Europa sigue conmocionada por el Brexit. Aunque la marcha de Reino Unido de la Unión Europea no será efectiva hasta dentro de dos años, el resto de países miembros ya empiezan a hacer sus cálculos. A uno al que no le salen las cuentas es a España. El impacto del turismo británico en el PIB español, especialmente de la Costa del Sol y la Costa Blanca, es más que importante: ha sido uno de los motores económicos durante décadas y parte de la cultura y la historia de muchos pueblos y ciudades.
Y es que a nadie se le escapa que el impacto de la salida británica de la Unión Europea no pasará desapercibido. Tanto el turismo como el sector inmobiliario y, por supuesto, los casi 200.000 españoles que viven en Reino Unido lo notarán.
Si se cumplen los pronósticos y el poder adquisitivo de los británicos merma tras la salida de la Unión, peligran varios frentes: del Reino Unido procede el 21% de la compra de viviendas en España, según datos de 2015; más de 15 millones de turistas aterrizan cada año en España con pasaporte británico -el 17,7% del total, según el INE-, con un gasto estimado de más de 14.000 millones de euros; y tanto los 200.000 españoles que residen en UK como los casi 300.000 británicos que viven en España se verán afectados por el Brexit.
En zonas como la Costa Blanca, en el sureste de España, este impacto del mercado turístico británico es si cabe mayor. Según datos del Instituto de Estudios Económicos de la provincia de Alicante, esta zona recibe al 90% de los turistas británicos que visitan la Comunidad Valenciana, y ciudades como Benidorm han hecho del inglés su segundo idioma oficial. Además, cuando vienen se quedan más tiempo que el turista medio, y gastan el 31% del total del gasto turístico en la zona. Aquí compran al año unas 3.000 viviendas, el 21% del total de inmuebles vendidos a extranjeros, por un importe de 375 millones de euros. Cerca de 87.000 británicos viven en la Costa Blanca, el 23% del total de residentes extranjeros. En total, INECA calcula que el impacto del Brexit en el sector turístico e inmobiliario de esta zona ascendería a más de 1.700 millones de euros. El 7% del PIB de la provincia alicantina se verá seriamente afectado. Lo mismo ocurre en zonas como Andalucía y las Islas Canarias, destino histórico de las vacaciones y la segunda residencia de los británicos.
La decisión de Reino Unido ha sorprendido a una Europa que empieza a vislumbrar el futuro sin uno de sus grandes pilares. La posible devaluación de la libra puede hacer cambiar los hábitos de una nación que había encontrado en España su segundo hogar.