El Caribe Mexicano es una zona internacionalmente conocida por su gran belleza. Turistas de todas partes del mundo llegan a sus hermosas playas de arena blanca y mar azul turquesa, por lo que la oferta hotelera y de entretenimiento es muy grande.
Pero todavía hay varias zonas en las que puedes disfrutar plenamente de la naturaleza y olvidarte por completo de la vida moderna. Uno de esos lugares es la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an.
Hace poco tiempo tuve la oportunidad de regresar por segunda ocasión a este hermoso lugar, específicamente Punta Allen.
Para llegar a este punto, ser recorren por lo menos dos horas desde Tulum por un camino de terracería rodeada de selva, así que debes ir en jeep o en un vehículo todo terreno. Durante el trayecto pudimos disfrutar de la vista de algunas playas vírgenes y nos topamos con uno que otro animal que atravesaba el camino, entre ellos muchas iguanas y tapires. Pasamos por el viejo puente de madera de Boca Paila, donde paramos a disfrutar de la hermosa vista y tuvimos la oportunidad de ver a un cocodrilo descansando.
El camino puede llegar a ser pesado para algunas personas, pero con toda seguridad te puedo decir que vale la pena recorrerlo y llegar a conocer Sian Ka’an, un lugar de impactante belleza. Por algo los mayas le pusieron ese nombre: Sian Ka’an significa “Puerta del cielo” o “Lugar donde empieza el cielo”. Y estar ahí, sin duda te hará sentir que lo estas.
La Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an es un área protegida debido a su gran riqueza natural, ya que cuenta con playas, cenotes, manglares, selva tropical y el segundo arrecife coralino más grande del mundo. Gracias a sus múltiples ecosistemas, posee una gran diversidad de flora y fauna. Por ello fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1987.
Un paseo en lancha es lo ideal para recorrer sus canales, cruzar por los manglares y la laguna negra, donde se pueden admirar diversas especies de aves y reptiles. Este mismo paseo continua hacia el mar Caribe, pide que te lleven a conocer Blanquizal, una hermosa piscina natural, donde puedes nadar y relajarte un rato en sus aguas cristalinas, rodeadas de hermosos paisajes.
Durante nuestro recorrido marítimo pudimos disfrutar de tortugas y ver a una familia de delfines jugar, muy cerca de nuestra lancha. ¡Nada más bello que verlos en libertad! Es muy común encontrarse con manatíes, aunque en esta ocasión no corrimos con suerte.
Para conocer su hermoso arrecife de coral, lo ideal es practicar el esnórquel o buceo. No te lo puedes perder, es una experiencia única. En tu recorrido te indicarán los mejores lugares para hacerlo sin riesgos. Es importante tomar estos paseos con personas que estén preparadas y puedan asesorarte para no dañar el medio ambiente.
En fin, es un paseo que te recomiendo mucho hacer. Estoy segura que lo disfrutarás al máximo.