 metros por encima del mar. El teleférico, que parte de Solliveien, deja en Storsteien. Un sedero le conducirá hasta la cima del monte. Un pequeño ascenso que vale la pena y que desde arriba podrá contemplar todo el fiordo y la ciudad.

La cervecería Holhallen. Ubicada en la misma calle Storgata, es el pub más antiguo de Tromsø, abrió en 1928, y está situado en lo que fueran las bodegas de la cervecera Mack. No puede irse de ella sin probar su cerveza típica: la Ártic

Cabo Norte (Honningsvåg)

Honningsvåg es una pequeña ciudad situada a 70° 58' N en el municipio de Nordkapp, en la región de Finnmark, en el norte de Noruega. Debido a su latitud, es considerada como la ciudad más septentrional de Europa e incluso del mundo.

La localidad no tiene nada en particular; una ciudad pesquera con su encanto que podrá descubrir dando un paseo y perdiéndose por sus calles y rincones.

Es el punto de partida para ir a Cabo norte. Su acantilado, de 307 m de altura, es considerado con frecuencia el punto más septentrional de Europa. Sin embargo, el vecino cabo Knivskjellodden se halla unos 1.500 metros más al norte. Además, ambos puntos se encuentran en una isla, lo que significa que el punto más septentrional de la Europa continental es, en realidad, el cabo Nordkinn.

Según la Organización Hidrográfica Internacional, el cabo Norte es el límite entre el mar de Noruega, al oeste, y el mar Blanco, al este, siendo por tanto también uno de los límites usados para separar el océano Atlántico del océano Ártico.

Actualmente, Cabo Norte es una importante atracción turística que incluye un amplio centro turístico, que alberga un gran número de exposiciones sobre la historia del lugar.

Con esta última parada, hemos llegado al extremo más septentrional de Noruega, disfrutando de sus espectaculares paisajes, así como sus fiordos. Nada da más pena que tener que decir adiós a un viaje, pero en la mente y la retina queda todo, o quizá da paso a planear la siguiente escapada… ¿próximo destino?