«Si no expulsamos el dogma de la academia, jamás derrotaremos el oscurantismo»

(José Tejada Maury)

Según las infografías de la Organización Mundial de la Salud, actualmente en el mundo hay 422 millones de adultos con diabetes, lo cual corresponde a 1 de cada 11 personas.

¿En qué consiste la diabetes para el mundo académico y para la sociedad en general?

La diabetes es otro de los conceptos que hay que revaluar. El dogma de academia define la diabetes como una afección crónica irreversible cuando el organismo pierde su capacidad de producir suficiente insulina o de utilizarla con eficacia.

Se establece una escala de referencia de acuerdo a estudios entre 70 y 100 miligramos por decilitro; se considera normal, un nivel entre 100 y 125 miligramos por decilitro, dependiendo de la hora de haber tomado alimentos y la hora en que se hacen los análisis, y un nivel de 126 miligramos por decilitro para diagnosticar que se sufre la diabetes.

Según la clasificación protocolaria existen los siguientes tipos de diabetes:

  • Diabetes tipo 1: el cuerpo no produce suficiente insulina.

  • Diabetes tipo 2: el cuerpo produce insulina pero no la utiliza apropiadamente.

  • Diabetes gestacional: una condición temporal durante el embarazo.

Debemos ser cuidadosos en estas interpretaciones y considerar que si el páncreas suministra la hormona de insulina es con el fin de catalizar la glucólisis, es decir; la insulina no regula la cantidad de glucosa en el torrente sanguíneo sino que acelera su combustión.

¿Cómo se determina al paciente para clasificarlo de acuerdo al análisis clínico?

Cualquier profesional de la salud puede diagnosticar la diabetes, la prediabetes, y la diabetes gestacional por medio de los análisis de sangre. Los análisis de sangre muestran si el nivel de glucosa en la sangre, también llamada azúcar en la sangre, está demasiado alto.

¿A quién se le deben hacer las pruebas para detectar la diabetes?

Cualquier persona que tenga síntomas de diabetes debe ser examinada para detectar la enfermedad. Algunas personas no tendrán síntomas, pero pueden tener factores de riesgo para diabetes y deben ser examinadas. Las pruebas les permiten a los profesionales de la salud detectar la diabetes más temprano y trabajar con sus pacientes para manejar la enfermedad y prevenir sus complicaciones.

Las pruebas también les permiten a los profesionales de la salud detectar la prediabetes. Los cambios del estilo de vida encaminados a perder una cantidad moderada de peso, si se tiene sobrepeso, pueden ayudar a retardar o prevenir la diabetes tipo 2.

Diabetes tipo 1

Casi siempre se hacen las pruebas para detectar la diabetes tipo 1 a personas que tienen síntomas de la enfermedad. Los médicos suelen diagnosticar la diabetes tipo 1 en niños y adultos jóvenes, debido a que la diabetes tipo 1 puede ser hereditaria. Un estudio denominado Trial Net ofrece pruebas a miembros de la familia de personas que sufren la enfermedad, incluso si no tienen síntomas.

Diabetes tipo 2

Los expertos recomiendan hacer las pruebas de rutina para detectar la diabetes tipo 2 si se tiene más de 45 años de edad, o se tiene entre 19 y 44 años y sobrepeso u obesidad. Uno o más de los factores de riesgo de diabetes es una mujer que ha tenido diabetes gestacional.

Aunque la diabetes tipo 2 se presenta con mayor frecuencia en los adultos, también se puede presentar en los niños. Los expertos recomiendan hacer las pruebas de detección a los niños entre los 10 y 18 años de edad que tienen sobrepeso u obesidad y al menos dos de estos otros factores de riesgo de diabetes: bajo peso al nacer; su madre tuvo diabetes durante su embarazo; cualquier factor de riesgo mencionado en los factores de riesgo para diabetes tipo 2.

Diabetes gestacional

A todas las mujeres embarazadas que no tienen diagnóstico previo de diabetes se les debe hacer un examen de detección de la diabetes gestacional. Si usted está embarazada, deberá hacerse una prueba de tolerancia a la glucosa entre las 24 y las 28 semanas de embarazo.

¿Los análisis miden la glucosa en sangre o la cantidad de insulina en sangre?

