“Las capas rojas están viniendo”, dice Lex Luthor en el nuevo blockbuster de DC Comics Batman v Superman [Warner Bros., 2016], pero tal vez habría sido más acertado decir “las capas rojas ya están aquí”, pues en la última década los superhéroes han saltado de las páginas a las pantallas con mayor o menor éxito y atrayendo a un número indecible de fans incondicionales. Los más grandes competidores en este caso son las editoriales Marvel y DC Comics.
Ambas editoriales nacieron en los años 30 en Estados Unidos y han creado una miríada de personajes y universos. En sus diferentes franquicias han hilvanado historias que comprenden a centenares de personajes, objetos y villanos, creando universos literarios. Naturalmente la competitividad entre Marvel y DC Comics resulta evidente en muchas de sus decisiones artísticas, en el hecho de que buena parte de sus personajes encuentran un ‘primo-hermano’ en las páginas de su rival.
Entre 2008 y 2011, Marvel empezó a estrenar la ‘saga’ que ponía las bases para la MCU [Marvel Cinematic Universe] y que se vio culminada con el estreno de Los Vengadores [Marvel Studios, 2012]. Las cintas anteriores presentaban una a una a los diferentes héroes que compondrían el equipo de los Vengadores. Sin tener en cuenta la calidad individual de cada uno de estos filmes, es importante considerar el hecho de que fuesen capaces de mantenerse como películas individuales – uno puede ver Capitán América, Iron Man o Thor sin seguir ningún tipo de orden concreto y encontrarlas atractivas por sí mismas. Cierto es que, si se miran en un orden concreto – todas siguen un orden cronológico – uno puede entretenerse buscando las perlas escondidas por los guionistas que indican a que algo más grande se está cociendo.
Actualmente uno puede argumentar que el universo de MCU se ha vuelto demasiado grande, al incluir más de una docena de películas – y más que están por venir – así como series televisivas. Algunos críticos opinan que se nota demasiado que las películas forman parte de una cronología, que se preocupan demasiado por poner las bases para secuelas y demás; pero eso no parece haber detenido a los fans de acudir en masa a las salas de cine. Ni a los estudios de anunciar más y más películas del mismo estilo.
Ahora bien, como no es de extrañar, DC Comics – eterno competidor de Marvel – ha querido apuntarse al carro. No es un acontecimiento nuevo, muchos de sus héroes han sido trasladados a la gran pantalla en películas de mayor o menor éxito como Batman [Warner Bros., 2005], Superman [Warner Bros., 2013] o Linterna Verde [Warner Bros., 2011]. Las series televisivas de DC Comics han sido las primeras en desarrollar el Universo DC con numerosos cameos entre Green Arrow [DC Entertainment, 2012] y Flash [DC Entertainment, 2014], utilizando a villanos y extras de ambas series para Legends of Tomorrow [DC Entertainment, 2016] e incluso uniendo a todos los villanos imaginables en su serie Gotham [DC Entertainment, 2014]. No es de extrañar que DC haya querido llevar esté éxito al cine. MCU parece la gallina de los huevos de oro. El “DCCU” [DC Cinematic Universe]….. no tanto.
La película Batman v Superman – Amanecer de la Justicia [Warner Bros., 2016] pretende ser – y probablemente sea – la primera de una saga de películas que giran en torno a La Liga de la Justicia [Justice League, 1960] que es el equivalente de DC de los Vengadores [The Avengers, 1963]. Los personajes principales son – tal y como indica el título, Batman y Superman. En este aspecto la película intenta hacer como hizo Los Vengadores en 2012. Tanto Batman como Superman son personajes mundialmente conocidos que han sido llevados a la gran pantalla en multitud de ocasiones. La película empieza durante el final del Hombre de Acero [Warner Bros., 2013] y se centra en este caso en Bruce Wayne, aka. Batman. Hasta ahí todo bien, igual que hicieron Los Vengadores hace cuatro años. Introducen a un personaje que no había aparecido en las cintas anteriores – una fantástica Wonder Woman, en este caso – tal y como podría ser considerado Ojo de Halcón [Hawkeye] en Los Vengadores. La cinta se aferra a aquello que le es conocido a la audiencia – la nave espacial que destruye Metrópolist en el Hombre de Acero - y exprime – o al menos parece que lo intenta – la sub-trama sobre el papel del héroe en nuestra sociedad –una discusión sociopolítica que las películas de los X-Men [20th Century Fox, 2000] ya han llevado a cabo y que será tratada una vez más en Civil War [Marvel Entertainment, 2016]….
Bueno, en realidad, eso es todo lo que tiene que ofrecer el film.
La película se queda corta, las bases para una secuela no están ahí, porque fracasa en ser una película interesante por sí misma. Se toma tan en serio a sí misma que fracasa en el propósito principal del cine: el de entretener
Uno puede ver Iron Man [Paramount Pictures, 2008] mil veces sin necesidad de hacer un master en el MCU. Uno puede ir a ver Los Vengadores sin conocer absolutamente nada de superhéroes y ser entretenido. Pero Batman v Superman no entretiene, sus discusiones socio-políticas carecen del elemento de discusión, no pone nada nuevo sobre la mesa. Las escenas de acción están tan abarrotadas de efectos especiales que parece que se esté viendo un videojuego – y uno no muy interesante.
He de reconocer que fui con expectativa ninguna a ver Batmas v Superman al cine – mas o menos las mismas expectativas con las que vi Los Vengadores, antes de haber visto ninguna película de superhéroes. Y, por primera vez en mi vida, deseé no haber apagado el móvil para poder seguir jugando a Temple Run.
Naturalmente decir que todo en esta cinta es malo, o que todo cuanto comprende el MCU es bueno, resulta no solo injusto sino incierto. Hay grandes bodrios hechos por MCU y hay momentos divertidos en Batman v Superman. Pero, en general, si lo que pretendían eran poner las bases para crear su propio “DCCU”, han – en mi opinión – fracasado monumentalmente.