La bruma de la neblina envuelve el Torreón de los Osorio, un hogar de piedra que esconde la cálida historia de España, de una de las familias protagonista de la firma de varios episodios del devenir del país. Historia, ilusión y conocimiento se unen en este torreón que es más que un paisaje de cuento de marqueses, de historias de caballeros y de luchas de templarios.
Turienzo de los Caballeros, esa villa a 17 kilómetros de Astorga y antigua capital de Maragatería, ha visto pasar por sus calles marqueses, grandes de España, templarios, maragatos y ahora a aquellos que quieran disfrutar de la historia unida a la actualidad, a la búsqueda propia y el rehacerse a uno mismo. Los Marqueses de Astorga, tras la adquisición y rehabilitación del torreón realizada en los últimos 20 años, han vuelto a abrir sus puertas y quieren dar a conocer a quien así lo desee la historia de este Torreón, de su linaje y también dar una oportunidad a quienes quieran relatar su historia personal. Un lugar para la búsqueda del conocimiento así como para compartir éste.
El antiguo Torreón de los Osorio se rodea de un silencio que solo hace resonar el eco de la historia de sus piedras. Situado dentro de la Ruta del Oro, su antigüedad es muy anterior al siglo XV. El torreón, único monumento civil que se conserva en Maragatería, formó parte de una fortaleza amurallada y este era el torreón del homenaje. El objeto de esta fortaleza era la protección de los peregrinos a Compostela y ser el lugar idóneo para la búsqueda del conocimiento, una realidad a al que volverá en próximos días. Estudios arqueológicos destacan que el torreón formo parte de una fortaleza con altas murallas, según certifican las piedras que sobresalen del muro, y era la Torre del Homenaje de la antigua fortaleza cuya plaza de armas fue la plaza de la villa.
No se puede hablar de Turienzo sin su torreón y viceversa. Solo hay que ver, tal y como resalta el Marques en su publicación sobre el torreón, que el nombre del río Turienzo remite directamente, en su significado latino, a la propia Torre, Turris-gentium, mientras que la villa fue llamada en una época Turienzo del Castillo tal y como se puede observar en el Diccionario Geografico Unirversal de Antonio Vegas.
El recio torreón cuenta con planta cuadrangular y se erige en cuatro plantas, la primera de ellas, las mazmorras. La fecha de construcción es anterior al siglo XV, aunque de este siglo data la última reforma. Existen noticias del torreón ya del año 980 en la época de Ramiro II de León. Así, del siglo XIV son las ventanas con poyos o festejadores, un lugar mágico en el que uno se imagina contemplando Turienzo, leyendo o incluso dibuja en la mente a alguna marquesa tocando la lira. Los siglos se huelen en las antiguas alcobas y estancias destacando el comedor, el salón y la habitación de los marqueses, presidido por una cama de dosel coronado con el escudo de los Osorio. Un escudo que se encuentra a lo largo de toda la casa que todavía hoy habitan los Marqueses en sus visitas a la zona. El símbolo de que la familia está en casa es su bandera, que ondea en la parte más alta del torreón cuando el marques Francisco López Becerra de Solé y la marquesa Pilar-Paloma de Casanova y Barón, nieta primogénita de la última marquesa de Astorga, están en casa.
Pilar-Paloma de Casanova, antes de convertirse en marquesa de Astorga ya ostentaba los títulos de duquesa de Maqueda, condesa de Cabra, marquesa de Ayamonte y de la Villa de San Román, Baronesa de Liñola y Tres Veces Grande de España. Ostenta desde 2013 el título de marquesa de Astorga, uno de los más antiguos de España y, junto a su marido, es desde el año 1990 propietaria del Torreón de los Osorio, que antiguamente había pertenecido a la familia.