Nos deja una inconsistencia la clasificación tipo 1 y tipo 2: según la primera, el cuerpo no produce suficiente insulina; para el otro caso, el cuerpo la produce pero no sabe utilizarla, es decir, aquí hay un vacío científico, debido a que no hay una precisión al respecto, semánticamente parece que redundara en lo mismo, es decir, un pleonasmo diabético, si es que se puede utilizar esa expresión para este caso protocolario.

¿En qué se fundamenta el mundo académico y científico para afirmar que el organismo no sabe utilizar la insulina? ¿Existirá un análisis de laboratorio bioclínico que haya medido la cantidad de insulina en la sangre para poder afirmar que para la diabetes tipo 1 el cuerpo no produce suficiente insulina? Y algo más serio: ¿cómo se confirma y se explica con elementos de juicio para justificar que el organismo no utiliza apropiadamente la insulina para el caso de diabetes tipo 2?

El asunto es complicado pues sólo se está midiendo cantidad de glucosa en sangre y no cantidad de insulina en sangre; por consiguiente, estas clasificaciones protocolarias de dichos tipos son inconsistentes debido a que hablamos de estudio de glicemia en sangre y no de una insulinometría.

Por consiguiente, todo lo que se haya dicho y hecho al respecto sobre la diabetes, tanto los procedimientos protocolarios para diagnosticar y clasificar los tipos de diabetes carecen de fundamento científico.

¿Cuál sería el camino para orientarnos en la verdadera causa del problema?

Tendríamos que preguntarnos por qué la cantidad de glucosa en la sangre supera los valores estándares y tendríamos que buscarlos no en el suministro de insulina por parte del páncreas, sino en el mecanismo que regula el tránsito de glucosa de la sangre hacia el lugar en donde están los receptores de la glucosa: ¿por qué está ralentizado su flujo? ¿Por qué se está atascando la glucosa en la sangre? ¿ A qué se debe su retraso, conociendo según la ruta metabólica que su destino es el hígado?

La glucosa es el combustible que utiliza el organismo, es decir, la gasolina del organismo para que las células realicen su trabajo: al igual que un vehículo, utiliza combustible para su funcionamiento. Siguiendo con la metáfora: pensemos en el carburador del vehículo, que es el dispositivo en el cual se efectúan las mezclas de aire y combustible para la combustión del motor. Si el carburador se satura de combustible, este se ahoga (es un término vulgar utilizado en mecánica de automóviles), el motor no arranca y entonces el mecánico procede a corregir la falla permitiendo que al carburador del vehículo no llegue combustible en exceso.

Ese mecanismo es similar al que ocurre en el cuerpo humano: si a la célula le llega mucho combustible se ahoga, no trabaja bien, esto se comprueba cuando el paciente adopta un cambio de estilos de vida y en sus alimentos. Por consiguiente el problema reside en buscar el origen de la diabetes no en el páncreas, sino en la ruta metabólica de la glucosa en la sangre y su tránsito entre el hígado y los riñones, es decir averiguar por qué se mantiene el porcentaje anormal de glucosa (combustible) en la sangre, por qué se está retrasando su circulación, qué mecanismo hace que su retorno sea lento hacia el hígado. Por consiguiente, debemos tener presente que el hígado es el que retira los excesos de glucosa en la sangre, esto según el ciclo de la glucosa y las funciones del hígado.

La homeostasis de la glucosa resulta de las interrelaciones de las vías del metabolismo. Es decir, para el caso diabetes hay que revisar los mecanismos de entrada y de salida de la glucosa y esto se efectúa en el hígado y no en el páncreas.

Se detecta que la insulina o los hipoglucemiantes orales procuran que se cumpla la glucolisis sólo a nivel celular acelerando su combustión, jamás lo hacen para regular la cantidad de glucosa en la sangre, pues los excesos de glucosa en la sangre los retira el hígado, que es en dónde están ubicados los receptores de la glucosa y así se mantiene la homeostasis dentro del ciclo de la glucosa ajustándola al reloj biológico del organismo.

