Recientemente se han dado tres noticias que podrían hacer presagiar un inminente cambio en el modelo energético español.
La primera que cabría destacar es, lógicamente, la moción de censura que ha echado a Mariano Rajoy de la Moncloa y ha hecho presidente al socialista Pedro Sánchez. Esto es así dado que el cesado Gobierno popular había impuesto su veto a la derogación aprobada en el Congreso del llamado impuesto al Sol -Real Decreto 900/2015- bajo el pretexto de que afectaría a los presupuestos. Este impuesto, que penalizaba el autoconsumo, ha sido criticado por el ahora presidente ya desde antes de su aprobación y con su llegada a la Moncloa ya nada impide que se tramite su derogación. Aun así, queda por ver si la defensa que ha estado haciendo Pedro Sánchez del autoconsumo hasta ahora se traduce en una política que realmente lo potencie. En todo caso, la sola derogación de ese impuesto ya supondrá un avance en ese sentido.
La segunda noticia es la relativa al acuerdo que la compañía Tesla ha alcanzado con Holaluz para distribuir en España sus baterías de almacenamiento eléctrico para hogares, las Tesla Powerball 2. Estas baterías permiten un ahorro muy significativo en la factura de la luz pero en España se habían topado con el anteriormente citado impuesto, por lo que muy posiblemente su derogación provoque un aumento significativo de este tipo de instalaciones eléctricas. A pesar del ahorro que suponen esas instalaciones, siempre han contado con la problemática de los costes, pero eso es algo que podría cambiar en un periodo relativamente escaso de tiempo.
La última noticia se dio el pasado 5 de junio, durante la reunión de accionistas de Tesla. Como era de esperar, en ella Elon Musk volvió a dar una sorpresa, y esta vez lo hizo al afirmar la posibilidad de reducir el coste de las baterías de forma drástica para finales de año; Musk avanzó que podrían romper la barrera de los 100/kWh, lo que convertiría finalmente al coche eléctrico en un modelo competitivo. Esto podría suponer el fin de los motores convencionales en la próxima década.
Posible cambio de modelo
Cuando ese ahorro de costes que pronostica Musk para las baterías de sus coches se apliquen a los sistemas de almacenamiento de energía para hogares, la implantación de este tipo de instalaciones aumentará considerablemente, lo que podría suponer un cambio drástico en el paradigma energético español.
Ahora lo único que queda es esperar que se cumplan todas esas expectativas. Que Pedro Sánchez cumpla su palabra y apueste por el autoconsumo y que Tesla alcance los objetivos de abaratamiento de baterías que se ha marcado. Si se dan esas condiciones quizá podamos soñar con un futuro algo más verde del que parecía que íbamos encaminados. Sin embargo no hay que olvidar al lobby energético español, que ve el autoconsumo como un peligro para su negocio en lugar de como un avance de la sociedad. Las grandes empresas energéticas españolas se han lucrado ampliamente durante largo tiempo y nada hace pensar que vayan a aceptar un nuevo modelo energético más justo sin pelear, pero aunque pueden hacer mucho más difícil ese cambio, tarde o temprano se volverá inevitable.