Pero aunque los actuales propietarios adquirieron el torreón este llevaba años perteneciendo al Marquesado de Astorga. Entró a formar parte de la casa condal de Cabra por la alianza matrimonial de Buenaventura Osorio de Moscoso y Felipez de Guzmán, XIX Marques de Astorga con Doña Ventura-Francisca Fernández de Cordoba y Fernández de Córdoba, XV Condesa de Cabra, se considera el solar más antiguo de la familia Osorio. La prueba de la pertenencia del torreón a la familia se puede ver en los numeroso escudos que pueblan la construcción. Como el que esta duplicado en la entrada de la finca. Allí se puede observar el hierro que mandó poner para la piara de yeguas del Estado de Baena en 1768 Don Ventura Osorio de Moscoso y Fernández de Cordoba, Marques de Astorga y Conde de Cabra. Una A con una S en su interior coronadas por una corona marquesal, que por una parte alude al Marquesado de Astorga y por otra, llamaba la atención sobre la calidad de los équidos que se les conocía como AS. Los condes de Cabra siguen criando caballos españoles cartujanos cerca de Sevilla.
El escudo se ubica en el Torreón dejando clara la pertenencia y antigüedad de la familia. Se puede contemplar en la chimenea del salón de los linajes del Torreón y en la puerta de entrada.
El torreón, aunque propiedad del Marquesado, también se relaciona con la Orden del Temple. Y es que se tiene constancia de que en el año 1178 el Rey Fernando II de León entregó a la Orden del Temple ciertas posesiones que defendían el Camino de Santiago. En ese momento, entregó la fortaleza de Ponferrada y con seguridad la de Turienzo, prueba de ella es la Tau que preside algunos dinteles en el interior del torre.
El cuento en el que se sumerge el visitante al conocer el Torreón no se deshizo con la última restauración, realizada por los Marqueses, desde el año 1992. Es en ese momento cuando los Marqueses lo adquirieron de los herederos de un administrador de la Casa, quien adquirió la propiedad a principios del pasado siglo. En el momento de la adquisición por parte de los marqueses tan solo se conservaban las cuatro paredes de piedra llenas de grietas así como una hermosa hiedra que trepaba por dentro del torreón. No había almenas pero si los matacanes. Lo único que no se conservó, debido a que estaba derrumbado fue la bóveda del techo, que sostenía nervios góticos y que se contrapesaba con arena. Aun así, esta recuperación mereció el premio ‘León excelente’ de la Universidad de León. Está declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León
La obra se realizó colocando exactamente igual que los existentes, el suelo y artesonado del techo, de madera de castaño. Por otra parte, el suelo de los baños se hizo a mano en una localidad turolense y los alicatados en Azulejo de Montalbán, en Sevilla.
Las puertas y rejas, una de los elementos más insignes de la casa, aparecen rematadas por los dos lobos de los Osorio mientras que la piedra fue realizada por el astorgano Abel Sierra quien tallo el escudo de los marqueses en la parte central de la chimenea del salón y en el arco de entrada al Torreón. Los muebles, tapices y cuadros que decoran el torreón fueron trasladados hasta el mismo y le dan el toque de austeridad propio de la época. Forman parte de la colección de los Marqueses quienes, a lo largo de la historia, fueron grandes mecenas de las letras y las artes. Sus colecciones pictóricas, de hecho, sólo eran equiparables a las de los reyes Solamente los sofás del salón de los linajes se hicieron nuevos y fueron tapizados en la propia estancia.
El objetivo de volver a abrir sus puertas es recuperar la esencia del mismo. La música volverá al lugar gracias a la unión de la música y la historia que, de la mano de Luis Miguel Sanz, llegará a través de su viola de gamba en una jornada en la que la historia musical volverá a copar el salón de los linajes.
Las ilusiones también serán protagonistas del Torreón el próximo 29 de diciembre con una charla socio cultural y visita. Será Saray García quien abra esta charla con su historia personal en la escritura del libro Antes de conocerme. Este programa se completará con exposiciones y actividades abiertas al público.
Las personas interesadas en visitar el torreón pueden ponerse en contacto con la responsable del mismo a través del correo electrónico torreonosorio@gmail.com