La solución está en permitir que el retorno se haga normalmente no incluyendo retardantes en nuestra alimentación como estrategias de mercado, desde que se autorizó el uso y comercialización de edulcorantes artificiales en el año de 1980 se incrementó el porcentaje de diabéticos en más de un 300% en la década entre 1980 y 1990 , sobre todo se abrió un gran mercado a la «insulina sintética producida con biotecnología»: este paliativo se constituyó en un gran negocio para la industria farmacéutica ya que se formó una sinergia muy rentable. Hoy el porcentaje de diabéticos, según la OMS, ha aumentado en 400% a nivel global.

Cuando a un paciente a través de terapia alternativa se le administra un suplemento, o algún fito terapéutico, se nota la baja de la glucemia en el torrente sanguíneo, lo que indica que el asunto no está en la insulina, sino que estamos ante un problema a nivel hepático y eso es lo que tenemos que analizar para poder ubicar bien el problema: regular la salida de glucosa del torrente sanguíneo y no bloquear las vías metabólicas de acceso a nivel hepático para que su tránsito a través del torrente sanguíneo se ajuste a la homeostasis de la glucosa y retorne hacia el hígado sin ningún contratiempo u obstáculo.

El suministro de glucosa en la sangre del paciente diabético proviene de su ingesta de alimento debido a la ansiedad (polifagia), ya que la alta viscosidad del plasma sanguíneo no permite que los nutrientes lleguen a la célula en forma normal. La sed (polidipsia), se debe también a que las células están deshidratadas, por la misma causa de la viscosidad del plasma y la mucha orina (poliuria), debido a que el riñón tiene que excretar la glucosa que no absorbe el hígado, debido a su tránsito lento en el torrente sanguíneo.

¿Cómo podríamos solucionar el problema?

Para que el terapeuta pueda orientar su análisis en el procedimiento de sanación del paciente, primero que todo no hay que considerar al paciente como diabético, ya que lo han sugestionado con «yo soy diabético», frase que debe ser modificada por «persona con retorno lento de glucosa», esto para poder ubicar bien el origen del problema, para que entienda que su problema no es de páncreas, sino que su organismo presenta ralentización dentro de la circulación de la glucosa de la sangre hacia el hígado (lento retorno, que es lo que origina el aumento de viscosidad).

Si el problema fuera de Insulina, las dosis aplicadas resolverían el problema de la viscosidad al plasma sanguíneo y los síntomas de esto los sigue experimentando el paciente. Entonces, ¿qué es lo que le inyectan al paciente junto con la insulina? ¿Será que la miscibilidad de la insulina suministrada por el páncreas a la sangre es inversamente proporcional a la viscosidad y, a medida que aumenta la viscosidad, la insulina no logra llegar a las células para cumplir su función de catalizadora? ¿Por qué se inyecta la insulina en el tejido adiposo y no intramuscular o en la sangre si es cierto que la insulina baja la cantidad de glucosa en la sangre?

Es importante tener en cuenta que la mayoría de trastornos metabólicos, se producen por atascos en los conductos intrahepáticos, impidiendo la salida de fluidos para la digestión, o retrasando los excesos de glucosa de la sangre (las dietas light, el uso de medicamentos, alcohol, preservantes, edulcorantes, saborizantes). Por consiguiente, la desintoxicación y limpieza hepática y de vesícula debe ser orientada por el terapeuta capacitado para ello, con el fin de despejar los conductos intrahepáticos para permitir libre flujo y circulación de los fluidos que participan en los procesos del metabolismo.

El asunto se ha manejado con hipoglucemiantes orales y con suministro de la hormona insulina, para conseguir bajar los valores en el torrente sanguíneo como un gran logro científico sólo desde el punto de vista matemático (estadístico), jamás desde el punto de vista epistemológico (científico).

