A Pobra de Trives se esconde en las montañas de Ourense. Un lugar visitado desde tiempos inmemoriales por tribus astures, por franceses durante la Guerra de la Independencia y, actualmente, por los esquiadores que disfrutan de la estación de esquí de Cabeza de Manzaneda. Un lugar privilegiado para pasear con calles anchas, galerías blancas, paisajes idílicos y una ventana al cielo.
La nobleza gallega fue testigo de esta belleza y de la claridad del aire que allí se respiraba y no dudó en pasar largas temporadas en sus calles. El cambio de la carretera también motivo el cambio en la vida de la villa. Hasta hace una década, Valdeorras se acercaba a Ourense pasando por Trives, lo que motivó que cayera en la despoblación una vez se realizó una nueva infraestructura vial que la llevó por Monforte de Lemos.
Los tiburi fueron los primeros que habitaron sus terrenos. O al menos a los primeros que se conoce. Eran astures afincados en dichas tierras, los únicos junto a los Guigurri que habitaban la actual Galicia y que no eran galaicos. Los tiburi habitaban Nemetobriga, la actual Pobra de Trives. El nombre Nemetobriga procede de nemeton (lugar sacro ou sagrado) y briga (altura, fortaleza). Algunos estudiosos señalan que era el principal centro religioso de la Hispania Celta. Otros la sitúan en Trives Vello o en Ponte Navea. Son muchos los restos de castros existentes en su territorio, todos ellos pertenecientes a los tiburi.
En época romana, Trives era ya un lugar importante de paso. La Vía Nova, la Vía XVIII del Itinerario de Antonino (de Bracara Augusta hasta Asturica Augusta), entraba por Puente Navea, atravesaba Trives Viejo, Puente Cabalar, Mendoya, y salía del municipio por el puente sobre el río Bibey, construido en época del emperador hispalense Trajano.
A comienzos de la Edad Media, las grandes familias y condes se repartieron el territorio. Los Quiroga, los Oca, el Conde de Lemos y el Conde de Ribadavia, sucesivamente. Varios eremitorios se construyeron en dicha época. San Salvador de Sobrado es uno de los más famosos. Es un templo románico de principios del XII. Se trata de uno de los más bellos ejemplares del románico rural de la provincia. Junto a la iglesia quedan todavía en pie restos del Monasterio de las monjas benedictinas, las cuales lo habitaron hasta comienzos del XVI. Tiene una torre militar exenta adaptada como campanario. Se integra en el casco urbano junto al pazo del Cobato, construido en 1847 y con las armas de los Feijoo; no presenta características peculiares que destaquen en su edificación.
Durante la Guerra de la Independencia, en 1809, el Marques de la Romana se detiene dos días en O Barco de Valdeorras y traslada sus tropas a A Pobra de Trives para formar un cuartel general que es protegido por el general Mendizabal. En el mes de enero, los franceses abaten a estas tropas pero las gentes de Trives, junto con los de Quiroga y San Clodio y gente venida de Larouco, les presentaron batalla, siendo acosados en Mendoya, codos y revueltas del Bibey, Laroco, La Rúa, El Barco.
Durante el siglo XIX fue un importante lugar de reunión y ocio de la nobleza gallega. Actualmente su economía se basa en la estación de esquí y en el turismo rural de montaña. El sector primario (agrícola y ganadero) es otro de los principales pilares económicos de la comarca. Entre los cultivos destaca el de la castaña y el de la miel.
Como suele ocurrir, parte importante de su cultura es la gastronomía. La bica es el dulce más típico y tiene su propia fiesta en el último domingo del mes de julio. El cabrito, los productos de la matanza, la miel y los vinos completan la oferta gastronómica.
Las tierras de Trives ofrecen un espectacular paisaje de montaña que, unido a la historia y a la gastronomía, hacen que sea un lugar difícil de olvidar.