El Gobierno inglés ha anunciado que va a abolir la condena que recae sobre miles de hombre por ser homosexuales o bisexuales y a conceder un perdón póstumo a todos los que han fallecido. Con esta iniciativa se pretende hacer justicia a miles de anónimos y también a personajes conocidos, algunos tan simbólicos como el escritor Oscar Wilde, condenado en 1895 a dos años de trabajos forzados en la prisión de la ciudad inglesa de Reading.
En Inglaterra y Gales las relaciones consentidas entre hombres mayores de 21 años dejaron de ser delito en 1967. Pero en Escocia el castigo continuó hasta 1980 y en Irlanda del Norte, dos años más. La nueva ley pretende borrar los registros judiciales y policiales de los condenados. Sin embargo, aquellos que todavía viven van a tener que pedirlo de manera explícita al Ministerio del Interior para que revise su caso.
Este perdón global de los condenas por homosexualidad parte de una iniciativa de los descendientes de Alan Turing. El matemático conocido por su lucha contra Hitler y descifrar el código «Enigma» de las transmisiones nazis así como por ser una figura central en el desarrollo de la computadora. Turing tendría un final trágico por su condición de homosexual. En 1952 fue condenado por «indecencia» por mantener relaciones con un joven de 19 años y sometido a castración química. Dos años después se suicidaba con cianuro.
Reino Unido, como la mayoría de los países europeos, ha reforzado su lucha contra la discriminación homosexual en los últimos años con leyes como la aprobación del matrimonio del mismo sexo, legal desde 2014. Sin embargo, esta nueva iniciativa no cuenta con demasiado entusiasmo entre las asociaciones de defensa de los derechos de los gays. Estas denuncian que esta iniciativa no va demasiado lejos, ya que se va a estudiar caso por caso para conceder el perdón. Otros grupos pro-gay piden una disculpa, no un perdón.
George Montague, un icono de los gays británicos, de más de 90 años, condenado cuando tenía 40 años y estaba casado y era padre de tres hijos, asegura que no aceptará el perdón. Montague trabajaba en los Boy Scouts en el momento de su condena y fue despedido y expulsado de la organización, que posteriormente le ha presentado sus excusas. Es una de las muchas historias de un pasado duro y no tan lejano. Montague señala que él no se siente culpable de nada más que de estar en el lugar equivocado, en el tiempo equivocado.
El pasado mes de mayo, el Gobierno alemán dio un paso similar al anunciar que indemnizará y eliminará los antecedentes de miles de hombres condenados hasta 1994 por ser homosexuales, una práctica que el Código Penal alemán castigaba con hasta seis años de prisión.
Coincidiendo con el anuncio de esta iniciativa, la televisión pública inglesa, la BBC, revelaba que un 8% de los hinchas en el Reino Unido dejarían de seguir a su equipo si es que tuviera un jugador que se reconozca como homosexual. Sin embargo, un 82% remarcó que no tendría problema en que esto ocurriera. De ese porcentaje, un 57% dijo que los futbolistas homosexuales deberían reconocer su condición y ayudar a otros a dar ese paso, en tanto, un 18% remarca que se lo deberían guardar. El resultado de esta encuesta es, sin duda, sorprendente para los que tiene más de 30 años y tienen buena memoria. Sin embargo, la discriminación y violencia siguen siendo muy palpables, al igual que con otras minorías. El camino recorrido ha sido enorme pero las conquistas deberían aún ser mayores.