El camino inicial con el cual ha debido ventilarse el problema de la hiperglucemia es haberse centrado en la ruta metabólica de la glucosa, para poder encontrar la raíz del problema y no mantener la desinformación ligada al miedo que se experimenta por no haber tipificado una definición precisa con análisis y estudios desfasados de toda objetividad, amedrentando a sus víctimas con la diversidad de síntomas que experimentan quienes adolecen este trastorno derivado de la alta viscosidad en el flujo sanguíneo, ya sea a nivel circulatorio, a nivel vascular, sobre todo la microcirculación, cuando se presenta el glaucoma diabético, al no poder circular el humor acuoso por el canal de Schelemm, que es un pequeño canal circunferencial localizado en el ángulo iridocorneal de la cámara anterior del ojo, por el cual drena el humor acuoso hacia la circulación sanguínea, con lo cual podemos afirmar que la retinopatía diabética y el glaucoma diabético no son problemas genéticos. La disfunción eréctil es otro de los síntomas derivados de la alta viscosidad en la sangre, los accidentes cerebro vasculares también obedecen a la alta viscosidad sanguínea: falta de movilidad o resistencia a fluir y por consiguiente no se facilita llevar nutrientes y oxígeno al cerebro. O las gangrenas: al tener alta viscosidad la sangre (resistencia a fluir), el oxígeno no llegará a los tejidos y por ende se necrosarán: ahí está el origen de la terrible gangrena diabética.

Nos preguntamos: ¿cuáles serían los mecanismos para evitar todas estas complicaciones y llevar una vida sana, sin depender de los hipoglucemiantes orales o inyectados?

La respuesta: primero que todo hay que analizar si la administración de hipoglucemiantes suprimió la producción normal de insulina por parte del páncreas, pues, estas moléculas químicas pretenden reemplazar una función normal del órgano elaborador de la hormona, para suministrarla artificialmente, en el torrente sanguíneo, limitando la actividad neurotransmisora y sináptica entre el Sistema Nervioso Periférico y el Sistema Nervioso Central, bloqueando así la producción de insulina parte del páncreas (similar a como quitarle el suministro de agua de la tubería del acueducto y vendérselas en envases). Recordemos una vez más que el asunto está en mantener el porcentaje normal para evitar la alta viscosidad en la sangre (viscosidad normal para que la sangre no presente resistencia al fluir a través de venas, vasos, capilares) y cumpla su función de nutrir y oxigenar a las células del organismo.

Para el estudio se diseñó una técnica llamada el Reloj del Metabolismo de la Glucosa, para que cada paciente maneje este mecanismo para controlar su lento retorno de glucosa. Tal como se mencionó con anterioridad, la acumulación en sangre obedece a su lento retorno hacia el hígado que es el órgano encargado de retirar los excesos de glucosa en sangre. Reitero mi consideración de que la insulina sólo ayuda a la combustión de glucosa en la célula, esto se detecta cuando a un paciente se le suministran fitoterapeúticos (plantas, hierbas, etc.), sin que éstas contengan insulina, la baja de glucemia en el torrente sanguíneo se experimenta, inclusive pacientes que inyectándoles insulina, sus indicadores no bajan de 240, situación contraria a cuando se administran fitoterapeúticos, se ha podido comprobar que se baja hasta 90,85.

Continuando con el Reloj del Metabolismo de la Glucosa en sangre, cada paciente debe considerar qué clase de alimento le está suministrando a su organismo, tener en cuenta el Índice de Glucemia de sus alimentos, es decir, qué tan rápido un alimento se convierte en glucosa y en cuánto tiempo pasa al flujo sanguíneo. En esto si hay que ser estricto, pues de acuerdo a como maneje su régimen alimenticio, así manejará la presencia de glucosa en sangre. Para empezar el paciente debe tener un horario de alimentación puntual, es decir, puede desayunar, almorzar y cenar con diferencia de seis horas. Por ejemplo si desayuna a las 06:00, almuerza a las 12:00 y cena a las 18:00

Con el glucómetro va a ir tomando un control a la primera hora después del desayuno, seguidamente a la segunda hora, hasta llegar a la hora del almuerzo, es decir cada una hora anotará los valores, diseñará su tabla para una, dos, tres, y seis horas respectivamente, eso hará después del desayuno, lo mismo del almuerzo y por comodidad en la noche si se duerme temprano, tómela cada una hora hasta las ocho o nueve de la noche. Tan pronto se levante al día siguiente tómesela en ayunas, esto para que tenga una idea de cómo estuvo su tránsito de glucosa desde el momento en que se acostó a dormir hasta cuando se levantó, pues por lo general en la noche se realiza muy poca actividad física y es importante tener en cuenta las calorías necesarias para cada paciente y la clase de actividad desempeñada, algunos pacientes ingieren comida a media noche ,esto como es lógico incrementa su glucemia en sangre, y si tiene retorno lento, se le va acumulando la del día, a veces desayunan a las diez de la mañana , almuerzan a las doce, toman intermedios (meriendas) o ven televisión hasta altas horas de la noche ingiriendo alimentos de alto contenido calórico y por eso alcanza los valores altos.

