A lo largo de más de un año, Perla Krauze (Ciudad de México, 1953) realizó una investigación de los materiales locales del estado de Puebla. La artista hizo varios recorridos para explorar múltiples posibilidades de acercamiento a la producción de un estado con grandes riquezas naturales. Krauze decidió trabajar con la tierra y sus procesos, para lo cual emprendió una larga indagación, posibilitada y acompañada por los productores, labradores, talladores y trabajadores de diversos elementos pétreos.
Visitas continuas a talleres en Tecali y San Salvador el Seco, canteras en Nealtican y Tlayúa, ladrilleras de Huejotzingo y Cholula, depósitos fósiles de San Juan Raya y Tepexi de Rodríguez, así como productores de barro de Los Reyes Metzontla, manantiales en Tehuacán, salinas de Zapotitlán y la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán de cactáceas, entre otros, revelaron para la artista la fuerte y significativa relación que los lugareños tienen con la tierra y sus materiales, que definen no sólo su entorno físico, sino también su realidad sociocultural. Los pobladores conservan entre sus pertenencias más valoradas piedras inusuales encontradas durante el desempeño de sus labores.
Las múltiples formas de presentación, organización y clasificación de las piedras que utilizan los talleres locales significaron un puente con el trabajo previo de la artista. Variadas maneras de apilar, organizar y catalogar los materiales entablaron un diálogo con Krauze y el vínculo que ella misma establece con este tipo de elementos en su taller-estudio.
Así, a través de múltiples aproximaciones, Perla Krauze propone un acercamiento al material lítico de Puebla y sus características más primigenias, así como sus consecuencias culturales, leyéndolo como resultante de largos y complejos procesos geológicos, que lo hacen contenedor de una memoria que integra huellas de diversos contextos, formas de vida y que ha permeado de manera definitiva a las comunidades que lo circundan.