Tras dos años del inicio de las negociaciones con la isla y a escasos días de terminar su periodo como presidente de EE.UU, Barack Obama ha derogado la ley de “pies secos, pies mojados”. Una medida que se veía venir desde el inicio de las conversaciones, pero que ha pillado por sorpresa tras dos años de espera. La mayoría pensábamos que Obama lo dejaría de legado para Trump y su empeño en endurecer las políticas de inmigración.
Esta ley permitía a los cubanos que pisaban suelo norteamericano acogerse a una serie de medidas especificas para ellos. Por ejemplo, eran los únicos inmigrantes que se convertían en residentes al año y el día y en ciudadanos tras 5 años. Más una serie de ayudas financieras como pensiones alimenticias, posibilidades de estudio, seguro medico y un largo etcétera. Obama les acaba de rebajar al mismo nivel que cualquier otro inmigrante de cualquier otro país. Desde el 12 de enero, los cubanos que llegan a las fronteras de EE.UU no escapan de un régimen de persecución política sino que huyen de la falta de oportunidades económicas.
Dicha ley fue puesta en marcha en 1995 por el entonces presidente Bill Clinton debido a lo que se denominó la “crisis de los balseros”, una avalancha de cubanos en balsa que llegaron a las costas norteamericanas en 1994 huyendo del Periodo Especial. Por aquel entonces Cuba se negaba a admitir repatriados, situación que acaba de cambiar. Desde el mismo 12 de este mes Cuba ya los acepta. Es importante no confundir esta ley con la creada en 1966 y llamada “Ley de Ajuste Cubano”. “Pies secos, pies mojados” permite quedarse a todo cubano que pise territorio, pero no a los que se intercepte en mar. Tras permitir quedarse se acogen a la Ley de Ajuste Cubano, que todavía sigue vigente, y por la cual consiguen todos los beneficios económicos. Habrá que ver cuánto tiempo más dura esa ley, aunque si no llegan cubanos ya no habrá quien se acoja a dicho ajuste. Puede que no haga falta ni derogarla.
Los primero cubanos ya ha sido repatriados. Diversas asociaciones están luchando contra esta medida aunque poco podrán hacer, puede que esperar a ver si los rumores de que Trump instaurará la ley otra vez sean ciertos. Poco probable, si se atiende a sus declaraciones sobre endurecer los procesos de inmigración. Otros cubanos, los mas mayores, ven la derogación de la ley como algo positivo, por la cantidad de vidas que se han perdido en las aguas tratando de llegar a suelo norteamericano y que no volverá a pasar. La verdad es que muchísimos cubanos se han aprovechado de esta ley, sobre todo desde 2015, cuando comenzaran las negociaciones entre ambos países. Desde aquel año la llegada de cubanos al país aumentó de manera exponencial. Hoy en día existen 1,8 millones de cubanos americanos en EE.UU, la mayoría en el estado de la Florida.
Ahora los habitantes del paraíso caribeño ya están sobre aviso, la peor parte se la llevan los que ya han comenzado su viaje, los que han vendido todas sus pertenencias, han dejado sus trabajos y se encuentran intentando cruzar México para llegar a su tierra prometida, o los que están en una balsa camino de EE.UU. Se van a encontrar con una no tan grata noticia, sobre todo cuando se encuentren de vuelta en su país y no tengan dónde dormir o dónde trabajar.
La Fundación Nacional Cubano Americana alaba la medida tomada por Obama, aseguran que la solución al problema cubano no está en ningún otro lugar que dentro de Cuba. Afirman que “huir no es y nunca será la respuesta”. Aunque, claro, eso lo dicen desde suelo norteamericano. Lo cierto es que el mundo, para bien o para mal, acaba de cambiar para los cubanos.