La glucemia aumenta a medida que la persona con retorno lento de glucosa ingiere más alimentos por lo tanto, la alta viscosidad es la que impide que la célula se nutra , es lo que hace que la persona demande más alimento, sienta sed, experimente ansiedad. Satisface el hambre estomacal y no el hambre celular, por consiguiente aquí el paciente debe poner de su parte, educando al apetito para evitar esos excesos. Existen cantidades de productos naturales que le dan fluidez a la sangre, además de otros que facilitan el rápido tránsito de glucosa en la sangre. Si no está en condiciones de cambiar sus hábitos alimentarios y estilos de vida, debe ser consciente de las consecuencias y de los padecimientos de este trastorno metabólico. Dado que el problema del retorno lento de glucosa no es por culpa del páncreas, el terapeuta debe centrar su atención en aplicar procedimientos para limpieza hepática, para permitir que los receptores de glucosa del hígado reciban los excesos de glucosa de la sangre y así no se incremente la viscosidad sanguínea poniendo en riesgo la vida de los pacientes. Hay cantidad de productos industrializados que producen o provocan este trastorno metabólico, por eso es importantísimo que también se conozca el listado los edulcorantes artificiales, las bebidas, los refrescos, los preservantes, todo esto incide en el mecanismo de la ruta metabólica de la glucosa en el cuerpo humano trayendo como consecuencia su ralentización, o bloqueando los receptores en el hígado. El paciente debe poner de su parte, si va a utilizar el reloj del metabolismo de la glucosa, o si va a acudir al terapeuta profesional, pero no puede olvidar su terapia mental a fin de corregir hábitos alimentarios y estilos de vida.

Conclusiones

El mundo académico debe entrar a ventilar este gravísimo error que ha mantenido durante muchas décadas. Si bien los investigadores tenemos un compromiso con la sociedad, es un deber ético, así no se reciba ningún estipendio porque bien se comprende que tenemos un compromiso no sólo con la verdad, sino también para contribuir al bienestar y desarrollo de la civilización en general, en este artículo por principio se evitó mencionar el móvil que ha movido a toda esta estrategia y señalar responsables directos, sin embargo un investigador no desconoce la geopolítica y la entramada de todo este emblemático asunto, pero es responsabilidad y deber de las universidades y centros de investigación tomarse el trabajo de validar cualquier resultado que haya sido protocolizado, es decir, no se puede endilgar la responsabilidad a ninguno que esté por fuera del mundo académico y científico, si precisamente la responsabilidad profesional es afrontar los desafíos y tratar de buscar solución a los problemas y enigmas que nos presenta la vida diaria y la realidad , es la universidad o la academia quienes más deben preocuparse por investigar ya que cuentan con los recursos y medios disponibles para ello , así que las excusas sobran y están demás, no tienen justificación de ninguna índole.

Cuando se suministra insulina un afectado con lento tránsito de glucosa en torrente sanguíneo, los valores de glucosa empiezan a bajar lo que indica que a nivel celular se acelera la glucolisis, esto se deduce dado que con el trascurrir del tiempo el afectado empieza a perder peso lo cual nos induce a concluir que efectivamente es poca la glucosa que de la sangre pasa hacia el hígado que es en donde están los receptores de glucosa (GLUT2) y por ende no se almacena energía transformada en glucógeno y menos del hígado hacia el tejido muscular(grasa: reservas de energía).

En 1889, Josef von Mering (1849- 1908,) y Oskar Minkowski (1858-1931) comprobaron que la extirpación total del páncreas producía una diabetes grave en el perro. Esa investigación fue realizada en el Instituto de Clínica Médica de la Universidad de Estrasburgo, dirigido por el profesor B. Naunyn.

