Venezuela está pasando por una de las épocas más difíciles en toda la historia republicana, eso es imposible de esconder. Pero mientras muchos se dedican a exponer lo malo – que es bastante – otros nos dedicamos a mostrar lo bueno, que es igual de cuantioso también. Y es que el venezolano es un ser bastante peculiar, quien no sólo logra reírse de sus propias desgracias cuando otros están al borde de la depresión, sino que además logra adaptarse contra todo pronóstico a cualquier problema que le presente la vida, logrando finalmente sacarle provecho e incluso unas cuantas anécdotas jocosas.
Ronald Infante es uno de esos venezolanos resilientes, emprendedor y motivador que construyó con ingenio y constancia una empresa ahora reconocida mundialmente. Él, al igual que cientos de emprendedores exitosos, logró dar en el clavo con la fórmula Producto + Necesidad = Oportunidad, creando una marca que rápidamente cubrió uno de los segmentos más apasionantes y menos atendidos por los empresarios nacionales: el motociclismo de aventura.
Gracias a lo que muchos podrían catalogar de Trastorno Obsesivo Compulsivo, Ronald desarrolló un plan de negocios que le permitió consolidar a Sequoia Speed, una compañía venezolana dedicada al diseño, producción y exportación de indumentaria protectora para motociclistas – en un principio de aventura, pero ahora para todas las demás ramas de esta apasionante actividad. Lo que comenzó con un primer par de guantes se ha transformado en una pequeña empresa con una impresionante línea de productos que van desde chaquetas con protección tipo Kevlar, pasando por guantes, pantalones y botas elaboradas especialmente para proteger al piloto de los elementos naturales y los riesgos del camino a los que pueden llegar a estar expuestos.
“Al principio fue durísimo para mí. La situación en la que se encontraba el país me hizo muy difícil arrancar. Fueron muchas trabas que tuve que superar, pero sin temor a equivocarme puedo decir que esas mismas me impulsaron a seguir luchando hasta alcanzar el objetivo: lanzar Sequoia Speed. Y una vez que logramos arrancar con la empresa, el mercado nos abrió sus puertas de una manera descomunal”, nos cuenta el joven empresario de 31 años, quien al momento de la entrevista se encontraba en conversaciones con sus nuevos socios en España y Arabia Saudita para continuar la expansión de la marca, luego de haberse consolidado efectivamente en Venezuela, Colombia y Estados Unidos.
La oportunidad está donde sólo unos pocos la ven
La palabra Crisis tiene una peculiaridad tanto en japonés como en chino. Está compuesta por los caracteres “Peligro” (危 - Kanji) y “Oportunidad” (機 - Kanji); A pesar de pronunciarse diferente – Kiki en Japón, Wéiji en China – la idiosincrasia asiática ve esta situación como una mezcla de dos clases de eventos, donde si se arriesga lo suficiente (y con pericia) se puede aprovechar la oportunidad escondida en ella.
Muchos emprendedores venezolanos mencionan esta singular analogía entre sus diversas fuentes de motivación, en medio de un sistema económico verdaderamente impredecible y que a veces pareciera que juega a la desaparición de la grande y mediana industria. Pero así como los mercados gigantes son consumidos en medio de las debacles, los más pequeños comienzan a surgir y se convierten con el tiempo en los anteriores. Se hacen dominantes.
Ronald se considera una persona resiliente. Él, al igual que sus socios y sus amigos cercanos, nunca ha dejado que la crisis lo someta: “Nosotros creemos en el país. Hemos encontrado una forma de mantenernos productivos, delante de lo que sucede; y mientras eso se pueda hacer, continuaremos inyectándole toda la pasión que sentimos por lo que hacemos”.
Su entrada al mercado europeo marca una notable emoción en él, ya que confía plenamente en la calidad y el diseño que sus prendas ostentan a un costo mucho menor que el de la competencia internacional. En Estados Unidos, por ejemplo, el mercado es altamente exigente con los acabados y la calidad de los productos. Con estos no ha tenido grandes problemas, ya que supervisa constantemente la fabricación de los armazones y partes básicas – la cual se realiza fuera del país, usando diseños originales de la marca – y el ensamblaje final, realizado en Venezuela, donde se le añaden los logos, protectores de polímero, acolchados, forros y Kevlar a las piezas finales antes de lanzarlas al mercado.
“La resiliencia es la capacidad de los humanos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas”
Si bien es cierto que la economía en Venezuela para el segundo trimestre de 2016 se ha catalogado como la peor del hemisferio occidental, Ronald ha sabido ver más allá de las limitaciones del mercado local al exportar sus productos mucho antes de que la burbuja económica explotara. Hoy, en medio todo ello, Ronald brinda empleo a 10 personas, tiene presencia online tanto en websites oficiales (inglés y español) como en redes sociales para cada país donde Sequoia Speed es vendida, y patrocina eventos nacionales e internacionales que unifican a los moteros de Latinoamérica y el Caribe.
Uno de esos eventos tuvo como protagonista a Ricardo Damián Lorenz, mejor conocido como “Yago Por América”. Un aventurero de origen argentino que ha recorrido 18 países del continente americano y cuya indumentaria protectora ha sido elaborada a la medida por Sequoia Speed, brindándole todo el apoyo posible a lo largo de su viaje. Sobre él estaremos escribiendo muy pronto en este espacio digital, así que atentos.