Demandamos igualdad, atención… Y para ello es absolutamente imprescindible vencer al machismo, pero con el feminismo se invierten los papeles, por tanto seguiría habiendo un sexo menospreciado, algo siempre injusto. Cierto que tuvo su razón de ser, especialmente cuando no teníamos derechos o cuando se nos tachaba de sexo débil, algo que produce risa por estar tan lejos de la realidad.
Sin embargo, ahora hemos demostrado una fuerza mental más potente que la física. Estoy hablando de las deportistas: Mireia Belmonte, en natación, que consiguió 11 oros en 2014. Ruth Beitia, en salto de altura, doble campeona de Europa. Carolina Marín, en bádminton, primera española en conseguir ser Campeona del Mundo y de Europa. Ona Carbonell, en natación sincronizada, dos medallas olímpicas. Vero Boquete, en futbol, primera española nominada para el Balón de Oro. Laia Sanz, piloto, 15 veces Campeona del Mundo de motos. Gala León, en tenis, primera mujer española que dirige una selección masculina. Gisela Pulido, en kitesurf, 13 veces Campeona Mundial. Marina Alabau, en vela, Campeona del Mundo. Jennifer Pareja, de waterpolo, Campeona de Europa.
Principales diferencias
La situación de la mujer en el deporte no es independiente de su situación en los diferentes ámbitos sociales: cultural, laboral, económico y político. Y aunque los datos indican que la práctica deportiva de la mujer mejora, todavía existen diferencias con respecto a la práctica deportiva del hombre.
Si observamos los datos de participación de la mujer en la práctica deportiva con carácter general, se aprecian claras diferencias a favor del hombre. La última encuesta del CIS, elaborada conjuntamente con el CSD, informa que el 26% de mujeres españolas practican actividad física, frente al 41 % de hombres. Estos datos mejoran sustancialmente en el año 1986, que reflejaban la participación de las mujeres en términos del 7% (en 1968), del 12% (en 1975), del 17% (en 1980) y del 23% (en 1985). Datos que, a pesar de la mejora, siguen evidenciando la diferencia de la mujer con respecto al hombre en la práctica deportiva.
Un Indicador relevante para la consideración del desarrollo deportivo de competición son las licencias federativas. El 20 % del total de licencias federativas en España, corresponde a mujeres y el 80% a hombres. En cuanto a la distribución de las licencias en los diferentes deportes, según datos del Seminario Permanente de Mujer y Deporte, el resultado es muy desequilibrado y establece diferencias reveladoras de la práctica deportiva en función del sexo:
En el boxeo, solo el 1.24 % de licencias pertenece a mujeres. Parece que se puede hablar de deporte “masculino”.
En el caso de voleibol, el porcentaje de licencias federativas asciende al 53.8 % del total. Procede hablar de un deporte igualitario o “neutro”.
En gimnasia, el 83.4 % del total de licencias corresponden a mujeres. Estamos ante un deporte con evidentes preferencias para las mujeres, que no lleva a pensar en un “deporte femenino”.
En la alta competición, los Juegos Olímpicos constituyen una de las referencias claves. Según el CSD, la participación de la mujer española en los JJ.OO. de Atenas fue el 43.47 % del total. Estos datos, recogidos por el Seminario Permanente de Mujer y Deporte, evidencian un número que se aproxima a la paridad entre mujeres y hombres. Datos que, siendo por sí mismos importantes, cobran mayor interés cuando se comparan con la participación de la mujer en citas olímpicas anteriores, concretamente con el 22% de Barcelona, el 24% de Atlanta, el 28% de Sydney (datos tomados de Puig Barata y Soler Prat, 2005).
La capacidad del alto rendimiento de las mujeres en el deporte es evidente; incluso algunos informes evidencian que las mujeres con menos representación en el alto rendimiento obtienen resultados proporcionalmente mejores que los hombres. Según los datos del CSD tomados por Puig Barata y Soler Prat (2005), las estadísticas de las medallas obtenidas en Sydney con relación al número de deportistas participantes, favorecen a la mujer, como puede verse a continuación. Mientras 224 hombres (el 72% de la participación española) obtienen 7 medallas, 89 mujeres (el 28% de la participación española) obtiene 4 medallas.
Diez deportes, diez deportistas que han conseguido los éxitos y las victorias más demandadas entre todas las personas que practican deporte. No es por falta profesionalidad, ni tampoco por escasez de calidad… Entonces, ¿por qué el deporte femenino sigue estando en un segundo plano respecto al masculino? ¿Por qué la audiencia del deporte masculino triplica a la del femenino?