Relatamos el caso Josef von Mering y Minkowski porque se presume que fue un diagnóstico no sólo apresurado, también fue irresponsable quizás al generalizarlo sin profundizar en el estudio, y compararlos con el ser humano, pues, ignoraron que el proceso digestivo del perro y del hombre son totalmente diferentes. Suprimirle a un perro el páncreas en donde la digestión del perro necesita no sólo jugo pancreático , sino las enzimas digestivas del páncreas ya que el perro traga entero, sin masticar ,mientras que los humanos masticamos y entregamos el trabajo casi terminado al estómago. Pongámonos a pensar el tremendo problema que se le presentará a un perro con una amputación como éstas, suprimiéndole el páncreas. Estos señores jamás se preguntarían por qué el intestino delgado del perro es relativamente corto en comparación con el humano. Con esto podemos manifestar que el estudio efectuado en las postrimerías del siglo XIX (hace aproximadamente trece décadas atrás) en el Instituto Clínica Médica de Estrasburgo fue un desastre universal cuya protocolización ha llevado a la humanidad a una hecatombe histórica desde el punto de vista de la fisiología humana con fuerte impacto en la anatomía como ciencia.

Hasta la fecha de hoy, 129 años después, ninguna entidad académica ha demostrado mediante análisis de insulinometría que la poca o el mal uso de la insulina producida por el páncreas sea responsable de las dos tipos de diabetes la tipo 1 y la tipo 2, reiterándoles nuevamente que los excesos de glucosa son retirados por el hígado, concluyendo la hipótesis de que la insulina es simplemente un catalizador positivo de la glucolisis ya que el hígado es el regulador de la glucosa en sangre, por eso estamos estancados en trece décadas con los resultados conocidos por todos.

Por simple lógica y raciocinio, la glucosa procede del proceso digestivo debido a la ingesta de alimentos, el torrente sanguíneo recibe la glucosa como combustible para el metabolismo celular y a medida que va utilizando la glucosa, los receptores del hígado van retirando los excesos de la sangre, si los receptores se encuentran obstruidos o hay poco acceso, la glucosa en la sangre se represa y aumenta su concentración que da origen a lo que la ciencia ha denominado diabetes, pero de acuerdo a lo expresado anteriormente se hace necesario cambiar la figura de diabéticos por la expresión: personas con retorno lento de glucosa.

Es de anotar que para llegar a esta conclusión se hicieron análisis de casos de personas diagnosticadas como tal por la medicina convencional, en el periodo comprendido entre los años 2011 y 2014 en la ciudad de Acarigua, estado de Portuguesa de la República Bolivariana de Venezuela. En la Urbanización Desarrollo Camburito, residencia de la ciudadana venezolana Cruz Elena Castro Méndez.

Se sugiere al mundo académico y científico entrar a revisar y validar todo lo que se ha conocido en esta materia hasta el día de hoy, debe haber un pronunciamiento general a nivel mundial, es decir, cada país a través de sus entidades públicas y privadas, las escuelas de medicina y los medios de comunicación. En general a revisar qué es lo que está sucediendo en interior de las universidades y sus programas de salud , especializaciones con respecto al conocimiento, a los procesos investigativos, a las enseñanzas en las diferentes cátedras, incluso la cátedra de ética profesional y de metodología de la investigación y muy profundamente en los hospitales y clínicas de todo el planeta con relación a sus infraestructura y logística en materia de investigación y el desempeño profesional del galeno como tal.

Vocabulario

Catalizador

[sustancia] Que acelera o retarda una reacción química sin participar en ella. Existen dos tipos de catalizadores, los positivos, y los negativos:

  • Catalizadores positivos: son aquellos que incrementan la velocidad de la reacción.
  • Catalizadores negativos: también llamados inhibidores, son aquellos que hacen disminuir la velocidad de reacción.

Glucólisis

La glucólisis o glicólisis es el proceso a través del cual una molécula de glucosa es degradada en dos moléculas de piruvato. A través de la glucólisis se produce energía, que es utilizada por el organismo en distintos procesos celulares.

La glucólisis se genera en las células, específicamente en el citosol ubicado en el citoplasma. Éste es el procedimiento más extendido en todos los seres vivos, debido a que se genera en todo tipo de células, tanto eucariotas como procariotas.

Esto implica que los animales, los vegetales, las bacterias, los hongos, las algas e incluso los organismos protozoos, son susceptibles de realizar el proceso de la glucólisis.

El principal objetivo de la glucólisis es producir energía que luego se emplea en otros procesos celulares del organismo.